martes, 13 de septiembre de 2011

Cielo (Paula Munaretto)


Claude Monet (Ilustró Paula Munaretto)

Me resulta impresionante saberme parte de un todo; más aun, creerme parte de un todo. Simplemente me sucede que cuando anímicamente estoy un poco deprimida, alzo mi mirada y me acompaña con sus tonalidades: Lo veo lleno de rojos que emanan fuego, que parecieran indicar que se acaba todo. Y escucho al vacío que hay en él llamando desesperadamente  a esas nubes que simulan no estar en este momento necesitado; así como las lágrimas no quieren nacer de mis ojos cuando la garganta se ahoga en ese mismo fuego rojo que el cielo nos muestra. Y nuevamente fijo mi mirada allí arriba, esperando una respuesta. O quizás no, quizás espero solamente una simpatía, una empatía. Un saber que me entiende, que ese cielo lleno de tonalidades ahora cada vez más fucsias y violetas comparte mi sentimiento; que es parte de él. Y sin embargo, el agua no aparece. Sin embargo una vez más pareciera decirme que el fuego no va a apagarse sino hasta que yo decida hacerlo, hasta que de una vez por todas pueda enfrentarme con ese fuego que me ruge y veo reflejado en ese cielo que me mira.
Y no es sólo en esos momentos que me acompaña; sino que es un amigo más fiel del que jamás esperé tener. Pues son más bien sus azules que reflejan al sol los que me entienden y acompañan en la vida cotidiana, en esa vida lejos de las tormentas. Son los reflejos del sol los que iluminan mi vida a diario con sus tonalidades exactas de diversos naranjas y distintos amarillos. Luz de cielo que no sólo ilumina sino que brinda calor a mi vida; da alegría a ese azul que muchas veces por sí solo pareciera aburrirse. Y sin embargo, cuando me detengo a reflexionar sobre él redescubro las profundidades de ese azul. Y ahí es cuando me parece inagotable; me corrijo, ahí es cuando me doy cuenta que es inagotable. Y una vez más, elevando mis ojos a él, me veo allí. Me reconozco allí, en cada uno de esos turquesas, en cada uno de esos cristales espejados.
 Es tan cambiante y a la vez tan sereno; tan presente y sin embargo tan distante; tan mío y tan de todos. Es mi cielo, el que comparto con todos.

 Paula Munaretto

4 comentarios:

  1. ¡Muy lindo Paula! Me gusta como describis ese sentimiento de pertenencia a una vida compartida, "personificada" en ese cielo "cambiante y a la vez tan sereno; tan presente y sin embargo tan distante; tan mío y tan de todos."

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  2. Muchas gracias, Pau! Me sentí muy identificado con esa necesidad de reposar la mirada en el cielo y abrirse a lo que venga... como todos nosotros.

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  3. Me parecio muy lindo!!
    Transmite esa « afinidad » entre la inmensidad del cielo y la apertura ilimitada del alma…
    Alma que busca allí una empatía… alguien que la entienda.. un "kindred spirit".
    Gracias!

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  4. Gracias por los comentarios!!Sí, la verdad que intenté transmitir un poco ese sentimiento que creo que todos tenemos.. ese pensarnos únicos a la hora de abrirnos a nuestro cielo... pero saber que lo compartimos todos..

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