viernes, 10 de febrero de 2012

Gnoseología en el Hades (Federico Caivano)




El año es 1938. Edmund despierta de un sueño, que en realidad era una pesadilla pues estaba sufriendo en su cama con visiones de sus seres queridos yendo y viniendo, llorando en medio del silencio. Él quería decirles algo, preguntarles qué pasaba, pero no podía. No tenía fuerzas y todo se volvía negro…


-¿Dónde estoy? No puedo ver nada.


-¿Hola? ¿Quién anda ahí?


-¿Qué? Eh… hola. ¿Quién…?


-Disculpe pero yo  he preguntado primero. Creo tener el derecho de saber su identidad antes de revelar la mía.


-Em… muy bien. Mi nombre es Edmund Gustav Albrecht Husserl.


-Bienvenido, Herr Husserl.


-Disculpe, pero ¿bienvenido a dónde?


-¡Ah! Una excelente pregunta. Desconozco la situación en la que nos encontramos, pero puedo asegurarle que estoy aquí hace algún tiempo. Debo confesarle que me complace tener algo de compañía…


-Disculpe nuevamente, pero todavía no me ha dicho quién es usted.


-Es verdad. Mi nombre es Immanuel Kant, tal vez haya oído de mí. He sido profesor y rector de la universidad de Königsberg, además de haber publicado…


-¡¿Qué dijo?! ¿Usted es Immanuel Kant? Debe estar tomándome el pelo.


-Mire, no tengo forma alguna de probárselo, pero le juro que yo no tengo dudas de que soy el mismo. Por el ego cogito que acompaña a todas mis representaciones…


-Claro, sí. Entiendo. Yo lo he estudiado, Herr Kant. Conozco su obra profundamente y de hecho he basado mis propias teorías del conocimiento en gran medida en las suyas.


-¿Ah, sí? Pues no he oído hablar nunca de usted. ¿De dónde viene? Tiene usted un acento extraño.


-¡Pues claro que no ha oído hablar de mí! Yo he nacido más de un siglo después que usted. De ahí mi incredulidad cuando me dijo ser quien dice que es.


-¿Me está diciendo que hace más de un siglo que estoy aquí? Me parece increíble. Si bien hace mucho que me encuentro en esta situación, no diría que estoy hace siglos.


-¡Imagínese lo que me cuesta a mí creer que estoy hablando con un personaje histórico como lo es usted!


-¿Personaje histórico? Usted me halaga Herr Husserl.


-Suponiendo que es quien dice ser, créame que es un honor estar en su presencia. Pero, a propósito de eso, ¿dónde estamos exactamente y cómo lo escucho yo y me escucha usted si no estamos hablando en voz alta?


-Es una muy buena pregunta la que usted hace. No me había percatado de que no estoy hablando.


-¿Será acaso un sueño?


-Me he planteado esa posibilidad, pero debo admitir que nunca tuve un sueño tan consciente ni duradero. Me recuerda a la incertidumbre en la que se encontraba Descartes. Supongo que está familiarizado con su obra y su teoría del genio maligno.


- Sí, por supuesto. Entiendo perfectamente y siento lo mismo. De hecho, no creo que tengamos manera de probarle al otro, si realmente usted no es ficción mía, que goza de un yo trascendental propio. Sin embargo, lo que dice sobre el genio maligno me plantea una posibilidad, aunque pueda resultar un tanto extraña.


-¿Cuál es esa?


-De tanto criticar a Descartes en nuestras vidas, nos olvidamos ahora de considerarlo a Dios en nuestros razonamientos.


-¿Está diciendo que…?


-Sí. Es probable que estemos muertos. Es decir, usted, si no es ficción mía, necesariamente está muerto. No sé cómo recién ahora me doy cuenta.


-Mh… suponiendo que así sea, esto no parece el Cielo. ¿Estaremos en el infierno? ¿O en el purgatorio acaso? De cualquier manera,  sin cuerpo que nos proporcione material sensible de conocimiento, no podríamos estar teniendo esta conversación. Excepto que con los conceptos que han quedado en nuestra memoria sea suficiente. ¿Herr Husserl? ¿Está ahí?


