miércoles, 16 de enero de 2013

Proyecto (Claudio Marenghi)






Tú me quieres sabio,
Que arroje luz donde haya sombras.

Tú me quieres santo,
Que siembre amor donde haya odio.

Yo tengo otro proyecto,
¡volverme loco!




Claudio Marenghi

Propuesta- Apuesta (Dolores Seeber)

William Blake, Electra en la tumba de Agamenón
http://web.usal.es/~hvl/Mitos/indexalumnos.htm (ilust.blog)



 
No alcanzo a vislumbrar, huelo como las fieras, intuyo sin saber por dónde acampar. Solo sé que se trata de amar por completo, sin entender por completo.
Quiero tocar, palpar pero no hay sustento posible. Solo amar sin entender, sin mandutear, sin pretender conducir. Permanecer en la mayor distancia en la palma de la mano.
Que vértigo. Me enojo, y mucho. Me da miedo y tiemblo. Veo una fuerte apuesta como única salida. Sin riesgos no avanzo.
Reinventar a cada instante cada instante. Vivir la novedad de cada minuto en cada minuto.
Pasión apasionada. Deseo para desearse. Furiosa fuerza interior.


Dolores  Seeber


Profesión de fe (Guillermo Barber Soler)

http://nestormedrano.wordpress.com/2009/04/16/jarineando/




No creo en los paragüas.
                creo en el agua
                viva
                recorriendo mi piel.


No creo en los preservativos.
                creo en el amor
                desnudo.
                en la carne penetrando la carne
                encarnando el alma.


No creo, tampoco, en las murallas.
                creo en la intemperie.
                en un hombre
                abrazando
                a su hermano.
Guillermo Barber Soler


martes, 15 de enero de 2013

Posmodernear (H.G. Barkishi, bis, bis)

:Koyaanisqatsi: Pruit Igoe.(1982)  Dir. Godfrey Reggio




Cemento gris de mi sueño gastado,
piso sucio, polvo de un insomnio vacío,
mi carne fumando
cenizas.

Grito opaco
de tu escepticismo cansado,
tu loco pelo se rompe
en pedazos de estrellas,
fragmentos de mi yo insípido.

Busco herramientas
para desarmar un ayer que
apaga la tierra, exhala este cielo
de mermeladas y diamantes.

Yo posmoderno
Tú posmodernas
Él o ella posmoderna

La ilusión de un nosotros que
deambula sin fisuras
aparentes por los poros
de un dolor aséptico y
residual.

Posmodernear, mi amor
es esta locura
de ser carne viva
liberada
de un alma
que ha muerto.

Yo posmoderno
Tú posmodernas
Él o ella posmoderna


Héctor Makishi + Guillermo Barber Soler

Por la paradoja (Mimi Blaquier)


http://www.triolocria.com/2012/03/el-borracho-y-la-equilibrista/ (Ilust. Blog)





Como equilibrista
suspendido
en la cuerda de la paradoja
Luz y sombra
más acá, más allá
ayer y mañana
superficie, hondura
descenso y ascenso
Ni lo uno, ni lo otro
ambos a la vez
vibrando
a campo abierto
al amparo solo
de aquellos instantes
recordados, presentes
día y noche unidos
señalando
hacia otro cielo

Mimi B.
enero 2013



lunes, 14 de enero de 2013

Poesía de Oriente (Jorge Oscar Marticorena)






Ensayé el desafío del Hai Ku, en nuestro idioma y en esta caligrafía impersonal. Porque la estética original es japonesa y la caligrafía tiene también que ser japonesa, escrita a pincel de modo que sea parte tan esencial de la obra como las ideas y sus palabras.
Borges escribió hai kus. María Kodama también y editó un libro de haikus escritos por adolescentes. Mi hijo mayor se les animó a los hai kus y creo que son más hermosos que estos.

Hai Kus de Flores Rojas

Tulipán Rojo 1

Tulipán rojo
Entre vientos y nieves
Tu vida triunfa

Tulipán Rojo 2

Tulipán rojo
Te marchitas ahora
Luego volverás

Tulipán Rojo 3

Mi sangre roja
Dialoga con el amor
Danzo inquieto

Tulipán Rojo 4

Bailas al viento
De los amores rojos
En las miradas

En mi casa, septiembre 2008

Haikus de ausencias

Haikus del tiempo
De presencia lejana
De necesidad

Llueven las horas
Gotean estos días
En que no estás.

