domingo, 18 de septiembre de 2011

Conexiones (Sofi Montagnaro)

Manuel Arriata, Cosmovitral, Toluca (México) 1910
(Ilustró Ángeles Smart)



Casi innumerables son las formas de conectar entre personas. Recientemente tuve una que no tenía hace mucho, casi un año diría.
Hace una semana fui con la facultad a un taller de vitrales en el que el maestro vitralista (¡cómo me gustó escuchar que se refirieran a él con ese gran título!) nos dio una charla sobre la historia del vitral: su relación con la alquimia; las discusiones medievales de si el vidrio tendría que hacer de la luz que lo atraviesa opaca o simplemente transformarla en esa tonalidad mágica que nos da la sensación de estar en un lugar realmente celestial. Casi terminada la parte histórica una compañera decidió preguntar cómo llegó él a este arte tan particular. Desde el momento en que el maestro dijo “¡Qué buena pregunta!” no pude desconectarme de él.
El maestro comenzó explicando que tuvo una crisis existencial de esas que se viven alrededor de los 30 años, en la que decidió abandonar todo lo que venía haciendo para tomarse un tiempo y ver cuál podría ser su lugar en el mundo. De esta forma llegó a acomodar autos en un estacionamiento, que lo llevó a encontrar un recorte de diario en el suelo de su trabajo. Este hecho fue el que marcó su hados: era un recorte sobre un taller de vitrales. Casi impulsivamente llamó al teléfono indicado y decidió ir a una entrevista con el que luego sería su maestro.
Durante su relato, que iba desde la llegada al taller hasta el cómo armó el suyo propio, sentí algo hipnótico que me llamaba a escucharlo sin querer perderme ningún detalle, ni de la historia ni del énfasis que ponía en las palabras. Fue una conexión basada en una completa atención visual y auditiva; una conexión en la que ese ser hipnótico se da cuenta del poder que tiene y que, por esta razón, tampoco quiere dejar de conectar con nosotros. Llegué a creer que éramos las únicas dos personas del lugar. 
Este tipo de conexiones poco frecuentes son las dadas por la pasión que media en la comunicación. Tal vez a ustedes les pase más a menudo, pero no creo haber vivido muchos encuentros como éste. Son encuentros que de alguna manera marcan, modifican y nos ensanchan. ¿En qué me modificó? Tal vez me devolvió un poco esas esperanzas, opacadas vaya uno a saber por qué,  de encontrar mi lugar en el mundo y aquello por lo cual puedo apasionarme. Todo esto, siguiendo su curso natural y lógico, me hizo reflexionar sobre qué es lo que me apasiona: encontré cosas, momentos, gente, pero vi que nunca tuve la valentía de intentar hacer de eso que me apasiona mi vida. Tal vez sigo necesitando pequeños empujoncitos o grandes conexiones como ésta que comparto con ustedes.
Siento que ya aburro con mi temita de la búsqueda. Les pido perdón, pero no lo puedo evitar. Muchos de ustedes muy probablemente han encontrado su lugar o el cómo llenarlo, pero es algo que me cuesta muchísimo. Creo que es así porque para llegar a esto necesito previamente cumplir con lo dictado por el Oráculo de Delfos, que tampoco es tarea fácil. Anyway… ¡A seguir caminando!
Jueves 1ro de septiembre. Una Sofi llena de ganas.
Sofi Montagnaro



5 comentarios:

  1. Gracias Sofi por compartir esa experiencia y ese testimonio!
    También me hipnotizaste con tu relato!
    Esos encuentros insospechados que revitalizan nuestro espíritu, a veces un poco abatido o dormido… que vuelven a teñir la vida de "c"olores, que renuevan la esperanza.
    …Quizás no ahora, o no en la forma en que nos imaginabamos, pero qué lindo saber que “encontrar/dejarse encontrar” es posible…!
    Gracias por la transmisión de esa “c"hispa!!

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  2. Tu texto Sofi, me hizo acordar a esa idea de Tarkovski: "Un genio no se manifiesta en la perfección absoluta de una obra, sino en la fidelidad absoluta a sí mismo, en la consecuencia frente a su propio apasionamiento"
    Y por otro lado a aquello que dijo Carlos Santana: "No existe nada más contagioso en este planeta que el entusismo."
    Es imposible no conectar con ese tipo de gente. Uno siente que lo suben a la grupa de su galope.
    Lo que ocurre es que no abundan. ¿Por qué será?

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  3. Me encanta escuchar a esa gente muy apasionada por algo y no poder evitar preguntarme, ¿me apasionaré así por algo? Y esas personas te dan ganas de moverte de repente, pero no sabes bien a dónde. gracias!

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  4. Quizás no hayas visto que en el no dejar de buscar, el no conformarse...también hay mucha pasión!!
    Tu "temita"requiere mucha valentía y aprender a convivir con esa frustración que desconcierta una y otra vez, porque no todo da lo mismo...Vamos con Sísifo!!!

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  5. Qué testimonio, Sof!! Cómo nos conmueve el heroísmo de dejarse llevar por lo que a uno lo apasiona. Siempre me resultó muy paradójico -y por eso muy luminoso- el que la propia individualidad, el llegar a ser sí mismo, no surja de una actividad, sino de una "pasión". Lo que más nos define no está en dentro nuestro, o mejor, lo más interior a nuestra interioridad es un Otro que llama y que nos "entusiasma" (nos "llena de dioses", como si nos poseyera). ¿Será cuestión de dejarnos apresar, apasionar, sin tanto miramiento?

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