martes, 15 de noviembre de 2011

Disciplina (Javier Nari)



Tan maravilloso es el poder transformador de la virtud, de la ternura y la grandeza, que hasta las más viles formas de muerte se revisten de sublimidad y devienen símbolos de una vida nueva.
Inazo Nitobe, Bushido. El camino del guerrero.

Bajo el dosel dorado
sostenido por robustos pilares de ginkgos,
destilando delicados recuerdos
Daisetsu dejaba deslizar
los dodecaedros dados de la memoria:
ocho veces
ocho dados
sesenta y cuatro dados decantaron en su octava cara;
el Shinpū como fresca brisa en el dojo del Kouyou,
más que un sugoroku mental
abanicos de la conciencia
entonan una delicada melodía al son del viento.
En seiza Daisetsu desenvaina
con la disciplina ceremoniosa del sadō.
Sublime vuelo de una hoja en la arboleda.

Javier Nari

10 comentarios:

  1. Javier me resulta muy misterioso tu poema. ¿Qué significan: Shinpū, dojo del Kouyou, sugoroku seiza, sadō...?
    ¡Gracias!

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  2. Voy a intentar aclarar en la medida en que pueda y brevemente los significados de esas palabras, lo que pasa es que los japoneses no son conceptuales, y es muy dificil definir lo que para ellos no tiene una definición como nosostros entendemos...
    Shinpū: bueno, shinpu es lo que habitualmente se llama kamikaze... no los pilotos suicidas sino un viento mítico (¿qué no es mítico en Japón?) que salvó al Japón en ocasión de una invasión mongola proveniente de China. Los kamikazes habrían tomado su nombre de este viento, aunque el término kamikaze proviene de una lectura equivocada de los kanjis (ideogramas) que conforman la palabra. Esto por supuesto lo pueden encontrar en la Wikipedia.
    Dojo: es donde se practican las artes marciales, en la tradición japonesa constituye un lugar sagrado...
    Kouyou: una idea bastante compleja... es simplificando el fenómeno otoñal, sobre todo el cambio de coloración que se produce en la flora en el comienzo de la estación otoñal. Digo que es complejo porque para ellos significa mucho más que un mero "cambio cualitativo". Tengame paciencia voy a profundizar un poco más en el tema. Dejenme terminar primero con los otros términos.
    Sugoroku: juego de azar (los juegos de azar y roll que juegan los japoneses en general son bastantes más complejos que los nuestros).
    Seiza: (lit. "correcto sentar") seiza es sentarse sobre sí, es una postura de sentado típica japonesa pero es más que una sola postura física... es una postura del espíritu y de la mente, es una actitud, una disposición del animo. Se debe respetar una disposición muy precisa, y "es una parte integral integral y necesaria de muchas artes tradicionales japonesas" (Wikipedia).
    sadō: el arte de la preparación y la ceremonia del te. Una de las más refinadas artes japonesas.
    Bueno basicamente, y sin entrar en profundidad eso es todo... estoy dispuesto a profundizar en cualquier aspecto en que les parezca necesario... o en el que tengan interés...

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  3. Intentando sintetizar un poco más se podría traducir así los términos pero en la mayoría de los casos se sacrifica mucho de la profundidad de su significado...
    Dojo: recinto sagrado
    Sado: ceremonia del te
    Seiza: posición ceremonial de sentado
    Sugoroku: juego de azar
    Shinpu: viento divino

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  4. Mañana más descansado profundizo en el Kouyou... bueno en realidad hoy... pero después de dormir.

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  5. ¡Gracias Javier! Creaste un clima de serenidad "cósmica" a pesar del trasfondo bélico.
    No sé si la imagen de la flor del cerezo habrá sido acertada. La puse por un cuento que yo le leía a mis hijos de un tal "Daisaku Ikeda" (¿puede ser ese nombre?)que se llamaba algo así como "El color de los cerezos". La historia se situaba luego de la destrucción que había generado la bomba atómica de Nagasaki. Los niños del pueblo estaban desolados pero el maestro les mostraba cómo a pesar de todo volvían a florecer algunos cerezos. La enseñanza del cuento era que con esperanza y un gran esfuerzo, se podía volver a reconstruir la vida en toda su belleza. En realidad fue el epígrafe de tu poesía lo que me inspiró la imagen.

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  6. Otaku

    Muy buen ritmo, los filósofos somos bastante atrevidos al momento de hacer poesía, el trabajo de Carolina venía acompañada de una serie de conceptos filosóficos muchas veces criticados en la poesía, los puristas no suelen aceptar estas licencias, y ahora tú, con nombres japoneses que dificultarían la sonoridad y el juego de palabras que das a lo obra. Pero más allá de eso, es muy interesante tu producto final.

    Con la poesía me pasan muchas cosas, así es que juego con ella, primero la veo, para ver como quedó en la hoja de papel, después la recito para medir sonoridad, cadencia, ritmo, musicalidad, etc. Y finalmente, trato de entenderla. Tu reseña de los personajes me permite hacer una cuarta cosa que es confrontarla, es decir, la imagen que me había formado de ella con la que me estás explicando luego.