El tiempo queda
Inmóvil junto a mí
Si no te veo.


Necesito ver
Necesito escuchar
Tu voz, tus ojos.

Al necesitar
Tu cariño lejano
Duele la brisa.

Bariloche, 19 de febrero 2006

Haikus del Tren

Carita que vi

Carita que vi
En un tren suburbano
Morena triste

Ferrocarril Sarmiento, entre Flores y Once, 25 Junio 2007

Tejedora sin nombre

Dibujas sueños
Tejedora sin nombre
Con tus agujas

Bariloche, en casa, 13 Mayo 2008

Hilos

Gozos y penas
Hilos que cruzas
Día tras día

Bariloche, en casa, 13 Mayo 2008

Sueños lejanos

Sueños lejanos
Buscan tus ojos negros
Tras la ventana

Bariloche, en casa, 13 Mayo 2008

Tus idas y vueltas

Vagón sin destino
De tus idas y vueltas
Siempre iguales

Bariloche, en casa, 13 Mayo 2008

Mañana, quizá

Mañana, quizá,
Encuentres un futuro.
Hoy puede nacer.

Bariloche, en casa, 13 Mayo 2008

Hai Kus del Agua y de los Bosques

Plenilunio 1

El lago luce
Las luces de la luna.
Llegan sus voces.

Bariloche 14 de febrero de 2005 – 20 de febrero de 2006

Plenilunio 2

Pálida luna
Al lago en amores
Dice secretos

Bariloche 14 de febrero de 2005 – 6 de marzo de 2007

Plantas sedientas

Das a mis plantas
Ese poco de agua
A mí, ¿tus besos?

Bariloche, mi casa, 22 Septiembre 2008

Arrayanes

Frío silencio
Claro color canela.
En el arrayán

Bariloche, 5 – 15 Diciembre 2004. Bosque de Llao Llao

Arrayanes y yo

Claros colores
En nobles arrayanes
Yo solo sombra

Bariloche, 5 Diciembre 2004 -3 Enero 2013. Bosque de Llao Llao. Mi casa.

Hai Kus de los Misterios Interiores

Entrañable misterio primero

Desentrañamos
Las entrañas del mundo
Sin entenderlas

Entrañable misterio segundo

Saber, entender
De qué sutil materia
Estamos hechos

Entrañable misterio tercero

El Universo
Vertido en mi mente
No es posible

Entrañable misterio cuarto

Me bastaría
Comprender una gota
De su esencia

Entrañable misterio quinto

Y me conforta
La extrema belleza
De su misterio

Bariloche, volviendo a casa, 25- 27 Octubre 2007

Jorge Oscar Marticorena

¿Podemos pasar a otro tema? (María Teresita Suriani)





