lunes, 12 de diciembre de 2011

Esperanzado pesimismo (Javier Nari)

Valdimir Kush, To The Safe Haven.



 

A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad.




¿Qué actitud se debe tomar frente a la vida y frente a las circunstancias que ésta nos depara? ¿Qué actitud elijo tomar YO frente a la vida, frente a la realidad? Yo opto por caminar en la vida al son de un pesimismo esperanzado.

Pero ¿Cómo es eso?  Muchos me preguntaran (de hecho me lo han preguntado) ¿Cómo es eso de pesimismo esperanzado? ¿Un oxímoron? ¿Una paradoja?

Por lo pronto, lo que propongo es que independientemente de si somos optimistas o pesimistas (o realistas o idealistas o lo que fuere), lo que no podemos dejar de ser, es esperanzados. De otra forma “nuestros días sobre la tierra pasan como una sombra” (I Crónicas 29,15).

Esperanza y optimismo no se identifican como se tiende a pensar. Tampoco se oponen. Como no se oponen esperanza y pesimismo tampoco.

Para el optimista todo es indicio de que “las cosas van a salir bien”. Riesgo: la decepción. El mundo no tarda en decepcionar. El mal presente en el mundo no tarda en ponernos en jaque.

El optimismo espera y ve en todo lo mejor.

El pesimismo nunca espera ni ve en nada lo mejor (así se evita uno la decepción).

La esperanza en cambio espera y ve todo en lo Mejor. La esperanza espera todo en el Todo.

Podemos (incluso debemos) estar dispuestos a esperar lo peor del mundo y de la vida pero no a caer en la desesperanza.

Espero. Espero en una instancia superior. Tengo puesta mi confianza en una instancia superior. Apelar en cualquier circunstancia a esa instancia divina. Esperanza es la garantía afianzada en el orden de lo trascendente y de lo sobrenatural.

Sólo la esperanza arraigada en una instancia superior es auténtica esperanza. Es la esperanza del que cree, del que tiene fe. El auténtico esperanzado es el creyente.

Por eso la esperanza es siempre una espera “a pesar de”. A pesar de los fracasos, a pesar de las decepciones. Es que en la esperanza no cabe la posibilidad de la decepción. La esperanza le da sentido al sufrimiento.

Asumir toda pérdida, todo aparente fracaso. Llevar la carga con esperanza. Llevar en el pie los tropiezos. “Se vive como se puede no como se quiere” repetía (seguro lo seguirá haciendo) el padre Luis en sus misas dominicales en la subterránea capilla del Alas. Eso es, pesimismo esperanzado. Todo pasa por Sus Manos, las asperezas en Su presencia se tornan suaves como la seda y el algodón.

La esperanza no espera en el éxito espera el triunfo final. La confianza que nos da “creer en virtud del absurdo”. Del Mundo espero poco, no creo que se pueda esperar mucho.

“¿No corremos todos el peligro de perder la gracia de la esperanza en el bullicio de los disgustos y afanes cotidianos?” /Sobre la Esperanza (Joseph Ratzinger) No si la esperanza no se reduce al optimismo. La esperanza es en este sentido indestructible, porque parte de una convicción interior (la fe) y no depende de las circunstancias externas que puedan afectar a la persona mientras se mantenga la convicción.

“Pero cuanto más superficialmente vivimos, tanto menos puede compensar, la auténtica, la gran esperanza, el poder destructivo de las bagatelas diarias.” Joseph Ratzinger

Por eso la esperanza debe arraigarse en la Fe, Fe en el Amor. No hay esperanza sin amor. Pero no alcanza con nuestro amor. Un amor así, en minúsculas, tan mudable y tan débil,  sólo podría sostener una esperanza tan frágil como él mismo. Sin la fe el acceso al Amor divino se nos presenta vedado. No quedaremos con suerte a medio camino. La fe nos pone frente al Amor, nos pone frente al Misterio de la Cruz y de la Redención. La esperanza se sostiene en ese “punto fuera del mundo” que al mundo mueve que es la fe. Ahí tenemos a las tres virtudes teologales, que son más que teologales,  son fundamentales al sentido de la existencia del hombre. Forman entre ellas un trípode, en el que se sostienen recíprocamente, son necesarias las tres para sostener el sentido de nuestra existencia. Si se cae una de las tres se caen todas.



Abraham creyó: por eso era joven, pues a quien constantemente espera lo mejor lo envejecerán las decepciones que le deparará la vida, y quien espera siempre lo peor se hará muy pronto viejo: sólo quien cree conserva una eterna juventud.

