viernes, 26 de abril de 2013

Superficies (María Paola Delbosco)


 

Imagenes de Google Crome (la referencia es actualmente inexistente)

 


   No desprecio la superficie. Algo en ella es sagrado: es el punto de contacto de lo interno con lo externo; es el final de la lucha entre la pulsión y el impacto, cuyo resultado queda inscripto en la superficie. Alguna vez de modo indeleble.
   El adentro emerge hasta la superficie, a veces abiertamente, a veces discretamente, a veces visible sólo para algunos: descifrar esos signos secretos es lo que más me atrae.
   Hay superficies en las que el entorno no escribió nada aún; en ellas es la fuerza vital la que se hace ver, empujando con energía, casi con violencia, desde adentro hacia afuera. Esas superficies, en un preciso momento, cuando de repente aparece una superficie externa que coincide con el deseo, aprenden a curvarse en una sonrisa. De lo contrario explotan en volcanes de indignación.
  Sucede también que, cuando el anhelo y la donación coinciden, las superficies, curva y contracurva, se rodean y se funden en un único interior sin fisuras. Son instantes perfectos.
  A menudo se da en cambio que lo de afuera haga crecer barreras, cierres, oscuridades; la superficie se repliega, esconde lo interior, lo defiende, pero también lo comprime en una densidad dolorosa. Mi función es llegar hasta ese punto sufriente y permitir de nuevo el despliegue de la superficie, la expansión en anchura de vida.
  No le tengo miedo a que las superficies contiguas rocen la mía; le tengo más miedo a no encontrar ese punto preciso del despliegue, a buscar erróneamente la abertura, a no saber leer los signos de la superficie.
  Los signos en mi superficie son, en cambio, muy evidentes, aunque no siempre son leídos. Estoy orgullosa de esos signos, esas marcas permanentes, esos pliegues del combate: recibí, amé, resistí, avancé en la vida.


Paola Delbosco

6 comentarios:

  1. ¡Una maravilla Paola! Me pareció asistir a una verdadera danza de palabras. Las imágenes tienen mucho ritmo poético y densidad simbólica.

    El "único interior sin fisuras" buscado que justifica tu misión de reparar "ese punto sufriente y permitir de nuevo el despliegue de la superficie,la expansión en anchura de vida", me pareció un modo mágico de nominar tu vocación por la fecundidad de la vida. Con toda razón llevas con orgullo los signos de tu superficie

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  2. MUY BUENO PAOLA, NO TODOS LOS PUNTOS NEURALGICOS ABRAZAN LA AUTENTICIDAD, es mi humilde opinion.

    De superficie en superficie puedo oscilar, pero sin profrundidad genuina, es hondura suntuosa de un vano desasosiego que irrumpe en falsa vitalidad.


    MAX HUNICKEN

    BESO PAOLA

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  3. ¡Muy lindo, Paola! Tiene una sutileza todo el texto que constantemente me interpela, pero suavemente, de la superficie al interior y del interior a la superficie. Me preguntaba si requiere o no algo de sabiduría llegar a ese instante perfecto del "único interior sin fisuras" porque me pasa muchas veces que mi interior desborda o mi exterior comprime. Mis signos en mi superficie también son muy notorias y las llevo como trofeos de combate de una guerra aún no concluída.

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  4. Me encantó, Paola, lo que despliega el texto. En particular, que algo en la superficie sea sagrado, la evocación de los instantes perfectos cuando el anhelo y la donación coinciden,el ir y venir del adentro al afuera como en un baile que no termina.

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  5. También a mí me gustó mucho esta valoración de la superficie y agradezco que me lo hayas hecho notar. Uno a veces busca profundidades sin empezar por la piel de las cosas...
    Más allá de eso, el cierre autobiográfico es genial.

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  6. Muy bueno Paola!! Que bien describis tanto las superficies como las profudidades y la importancia de las relacion entre ambas ME encantó. Gracias

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