‘Pasemos a otro tema’ dice una canción de Andrés Calamaro. Pienso en todos los saludos de Año Nuevo y en que todo lo que pasa a partir del primero de Enero de repente debería parecer nuevo, brillante, prometedor. Se me vienen a la cabeza frases como ‘año nuevo, vida nueva’, ‘página en blanco’, ‘empecemos con el pie derecho’, etc, etc, etc.
 Y no sé bien qué significa pasar de año, si el día anterior se continúa del anterior y todos no dejan de preceder al que los sigue, y hay continuidad, no hay un corte. Quizás la repetición de la palabra ‘nuevo’ da esperanzas de hacer un corte ficticio, pensar que de repente los problemas, las angustias, pueden empezar de cero, podemos tener otras nuevas. Pero las del 31 de Diciembre no se quedaron allá, no hay un año viejo, no es una caja de recuerdos ni una bóveda de seguridad. Y por suerte también hay que seguir con los proyectos que ya empezamos o que pensamos, y nuestros deseos y descubrimientos logrados no vuelven a cero. Qué difícil sería empezar de cero todos los años, dejar de nuevo los mismos miedos, superar las mismas dificultades. Disfrutar las mismas cosas sí estaría bueno, volver a querer a las personas que lograste querer el año anterior y seguir queriendo a las que siempre quisiste.
A veces los primeros días del año tienen ese tinte de irrealidad y aún desencantamiento. Culpa de tantas ansias de novedad puestas sobre este año (que carga pesada tiene el pobre) nos desilusionamos un poco cuando nos damos cuenta de que de nuevo hay días tristes, ¡y sobre cosas del año pasado!, como si a la medianoche del 31 hubiese obrado una magia secreta, un pasaje misterioso a Narnia, y hubiéramos empezado el minuto 1 del primer día del año ilesos, a estrenar.
Por eso no pasemos a otro tema, no pongamos la página en blanco. No sólo porque no se puede sino porque es mejor seguir caminando sabiendo lo que está en la espalda, y no sorprendernos cada dos por tres con las viejas cosas, buenas y malas, que ya son nuestras.
Igual digo ahora y vamos a seguir diciéndonos “Feliz Año Nuevo”, porque aunque lo viejo va a seguir estando, ¿a quién no le gusta abrir un regalo, una sorpresa, y pensar aunque sea por unos días, o lo que dure el encantamiento, que va a haber algo nuevo bajo la luz del sol?


María Teresita Suriani

Pobreza (José Manuel Flores Eudave)

http://adf.ly/863911/http://www.taringa.net/posts/info/16167873/Como-afronto-la-pobreza-y-el-desempleo-_II-parte_.html





Pensando en lo que un gran amigo le preguntaba una vez a un conocido suyo que se encontró después de mucho tiempo, me dio por escribir esto. Le preguntó que si le podría vender su vida, ¡wow!, ¡qué pregunta!  Pero, se refería a una venta no como un negocio de libertades, sino que más bien le pedía las razones por las que valdría la pena vivir a su modo, encarnarse en su ser, ¡Ufff! ¡Qué pregunta todavía más complicada! ¿No? Sin darle muchas vueltas al asunto, la conclusión a la que llegaron ambos, fue que ninguno le podría vender su vida  al otro, ya que ninguno tenía razones contundentes para afirmar que era bueno vivir la propia. Según mi amigo, aunque era un tipo tranquilo y paciente, su vida era una flor de quilombo, con luces y sombras, con altos y bajos, pero según él, con más bajos que altos y con más sombras que luces, con lo cual no encontraba argumentos que hicieran atractiva su vida.    Pero, nada que ver, este era un tipo lleno de dones.
Siempre que lo recuerdo me hace pensar si yo podría vender la mía... Es decir,  ¿serán muchos los beneficios que se siguen de ser y vivir lo que somos, o será que si buscamos, quizá no encontremos razones valiosas que nos muevan o puedan mover a otros?... ¿Sería bueno que lo que vivo,  pudieran vivirlo otros?... ¿Por qué?... Sin duda, esta es una cuestión  difícil de responder para la mayoría de los mortales, cada uno tendrá respuestas, cada uno tendrá sus razones.
Pero, ¿no será que a veces queremos poseer la Vida?  Vivencias, cosas, placeres e incluso personas. No quiero ser un estoico ni mucho menos, pero creo que muchas veces pensamos que tenemos todo bajo control y que entre más cosas nos pertenezcan, nuestra vida será mejor, más feliz. Hasta que la realidad nos da un providencial golpe en la frente… en un momento las cosas que teníamos bajo control se nos escapan de las manos, lo que creíamos poseer ya no nos llena, ¿Qué hacemos ahora?... Ansiamos y predecimos el futuro, sujetamos el presente y no queremos que se vuelva pasado. Luego queremos que el pasado se haga presente. Luego que el futuro no pase. ¡Sí, somos seres humanos!
Por eso admiro mucho una virtud, la he visto en muchas personas, y ojalá la pudiera cultivar como se debe, surge de la confianza en la vida, tiene familiaridad con la sencillez, con la gratitud y con la alegría.  He visto a mucha gente de campo, allá en mi pueblito, Chiquihuitero (*), que por ejemplo, confía totalmente en los buenos temporales que traerá la providencia, y tanta es la confianza que cuando el año no responde, dicen: Si Dios quiere y nos da licencia, el próximo año será mejor.  He visto también a algunas madres, que ante la lamentable tragedia que causa la pérdida de un hijo levantan la frente y dan gracias por su vida. He visto a familias sencillas allá en San Rafael, Mendoza  que con alegría  comparten la mesa con los huéspedes, sirviendo y dando sin esperar. He visto a amigos sacerdotes y consagrados, confiados de vivir sin muchas posesiones para sí, habiendo dejado sus ambiciones, y mirando con esperanza el camino que les propone Aquel por el que entregaron su vida.
Creo que ellos entendieron bien que todo nos fue dado, entonces por qué nos haremos tanto lío; por todo esto pienso que fuerte es el que confía, el pobre de corazón sabe que todo es un don y por eso confía, y porque confía se  entrega, da. Podemos hablar de un súper-hombre que no es el que tiene la voluntad de poder, sino el que tiene la voluntad de entrega. ¡Qué raro misterio! La virtud de la pobreza es aceptar que todo nos fue dado, que no poseemos en sentido propio, nada.

