sábado, 10 de diciembre de 2011

Escribir (Estanislao Zuzek)




                Escribir es expresar ideas – palabras - mediante símbolos efectuados sobre un soporte más bien duradero, de acuerdo a la època del caso. Símbolos grabados sobre tablillas, marcados con pigmentos o tintas sobre pergamino, papiro, papel y… últimamente como formas virtuales sobre pantalla de computadora y que, finalmente, quedan registrados bajo alguna forma de secuencias de ordenamiento de dominios magnéticos en un soporte apropiado.


                Escribir es también expresarse. Etimológicamente es exprimir-se  (participio: expreso – acción: expresión)… ¡con esfuerzo! Por lo tanto, parafraseando: lo escrito con la sangre sale…


                Expresarse, pues, es dar de sí a los demás – sean circundantes del momento o receptores en algun tiempo posterior. Es decir, es darse al otro, a otros. Es poner a la consideración de los demás la interioridad de uno: es ex-ponerse - sacar a la vista la propia intimidad espiritual. Hacer a otros como copartícipes de la propia forma de ser uno. Hacerse uno común y unido con ellos: común-unión. Es decir, hacer comunión. Comulgar. En tal circunstancia ocurren intercambios entre almas – comunicadas. Y todo ello, gracias a la palabra – portadora de significados, significantes… que comprometen a personas. ¡Lo que implica la palabra!


                Al inicio, en tiempos remotos, la palabra hablada necesitaba de ‘soportes humanos’ que la conservaran y transmitieran de generación en generación – oralmente: memorizando y recitando en innumerables ciclos. Hubieron de transcurrir muchísimos siglos hasta que esas tradiciones orales fueran preservadas del olvido bajo forma de escritos. Y así llegaron hasta nosotros… gracias al milagro de la escritura, bajo sus más diversas variantes y lenguas. ¡La palabra escrita! El medio universal de comunicación entre personas más aceptado… la escritura.


                Escribir es manifestarnos con ideas, pensamientos, juicios, sentimientos, pareceres, etc. Pretendiendo comulgar con el lector, tratamos de penetrar en su forma de ser y de pensar y, luego, de adecuarnos al mismo - a prestarle atención, pues, para que ello se haga realidad. Esto implica disciplina intelectual y ordenamiento de ideas lo que, a su vez, conduce a una mayor claridad de pensamientos y, luego, a la autocrítica en la búsqueda de coherencia de conceptos. En fin, una suma de esfuerzos sucesivos. Trabajoso, ¿no?


                Escribir también es una proyección hacia encuentros con futuros lectores que establecerán diálogo con el autor a través de su creatura que es el texto por él escrito – en todas las variantes imaginables de forma, contenido, lengua - fluyendo ideas y pensamientos que amplían horizontes, promueven conocimientos, abren corazones, derriban barreras y tienden puentes. Diálogos que enriquecen, ennoblecen… En razón de que lo escrito siempre antecede a lo leído, a su vez, el lector se proyecta de hecho hacia el pasado, para poder abrevar de las vivencias y experiencias de los que han escrito antes - recientemente o en cualquier época pretérita - y, luego, proyectar sus conclusiones al futuro. Pasado y futuro confluyen. Pues, hay algo de intemporalidad en el escribir perdurable, el buen escribir.
                Al momento presente – ante tamaña industria editorial, que se nutre de principios de la sociedad de consumo – uno puede plantearse la pregunta ¿qué escribir cuando ya se escribió de todo sobre todo? La respuesta la encontré en algún ensayo de Milan (Emilio) Komar, dónde incita al lector a escribir según su propia visión de la realidad y forma de ser, como algo único y, por consiguiente, enriquecedor para los demás. Quizás estas disquisiciones encuentren en ello cierta justificación. Además, el hecho de escribir nos pone sobre el camino hacia una nueva, inédita aventura. ¡Buen viaje!



Estanislao Zuzek 

4 comentarios:

  1. Comparto Estanislao su idea de la palabra como un lugar de comunión, de entrega y hospitalidad, entre los hombres de todos los tiempos y lugares. Y cómo cada mirada y cada registro siempre significa una novedad. Escuchar o leer al otro nunca deja de ser enriquecedor.

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  2. Muy completo este pensar sobre la escritura.
    Siempre lo personal es nuevo. Hay una nueva sensibilidad, un ritmo de nuestro tiempo, algo fresco. También es atemporal la lectura, y eso es maravilloso. La palabra escrita es un gran don.

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  3. ¡Qué análisis, querido Stane! Gracias por compartirlo. Me encantaron las observaciones "temporales"... ¡qué magia se esconde en todo esto!

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  4. Eso que decís al final, que Komar sugería escribir sobre la propia visión de la realidad, está relacionado con los principios de este blog:escribir en primera persona. Está bueno aparte de conocer lo que es bueno, implementar herramientas practicas que nos ayuden a conseguirlo. Gracias Marisa e ideólogos de in girum!

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