viernes, 16 de noviembre de 2012

Ñirantal (Ángeles Smart)

Paul Klee, "Ritmos rojo-verde y violeta-amarillo" 1920. Óleo y tinta sobre cartón. 37.5 x 34 cm. 





Aunque es irrefutable la presencia del Ñirantal entre los verdes de Cipreses y Coihues, la belleza rojo-otoñal de un Ñire solitario todavía me deja pensando.
¿Será la negación del árbol, el bosque? o ¿el bosque aquella superación desde tiempos inmemoriales buscada?
No voy a decir que la filosofía, Platón y Hegel me cagaron la cabeza. A esta altura es más que claro que me encanta y disfruto jugando con las teorías.
Pero es a fines de marzo -cuando mi vida se reduce a que no se me escapen esas manchas multicolores en las laderas de las montañas- el momento en que encuentro la respuesta.
Ya sé que voy necesitando varios otoños para convencerme
No importa. Nadie me apura


Ángeles Smart

10 comentarios:

  1. ¡Que maravilla esos colores de los árboles Anqui!
    Es cierto que te atan a la vida instintivamente.
    ¡Qué bien elegido Klee!
    Lo que no me explico es por qué filosofía y experiencia empezaron a circular por carriles diferentes en tu vida. Quizás luego de varios otoños se vuelvan a unificar como decís vos. No me quiero perder eso. Va a ser como asistir a la erupción de un volcán...

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  2. Bellísimo pensamiento! Gracias!

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  3. No Marisa! Me mato si erupciona otro Volcán!
    Esperemos sea un proceso gradual y amable, algo así como el deshielo en las cumbres o una brisa suave! Sí, el cuadro de Klee es muy lindo!

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    1. ¡Tenés razón! Usé una imagen muy desafortunada.

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  4. AnquiZ! Aqui regresando. Insisto en esto que inauguró Marisa en su reflexión de Job y la presencia de los amigos, y que también he estado reflexionando en este fin de semana. Y en este caso tuyo, veo cómo muchas cosas, no se resuelven en estructuras sigolísticas del razonamiento, sino en simplemente ver la cosa ahí. Lo maravilloso es lo que hace el tiempo: porque sólo en marzo, tu respuesta llega; luego desaparece, pero sigue interpelando durante todo el año. ¿A cuántas cosas en la vida, se podrían analogar esto que describis, ¿no?

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  5. No te había leído, Anqui, hasta ahora.
    Confieso que a veces me pasa tal cual lo que decís de las teorías,que parecen opacar la experiencia,como metiéndose en el medio....pero también creo que de no tener una sensibilidad especial,a lo mejor no se te hubiera ocurrido andar hurgando entre las teorías....Como cuando decís que "la belleza del Ñire te deja pensando". Creo que el asombro famoso, del viejo Jaspers es el que une una cosa con la otra.Y la otra con la una.
    Muy lindo el cuadro !

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  6. Pao, lo del quedarme pensando con algo que veo y el necesitar cierto tiempo para masticar una respuesta (Héctor) creo que tiene que ver con un rasgo un poco mío. Siempre estoy con muchas cosas en la cabeza y todo me llama la atención, pero hay cosas que las pongo a un costadito para tenerlas presentes lateralmente, de esto recién me doy cuenta cuando las vuelvo a traer a primer plano (después a veces de un tiempo largo)y me percato de cómo eso se me había colado en mi mundo. Sí, sería como un "asombro filosófico" en diferido... ja!

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  7. Angeles!!! que gusto leerte... el otoño es el momento del año en que a mí, como a vos, la naturaleza que me rodea, me nutre de belleza y mi alma sube y sube y sube... Pero para mi otoño no es en marzo sino en octubre. Y por lo general lo contemplo desde el volante de mi auto al circular por la ciudad.. Pero si tengo al oportunidad de meterme en el bosque, puedo experimentar, puedo sentir aquello del "ascenso y descenso del alma por la belleza..." Y la vista se agudiza para "ver" mejor la realidad (natural y humana) que me rodea..

    Y lo más lindo del mundo? comprobar cómo eso mismo le empieza a ocurrir a mis hijos... "mom, can we drive through the red tunnel??" me pregunta mi hijo menor eligiendo el camino a casa al volver del super... un boulevard escoltado por árboles colorados de principios de octubre a fines de noviembre... "el tunel rojo"... y los ojos le brillan y el alma se le expande...



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  8. Hola Angeles, qué bueno que escribiste sobre el Ñire, los ñires. Estuve a punto de hacerlo yo y decir algo sobre su gran belleza, su adaptación a ambientes difíciles como es en lo alto de un cerro como el López que en Otoño tiene un bosque de ñires maravilloso!!! Me gusta tu reflexión tan contundente. Como dice Marisa, vida y filosofía se acompañan, pero como decís vos, hay momentos en que la naturaleza te toma por asalto, te llena y no deja mucho más espacio para nada más. Hay otros momentos en que es al revés y te abstraés con el pensamiento filosófico.

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