José Manuel Flores.

(*) El que hace chiquihuites(canastos) de carrizo o bambú, el pueblo tomó el nombre por un chiquihuitero muy conocido entre la gente de los pueblos vecinos. Estos decían vamos a ir al chiquihuitero,  dando el nombre por el uso,  ganándole  la partida a San Isidro que es el Santo Patrón.


domingo, 13 de enero de 2013

Playa Unión Exit (Cecilia Mosto)





Un día, hace más de 25 años, en lo mejor de mi juventud,  tiré un bolso en la arena en una playa que casi no conocía.
Una playa lejana en dirección “al sur del Atlántico sur” que, aunque uno no pueda imaginarse, tiene playas. Quizás tendrían que llamarse de otra forma porque lo que cualquiera puede hacer ahí es diferente a lo que haría en la playa. Pero como se llama playa la gente va en malla, pone una sombrilla y se baña… increíblemente. Porque ponerse una malla ahí es un acto de inercia absoluto.
Pero esa palabra…PLAYA te hace perforar para clavar una sombrilla que puede volar a 60 km por hora en cualquier momento o  semi desnudo meterte en un mar que te deja sin respiración. Solo  es un ejercicio al que se parece convocado al ver el cartel “balneario” o “playa”. 
Esa maldita palabra. Más interesante se pone un poco más al sur, que en lugar de arena, en la “playa” se pisa canto rodado. Pero como es una playa uno anda descalzo exponiéndose no sólo a infartos por el frio o decapitaciones por las sombrillas sino, además a fracturas por la irregularidad de las piedras.
Era enorme, fría y por milagros de la semántica, concurrida por los lugareños que estarían orgullosos de decirse entre ellos, “¿vamos a la playa?” o sentenciar  “el domingo vamos a la playa”  a sus hijos. Esa posibilidad de enunciar esa idea en ese lugar era sin dudas poder imaginarse estar en otro muy distinto. Quizás una buena foto en la que no saliera el viento, ni el del norte ni el del sur, era posible y ahí se tendría en el portarretrato familiar una foto en la playa sin dudas. “A la tarde se levanta la brisa. Vuelan los perros.” Decían los más realistas. Era realmente exótico pero no en el sentido tropical sino todo lo contrario.
La casa de buceo donde iba a trabajar quedaba a una cuadra de la playa. Era diciembre, llegue con mi bolso a un lugar donde nadie me esperaba y si no iba les daba exactamente lo mismo. Pero ahí estaba en uno de mis humildes “exit familiares”.  Lo había conocido en un “exit” previo cuando viajaba a dedo con una amiga. Ella era la tercera de los hijos que su madre echaba de la casa.  A pesar de haber visto las expulsiones anteriores no estaba preparada y no sabía muy bien adónde ir. Nos fuimos juntas.  Yo había echado a mi casa de mi vida hacía mucho tiempo.  Creo que era el mismo bolso con el que salí a dedo con ella sin elegirla y sin elegirme sólo arremolinadas por un profundo deseo de evasión.

Cecilia Mosto