martes, 6 de diciembre de 2011

Enajenación (José Manuel Flores Eudave)

                                    Nadia Guthmann , Privada, 2008, tela metálica y alambre de púas 130 x 80 x 80 cm (Ilust.Blog)


«Marx pensaba que si el hombre fuera dueño de sus productos, sería dueño de su destino: recobraría su ser natural y cesaría la enajenación. Pero yo creo que la enajenación consiste, fundamentalmente, en ser otro dentro de uno mismo.» (Octavio Paz – El ogro filantrópico)



¿«Ser otro dentro de uno mismo»?, ¿cómo podemos llegar a maquinar semejante artificio?,  ¿acaso divididos en nosotros mismos… siendo extraños extranjeros de nuestra propia patria?
«Ser otro dentro de uno mismo», anestesia de la existencia, puesta entre paréntesis de la religión, de la filosofía, del conócete a ti mismo.
«Ser otro dentro de uno mismo», presencia hueca, sedante paralizadora de Lo Vital,  sin poesía, sin música… negación de la espontaneidad juvenil y génesis de la monotonía.
¡Sal de aquí extraño recaudador de Vida! ¡Vete lejos que hace tiempo que no hablo con mi mismo! ¿Quién seré?, ¿qué había en mi yo más personal?, ¿quedarán huellas de aquel inocente niño? ¡Sal te digo! no ves que impides que sea el que soy… el que seré. 



José Manuel Flores


7 comentarios:

  1. José: Me animo a disentir con Octavio Paz. La alienación más profunda que señala Marx se produce más que en la relación con los objetos, en el seno mismo de la naturaleza humana (ver los Manuscritos del 48).
    Tampoco creo que el tema de la experiencia de la alienación (ahora más allá de Marx), el hecho de no poder "contener" nuestra identidad, de saber que somos algo más que nuestra conciencia de nosotros mismos, sea algo que deba ser conjurado. En los extremos de la interpretación antropológica (Freud y San Juan de la Cruz) nos enfrentamos a ese "desdoblamiento". Creo que es lo que somos. No sé si es algo negativo.
    Me parece ver en tu escrito una variación del tema del círculo y la elipsis.

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  2. Bueno... se ve que vuelve mi temor al descentramiento... y me parece Marisa que tu lectura también manifiesta de otro modo tu espíritu romántico. Reflexionar sobre el yo y el no yo dentro de la misma identidad y no verlo como negativo eso estaba en Fichte, Schelling y el joven Hegel ¿no? (no sé exactamente pero la idea estaba dando vueltas en la época) y lo que dijo Héctor con respecto a la esfera de Parménides se relaciona también con esto. Igual no sé si la alienación de la que habla José podría equipararse a, por ejemplo, las experiencias de San Juan de la Cruz. A menos que hagamos eco de aquellas lecturas que ven en estas descripciones sólo síntomas de esquizofrenia.

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  3. Angeles, no estaba pensando en algo patológico cuando hable de San Juan de la Cruz (ni siquiera en el caso de Freud). En ambos el ser humano es mucho más que aquello de lo que es consciente. En el caso de San Juan, somos habitados por una Presencia que nos reclama desde lo más íntimo de la morada interior. Ser plenamente uno mismo es ser-con Aquello que no soy yo y que me constituye. En el caso de Freud, su filiación a Schopenhauer hace que eso que nos constituya sea la Vida como ser genérico. Lo finito no se para sobre sus propios pies en ninguno de los dos casos, en ambos esta sostendio por algo que lo excede.
    Por eso decía que uno nunca contiene su identidad de manera acabada. Y que la referencia a "algo otro que vive en mi" no tiene por qué ser algo negativo.

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  4. Totalmente claro, Marisa, que no pensás en algo patológico. Sólo me llamó la atención que de lo que José describe como "enajenación" o "alienación" tu lectura profundiza para un lado distinto y hasta optimista. Y realmente lo considero un tema hiper difícil esto de las experiencias místicas tan extremas. A veces creo ver "locura divina" y a veces "locura" a secas. Tal vez sea una delgada linea. Entiendo que tiene que ver con eso de la "desmesura" que me mandaste alguna vez. Pero, si te soy sincera, me cuesta verlo. Y no digo que los misticos son esquizofrénicos, pero sí entiendo quienes sólo ven eso.

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  5. Marisa y Angeles: Gracias por los comentarios y por las observaciones. (Ayudan a aclarar cosas que no tenía en cuenta y a profundizar en otras).

    1.-En realidad uso la cita de O.Paz para poner el énfasis en la definición (ser otro dentro de uno mismo), no tuve en cuenta la poca profundidad de O.Paz en cuanto a la idea de enajenación de la que habla Marx, me falta estudiarlo más.

    2.-Creo que el escrito necesitaba una aclaración.

    Por una parte lo hice pensando en nuestra sociedad moderna-contemporánea que no haya su lugar en el mundo, que no se da lugar para la auto-reflexión ni para las intuiciones filosóficas o poéticas, una sociedad que no da lugar a la auténtica religión, esa experiencia que lo hace a uno parte y protagonista de un Plan, le da sentido a la vida y configura una cierta armonía interior. Enajenación en el sentido de anestesia que imposibilita para vivir esas experiencias que nos hacen sentirnos como en casa. También creo que nunca tenemos nuestra identidad de manera acabada, pero, que si hay impedimentos para que sigamos el camino hacia el conocimiento personal y hacia nuestro centro.

    Por otra parte, pensaba también en los sistemas totalitarios que imponen a sus gobernados una limpia de toda experiencia Vital, puesta entre paréntesis de toda expresión artística, filosófica o religiosa, que a mi parecer son experiencias que nos conducen con nuestro yo interior, sin mascaras, nuestro ser espontaneo. (Por ejemplo lo que pasó en la URSS y en otros países europeos el pasado siglo).

    Es decir, la enajenación a la que me refiero puede ser una experiencia que se da o por las circunstancias y vivencias personales, pero también puede ser impuesta arbitrariamente, pero, en ambos casos tiene un matiz negativo, es aquello que no nos deja llegar a ser lo que verdaderamente somos.

    ¿Me dejo entender?
    Saludos.

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  6. Sí, sí. Hablás más bien de una ausencia de vida personal.
    ¡Gracias José!

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  7. Yo también entiendo que ese "algo otro que vive en mí" no tiene por qué ser algo negativo. Sino una experiencia que se se puede ver desde lo espiritual, lo psicológico, lo sociológico, etc. con diversos signos de valor. Por ejm. una mujer mayor que su madre a través de sus miedos, le determinó la elección y el fracaso de sus relaciones amorosas. Alguien que vive con una consciencia muy viva de que Dios lo acompaña en cada acto del día:desde que despierta hasta que se acuesta. Otro que la lectura de Unamuno le abrió un mundo nuevo para él, y en adelante su mundo. Un pibe que repite discursos de Rage Against the Machine, y cree que con ello, ya está contra el sistema y haciéndole frente a la sociedad de masas. Ejemplos de "algo otro que vive en mí", todos con una valoración distinta.

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