(Sören Kierkegaard, Temor y Temblor)



Finalmente, ¿Cuál es la actitud que se debe adoptar frente a la vida, frente a la realidad? Yo opto por el pesimismo, pero también opto por la Esperanza.



Laus Deo et Beatae Mariae Virgini.



C. A. Novadomus

13 comentarios:

  1. !Gracias por estas reflexiones!

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  2. Gracias. Aunque lamento que hayan quedado tan mal articuladas, y que se me hayan hecho tan extensas.

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  3. ¡Muy linda la imagen que elegiste Javier! Me parece que representa muy bien el espíritu de lo que querés decir.
    Pero no todos los días de la vida son oscuros y tormentosos, ¿no es cierto?

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  4. Si, es cierto, y es muy bueno disfrutar y gozar de esos tiempos al máximo, y guardar esos momentos en lo más profundo del corazón. De hecho yo disfruto mucho de los buenos momentos, sobre todo con mi familia, soy muy familiero.

    A decir verdad antes era muy optimista, pero me decepcione tantas veces y tan mal que decidí adoptar otra actitud frente a la vida, No fue hace mucho, fue el año pasado que empece a cambiar. Mi actitud pesimista o pseudo-pesimista (tal vez no sea el mejor término, pero no encuentro otro) me permite darles la bienvenida a esos tiempos, pero sin quedar encadenado, retenido, a ellos, sabiendo siempre que los tiempos malos abundan. Uhhh lo que podría seguir escribiendo... jaja.
    Gracias profe.

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  5. Los principales mentores de este cambio de actitud fueron el padre al que menciono en el texto (Luis A. Ioele, logoterapeuta) y el Sören Kierkegaard.

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  6. Es inteligente esa idea de tener una actitud como desprendida, bajar la anisedad, gozar de lo bueno y "bancarse" lo malo que no se puede cambiar. No darse tanta importancia a uno mismo. Esta dentro de tu "espiritu oriental" ¿o me equivoco?

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  7. Ayer estaba leyendo "El hombre en busca de sentido" y ahora esto me hizo acordar a algo que dice el libro. Como que estamos tan acostumbrados a ver el sufrimiento como excluyente de la felicidad que lo identificamos con la infelicidad, cuando en realidad el sufrimiento, que es ineludible muchas veces, puede y debe ser parte de una vida que puede considerarse feliz o con sentido. Supongo que el trabajo que más necesita hacer el hombre de hoy es dejar de darle la cara al sufrimiento, acojerlo, aceptarlo, incluso apreciarlo como una posibilidad superior de sentido.

    ”Tales personas olvidaban que muchas veces es precisamente una situación externa excepcionalmente difícil lo que da al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo”

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  8. quise decir: dejar de darle la espalda al sufrimento. tipeé mal

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  9. Ufff Victor Frankl... también otra grande influencia. Y otra importante influencia que podría destacar es la de la lectura de dos libros del sacerdote franciscano Eloi Leclerc (otro sobreviviente de los campos de concentración): SABIDURÍA DE UN POBRE y EXILIO Y TERNURA. Gracias Tere. Les recomiendo a todos que miren este video, con unas pocas palabras sintetiza su pensamiento. http://www.youtube.com/watch?v=CGOa77E9ZtE

    Así es, es verdad Marisa, es una actitud japonesa (muy samuraiesca si se me permite este término). Uno de mis principales propósitos como cristiano y como filósofo es el de bautizar o inverar el pensamiento y la cultura japonesa como en su momento se hizo con otras culturas y otros modos de pensar (no sólo la cultura helénica-latina, también la nórdica, la céltica, la azteca, la egipcia, etc)

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  10. Perdón, no quedo muy claro, el video es una entrevista a Victor Frankl.

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  11. "el poder destructivo de las bagatelas diarias", esta frase que elegiste me gustó por lo verdadera, y porque es como el desgaste de la roca bajo el agua. Uno no se da cuenta, es corrosivo. Me gusta tu pensamiento y como lo exponés en forma directa y simple. Gracias! Espero que tu proyecto con respecto a las culturas lo puedas desarrollar bien.

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  12. Gracias Lydia, que bueno que te haya gustado. Gracias por tus buenos deseos, yo también espero poder lograrlo pero bueno, y para eso me formo, pero quiero ser dócil a la Voluntad del Señor, y hay que ver si mis proyectos son sus proyectos, o participan de Su Proyecto... Y también lo hago con la conciencia de que muchas veces Él quiere que sea uno el siembre aunque sea a otro al que le toque recoger los frutos.

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  13. ¡Excelente texto! ¡Compro! ¿Dónde consigo más material de este Javier...?

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