    Con la confianza que te tengo te doy algunas recomendaciones: Primero, me parece que hubieras hecho un glosario, simple y corto con todas las palabras fuera del idioma para los que no sabemos japonés no tengamos que recurrir al Google. Segundo, que en tu intento de contarnos que son las cosas terminas contando otras cosas que nos alejan de la historia, yo soy igual, hablo y hablo y hablo y al final no recuerdo a qué venía todo. Por eso te recomiendo que con las limitaciones del taller (el trabajo es de una sola página, no hagas trampa haciendo otra página con las explicaciones), de los pocos que leemos y queremos comentar, no pongas tanta información.

    Tu cita inicial es bastante interesante, me pareció raro que la profesora Marisa no repare en ella. Es bastante aristotélica tu cita, y raro viniendo de Japón, otro autor hablando por esos lares como el poder de las pasiones sirven para generar cosas positivas, muy contraria la ética estoica donde una pasión debe de ser combatida pues nada bueno trae. Eres el oriental del grupo, o quizás solo amante de lo japonés un verdadero Otaku, lo que nos traes, nos alimenta (en lo particular, estuve wikipedeando al autor ése)

    Un abrazo,

    Martín

    Pd. Trata de revisar la ortografía de tus comentarios antes de enviarlo, no escribas acá directamente, anda a una hoja de Word, aquí es muy dificultoso escribir.

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  7. Sí, sí reparé en el epígrafe. Es una idea pascual de la virtud. Fue lo que inspiró la imagen. Fijate Martín en mi segundo comentario.
    Cariños

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  8. Profesora.
    Gracias por el reconocimiento. Prima facie la elección de la imagen de la flor del cerezo parecería desacertada, pero en la tradición japonesa la flor del cerezo (sakura) es tanto una imagen de la vida (de renacimiento) como de la muerte, es una imagen que nos recuerda la fragilidad y lo efímero de la vida, y la necesidad de desprendimiento. Esa visión trascendente de la muerte, esa visión de la muerte como algo necesario para comprender la vida, y a su vez como participando de la armonía “cósmica” como usted señala es lo que intenta comunicar mi poema aunque tal vez desde un enfoque levemente distinto del que podría significar la flor del cerezo…
    Tal vez otras imágenes le hubieran correspondido mejor no obstante a mí me encantó la imagen, y de algún modo me alegró verla encabezando mi poema… Las flores del cerezo siempre tienen un efecto especial sobre mí, me provocan una conmoción profunda cada vez que las veo, me tocan en lo más profundo, no me pueden pasar indiferentes nunca. En este poema sin embargo opte por una imagen otoñal y no recurrí al signo del sakura que tanto me cautiva.
    Respecto al cuento “El color de los cerezos” no lo conozco (googleando me encontré con que Daisaku Ikeda es un maestro budista zen japonés), sin embargo conozco muchas historias, cuentos, anécdotas, leyendas que involucran a la flor del cerezo (o del ciruelo, ya que el cerezo y el ciruelo son árboles de la misma familia y en Japón se los designa con el mismo nombre), en los que se desenvuelve toda la hondura de su significación. Bueno, y el epígrafe de la poesía de alguna manera prologa, anticipa, el mensaje del poema.

    Martíncito,
    En realidad no soy otaku, los otakus son los fanáticos –con todas las letras- del manga y el anime, y si bien tengo aprecio tanto por lo uno como por lo otro, me atraen en el marco de una inclinación, una fascinación, un encanto y un amor mucho más amplio que abarca en general las manifestaciones de la cultura japonesa (no sé si me expreso bien)…
    Más que atrevidos yo creo que los filósofos somos audaces a la hora de escribir poesía y en ese sentido vanguardistas… sin embargo mi poesía está exenta de cualquier aire revolucionario o posmodernista…
    Se me había ocurrido hacer un glosario para facilitar la lectura del poema pero se me vino encima la fecha en la que tenía que enviarle a la profesora el texto y no tuve tiempo para hacerlo.
    Y bueno, me encantaría poder seguir compartiendo los frutos de mi amor por esa cultura, esa tradición y esa mentalidad que aún nos sigue siendo por estos pagos tan distante y extraña. Y en este sentido te agradezco a vos y a la profesora porque a través de sus comentarios me movilizan a seguir compartiendo lo que Dios a través de la vida va cultivando en mí, como esta devoción especial por esta cultura.

    P.D.: esta vez pasé primero por el Word.

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  9. Profesora si quiere puede pasar a ver como ilustre el poema en mi blog de poesía recientemente creado, http://angelyazor.blogspot.com/.

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  10. ¡Que bueno tu blog Javier!
    ¡Y sí el ginkgo en otoño es de una luminosidad increible! ¡Y si está nublado se vuelve como un sol sobre el trasfondo gris!
    Muy linda la imagen. Gracias

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