lunes, 12 de marzo de 2012

Honores y Hundimientos en el Sol Naciente (Maximiliano Hünicken)

Max Hünicken  Segura,  Mishima  tras el rostro del mar



    El rostro de Mishima parece ser nuestro interrogante, de él sabemos que fue un gran escritor, que amaba las tradiciones de su querida tierra, que buscaba por doquier los signos vitales de un Japón que no negara su real y natural existencia. Sin embargo  no sabemos que buscaba en el pabellón dorado de Occidente. Seguramente necesitaba adentrarse en aquella cultura, para poder fundamentar su lucha, ya no la de su “amigo Hitler”. Quién sabe, capaz que sintió intriga por querer conocer esa fuerza americana, y sentirse a gusto con su cuerpo, con las comodidades y liviandades de un capitalismo que estaba destiñendo el color de su bandera. Para ser más exactos, Mishima conoció bien a la serpiente verde,  así  llamada por él, será que ese color simboliza la vitalidad de la moneda americana. Será que su sed de identidad y pertenencia, se asemeja a su “Sed de Amor”. Mishima es un autor que despierta interés, su vida es un meandro de curiosidades y contradicciones. Justamente esas contradicciones desdibujan el rostro de este último samurai.      
          El  peligro  de  la  existencia  es uno  de  los temas que atraparían a  Mishima, dado que el sentido de la vida, de la suya y de su tierra madre, iban por el mismo atajo de una idea de belleza, que entrelazaba los fundamentos de una tradición. Por ello es auspicioso decir: “El verdadero peligro no radica sino en vivir. Claro está que vivir no es más que el caos de la existencia, y más aún: es el afán loco y erróneo de ir desmantelando instante a instante la existencia hasta ver restaurado el caos inicial, y entonces, con la fuerza que da la incertidumbre y el miedo originado por el caos, volver a recrear instante a instante la existencia - [. . .]”. Lo inusitado de la muerte sería vida simbólica para la filosofía de la acción, para esa existencia hecha de fluctuaciones que vivenciaba este guerrero de la belleza, al jugar con la identidad. Siempre Mishima nos hablará de la identidad, de una bandera que flamea por la sangre de una sucesión de la tierra que nos ve crecer, pero el rostro de este extranjero, de esta fuerza que fomenta el miedo, sigue latiendo con enérgica palidez. Ahora bien, no podemos dejar de mencionar la idea de patriotismo, el honor de su causa, la visión de una existencia que se esconde en la gloria de las ceremonias, en las nimiedades de los colores que enarbolan ese banquete color púrpura, color oro.  Las ideas de belleza, patria y honor se conjugan en una sola idea madre, consejera como Natsuko, de la armonía del péndulo, de la oscilación, de aquella que nos habla con la voz de Schopenhauer. Esa idea es la muerte como forma de existencia:
              “Algo humedecía su puño y, bajando la mirada, vio que,  tanto su mano como el paño que envolvía la hoja, estaban empapados en sangre. También su taparrabos estaba teñido de un rojo intenso. Le pareció increíble que en medio de aquella agonía, las cosas visibles pudieran ser todavía vistas y las cosas existentes, existir”                        
Parece que el rostro de Mishima se hace carne en la pulsión de excitación, de aquel guerrero suicida que ve en la inmediatez de la muerte, la sonrisa cómplice de una filosofía.
Es fresca la brisa de la primavera, es tediosa la nieve del invierno, mas este literato japonés, nuestro querido Yukio, sabe que su hiel es alegría para el luto, de vacíos intentos de sentido que traen los nuevos signos de la modernidad.
Este literato anhela ser el último romántico que deja al descubierto su corazón, no sucediendo  lo  mismo con sus facciones, que se humedecen con la sangre de la adrenalina. Este revoltoso de la acción nos invita a sentir con la religión de su amor la inmanencia de su sombra sobre el tapiz de la alegría, cuando otros lo nombran con elocuencia y, sin saber de su rostro, le dicen, Yukio eres nuestro guía:

El Guerrero


Corazón valiente
Corazón sensible,
¡El temor le da coraje,
Cuando la necesidad
  Es un camino que lo atrae!.


Corazón valiente
Corazón con ideales,
Pensamiento profundo
Del guerrero poeta
Que se aflige
Con la injusticia,
Con la novedad sin cauce.


Corazón de hombre
Corazón salvaje,
Cuando la ira
Gobierna sus señales.


Corazón con fines
Corazón con heridas mortales,
Las que el guerrero se ha ocasionado
Con la tristeza del alma perdida
En laberintos mundanales.


Maximiliano Hünicken 

6 comentarios:

  1. Antes que nada les aclaro a los lectores que este texto es un fragmento de un trabajo mayor sobre el escritor japonés que Max generosamente me permitió "editar" para el taller.
    Yo no lo conocía a Mishima, Max. Ahora a partir de lo que escribiste y hurgando un poco en su vida me dieron muchas ganas de leerlo.
    Me resultan muy conmovedoras estas líneas suyas que citás leidas a la luz de su muerte:
    "Le pareció increíble que en medio de aquella agonía, las cosas visibles pudieran ser todavía vistas y las cosas existentes, existir”

    ¡Gracias por tu sentido homenaje este guerrero escritor, a "la tristeza de su alma perdida en laberintos mundanales" !

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  2. Maxi, me pareció fascinante toda la reseña de Yukio Mishima. Parece ser un escritor profundo, al leer las citas expuestas. Me gustó mucho el tono lírico de la reseña, no sólo informa sino que hace padecer el sentimiento del escritor. Un abrazo!

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  3. gracias MARISA. TE DEBO A TI LA SINTESIS, DADO QUE ME SOBREPASE UN POQUITO CON AL EXTENSION, SERA EL ENTUSIASMO. JAJAJA.
    UN BESO

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  4. GRACIAS QUERIDO HECTOR. SÍ LO ES. MUY POLEMICO TAMBIEN POR ALGUNAS DECLARACIONES, Y SU VIDA AGITADA. PERO BUENO, NADIE ES PERFECTO. MAS ADMIRABLE ES SU ACTITUD, FRENTE A SU MAESTRO, CUANDO A KAWAWATA LE DAN EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA, MISHIMA TAMBIEN ESTABA NOMINADO, Y DECIDE BAJARSE DE LA NOMINACION, PORQUE CONSIDERABA INAPROPIADO COMPETIR CON SU MAESTRO. Y QUE DESPUES DE TODO EL TENDRIA OPORTUNIDAD DE SER NOMINADO EN OTRA OCASION. IRONIAS DE LA VIDA Y EL DESTINO. MISHIMA SE SUICIDA.
    ABRAZO HECTOR.

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  5. Gracias Maxi, me encantó, espero poder leer más adelante el trabajo completo.

    Una leve tormenta nocturna
    me ha dicho: "caer es la esencia de una flor".
    Después llegaron los cobardes.

    Este es Jisei no ku de Yukio Mishima

    El Jisei no ku o poema de despedida es parte del ritual del seppoku o harakiri. Es un poema corto (puede ser un haiku) que se escribe antes de la autoinmolación.

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  6. EXACTO QUERIDO MUSA. ES ASI. EL RITUAL DEL HONOR, PARA DESPEDIRSE DE ESTE MUNDO INDIGNO.

    ABRAZO. ME ALEGRO

    MAX

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