jueves, 10 de noviembre de 2011

Despertar (Mechi Palavecino)

Hayas en el Monte Traful, Neuquén, Argentina, Yann Arthus-Bertrand



Domingo, tres de la mañana. Un pájaro en la ventana entona una canción. Fui a ver cómo se encontraba mi abuela y regresé a mi cama, y el ave aún cantaba.

Pensé que ella probablemente vería el sol a lo lejos, un sol que todavía yo no podía ver. Y no sé si era porque estaba muy dormida o interiormente muy despierta que me llevó a pensar en esas personas que con su cantar nos despiertan frente a cosas que no vemos.

Muchas veces los demás nos ayudan a ver lo que no percibimos y, sin embargo, siempre estuvo allí. Despertar a una realidad.

Jueves, diez de la mañana. ¿Lugar? La sala del Teatro Colón. Viví nuevamente el despertar. Mis ojos se llenaron de lágrimas y volví a tener cinco años, volví a tomar de la mano a mis abuelos, volví a admirarme de la maravilla de observar desde lo alto del palco. Regresaron mi amor por esas pinturas del cielo, la admiración por esas cantantes, la curiosidad por el qué hay detrás de escena, el deseo de no salir de allí jamás. Despertar a un recuerdo.


Despertar, abrir los ojos, sorprendernos nuevamente y descubrir bellezas olvidadas, empolvadas o no vistas. Bálsamo de alegría interior que viene con ellas, simple, uno, pleno.

 Mechi Palavecino










6 comentarios:

  1. Muy lindo tu texto Mechi!!!!!
    No es tan malo dormirse si después nos despertamos! Nos devuelve de a poco la sorpresa y el asombro!
    Cariños!

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  2. ¡Qué lindo reconocimiento a tus abuelos!
    Además aparece como una "rueda de la vida": el pasado en que te abrieron los sentidos a la música, el presente en el que el canto del pájaro te despierta para velar por tu abuela y el futuro con su promesa de descubrir nuevamente bellezas olvidadas.
    ¡Gracias Mechi!

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  3. Hay muchos sueños y hay muchos despertares. Y como todo cada cosa tiene su tiempo. Un tiempo para dormir y un tiempo para despertar. Un tiempo para vigilia y un tiempo para el sueño. Si no despertamos probablemente no se pueda decir que vivamos pero despertar es vivir ese tiempo del sueño que todo lo abraza. Pero ojo, que el sueño no es letargo. Y del letargo del espíritu es más difícil despertar.

    ¡Muy lindo Mechi! Me gustan mucho tus poemas.

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  4. Javi

    ¿Qué soñaste anoche? ¿Despertaste? Lo que dices me hace recordar a Borges, primero para negar lo que dices:

    El Sueño

    Si el sueño fuera (como dicen) una
    tregua, un puro reposo de la mente,
    ¿por qué, si te despiertan bruscamente,
    sientes que te han robado una fortuna?
    ¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
    nos despoja de un don inconcebible,
    tan íntimo que sólo es traducible
    en un sopor que la vigilia dora
    de sueños, que bien pueden ser reflejos
    truncos de los tesoros de la sombra,
    de un orbe intemporal que no se nombra
    y que el día deforma en sus espejos.
    ¿Quién serás esta noche en el oscuro
    sueño, del otro lado de su muro?

    Otra vez Borges, esta vez cuando recoge en no sé si en alguna de sus Antologías o en algún ensayo, lo estuve buscando para citártelo pero no lo encuentro, quizás yo también lo soñé: en fin, era una cita de un decía así:

    "Anoche soñé que era una mariposa y hoy no sé si soy Chuan Tsé que soñó que era una mariposa o una mariposa que sueña que es Chuan Tsé"

    Pero ojo, que del sueño puede ser letargo.

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