martes, 12 de julio de 2011

Ausencia (Ariel Mansilla)



Giorgio de Chirico



A la hora de comparar lo lleno con lo vacío, ponemos en juego incontables términos y descripciones sobre todo aquello que puede ocupar un volumen en cualquiera de los planos conocidos, desde el material, hasta lo sentimental.
Pero hoy son las 4 de la mañana, el insomnio sexual de los vecinos no me deja dormir, para qué gritar, si la están pasando bien. El tiempo en soledad me ayuda a reflexionar sobre mi realidad, plana, monocroma, errática, desinteresada. El whisky no ayuda a ver más claro, ayuda a seguir, hacia donde no sé, pero a seguir. Hay algo que es más que real que nunca, la ausencia, ¿de qué? No sé, pero generaliza todo lo que me toca.
Necesito eso que hoy no tengo, eso que en algún momento estuvo y se fue, que se ausenta sin avisar, pero también vuelve de la misma manera. ¿Qué es eso? ¿Es la falta de algo, el concepto equivocado, las ideas maltrechas, el elefante en el pecho, la impunidad del “no tener ganas”??? Vaya a saber uno. GRITO, muy fuerte. Pero no a los que se divierten, a mí mismo me grito. Tengo que reaccionar, saber dónde está eso que se ausentó. No quiero que esto termine así, no quiero vivir siempre con la duda, ¿Se puede eliminar la ausencia de la vida? Duermo…
Hay sol y creo que lo encontré. Sí, lo encontré. Me choqué en el camino con eso que puede matar la falta. El problema está en que eso que puede, quiera ayudar a mover ese elefante que se llama Ausencia que de vez en cuando se me para arriba del pecho.


Ariel Mansilla

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