-…


-¡Increíble! ¡Puedo entenderlo aun sin que usted enuncie pensamientos! Pero, ¿quién es Wolfgang? Oh… ya veo, su hijo. Lo lamento mucho, mi más sentido pésame. Piense que si de hecho estamos muertos, seguramente tenga la oportunidad de reunirse con él.


-No parece que vayamos a ir a ningún lado por el momento…


-Concuerdo. Pero eso implica que hay algún lado al que podemos ir en algún momento. E implica también que todavía existen los lados y los momentos.


-Pero entonces… el Cielo… ni espacio ni tiempo…


-¡…!


-¡Luz!


-…


-…



 Federico Caivano

10 comentarios:

  1. Fede, me gustó mucho el texto. Tiene un ritmo que va in crescendo. A parte, muy ingenioso cómo planteás ese encuentro histórico entre dos grandes. Me imagino esto hecho cortometraje. Sería muy bueno!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, ¡muchas gracias! Yo lo pensé mejor como para una obra de teatro ciego, porque me imagino la escena a oscuras, sólo con las voces. El texto original es más largo. Le quité una parte en el medio para el taller. Si querés te lo paso.

    ResponderEliminar
  3. Dale, enviámelo. Sí, teatro ciego podría quedar muy bien.

    ResponderEliminar
  4. Muy divertido Fede! Dan ganas de que siga el diálogo que intervengan otros e incluso alguno ajeno a la filosofía. ¡Que se haga un enredo en la oscuridad!

    ResponderEliminar
  5. Muy linda ocurrencia! Que a Kant se le "escape" el medir los siglos y que descubra que lo dicho por la metafísica sea para él más incontrovertible que la ciencia debe significarle el peor de los infiernos!

    ResponderEliminar
  6. Llego aqui por todo excepto casualidad, ¿ Cuantos años teneis? todos , el que publica y los que comentan, ¿ cuantos sois con respecto a la poblacion mundial? ¡ Que finalidad hay en vuestras maniphestaciones? ¿ Sois verdaderamente como parece unos, .... felices? y para no desentonar, ¿ nadie ha leido " El idiota interior" de Weiber? Resucitar genios es sadico, son ganas de putiarlos.
    " Züruck zu Kant"
    Herder

    ResponderEliminar
  7. Querido extraño con vocación de misterioso: Hemos borrado el comentario que estaba en el texto de Marcelo Gobbi por ser infundadamente agresivo para con nosotros. Si no te gusta el blog o su gente, Internet te ofrece infinidad de otros sitios para visitar. Si realmente te gusta, te pedimos (y a todo futuro comentador, ya que estamos) que escribas en una forma más coherente y respetuosa, además de dejar de lado tantos pseudónimos innecesarios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Aldo Moro, creo que nuestra edad varía de entre 24 y 76 aproximadamente. Sucede que algunos nos conocemos personalmente y otros solamente cibernéticamente. Lo que más nos une es el interés por la filosofía, la reflexión y el intercambio de ideas. ¿Si somos felices como parecemos? qué pregunta! supongo que así como, siguiendo a Platón, no nos llamamos "sofos" sino sólo "filósofos", también podríamos afirmar que amamos la felicidad y estamos tras ella. Seguramente algunos se encontrarán más cerca, otros más lejos. Yo personalmente no leí el libro de Weiber pero iré tras su búsqueda. Ahora bien,discrepo con que resucitar genios sea sádico, no entiendo porqué lo sería. Bienvenido si te gusta el blog!

      Eliminar
    2. En realidad hay varios participantes (como yo) que tienen menos de 24 jaja

      Eliminar
  8. Fede hace mucho tiempo, tuve una idea similar:
    http://misselthwaitemannor.blogspot.com/2008/07/el-rey-de-bajo-tierra.html
    Me encantó, mandas el completo?

    ResponderEliminar