domingo, 9 de octubre de 2011

Chancho ¡va!

La vida es un gran juego de cartas, donde el azar tiene su espacio pero el ingenio también. ¿Y quién sabe si es la naturaleza la que imita al arte o viceversa? De cualquier manera, la analogía vale si digo que con la llegada del mes de octubre se pasa una carta para la derecha (la C) y se recibe otra (la CH). Ahora toca tratar de tener cuatro cartas iguales (ver si encontramos algo en común en nuestros textos). Lo semejante busca lo semejante, pero ¡atentos! que mientras hago estas disquisiciones alguien ya puso la mano en el centro de la mesa y gritó chancho (el ritmo acelerado de la vida, que no siempre frena ante la poesía y la literatura). ¡Oh desdichado de mí! Llegué último; o mejor dicho, no llegué (no mandarle nada a Marisa). La frustración y la vergüenza me invaden. Pero, ¿qué es esto? La mano en el centro de la mesa está dada vuelta. ¡Impostor! ¡Vil demonio que me arrastra al infierno para escapar él lo más pancho! Y yo, ingenuo borrego, que si no hubiera caído en su trampa le hubiera visto descender al abismo sin otra acompañante que la Justicia (la vida te apura a veces en cosas que no son importantes, sin piedad).

Pero queda la próxima ronda (la D, para noviembre). Voy a estar atento. Espero tener suerte también (no todos la tenemos).

Chanchooooo.....

Adrián C. Ecosefiev

2 comentarios:

  1. Estimado Sr. Ecosefiev:
    ¡Qué alegría volver a saber de usted!
    ¿Se había ido quizás de viaje a visitar a sus parientes rusos?
    Para mi preocupación veo que ha vuelto usted muy estresado a las pampas. ¡Relájese! Esta todo bien. ¡Si hasta ha llegado a tiempo con la Ch! ¡Y lo ha hecho usted muy bien! Ha jugado una buena mano. ¡Y aquí nadie se va al infierno! ¡No señor!
    Usted ha entendido mal aquello de: In girum imus nocte et consumimur igni

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  2. Si no hubiera sido por el comentario de Marisa, seguía pensando que se había sumado alguien nuevo! Y sí... con los amagues del chancho también simpre caía y apoyaba la mano yo sóla! Hace tanto que no lo juego que me había olvidado lo divertido que era! y la verdad que sos ocurrente con las analogías... te felicito!

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