lunes, 18 de noviembre de 2013

Zigurat (María Paola Delbosco)


Pieter Brueghel, el viejo, La Torre de Babel
http://es.wikipedia.org/wiki/Torre_de_Babel




El zigurat triunfa por sobre la chatura del desierto; su mole desafía los vientos y las tempestades simplemente por ser arena sabiamente consolidada, hecha ladrillo y dispuesta según un orden minucioso y paciente. El zigurat sólo puede crecer sobre lo ya construido; la estructura que avanza por la vertical necesita siempre de lo horizontal, aunque su vocación verdadera está en la otra dimensión. Cada capa horizontal es más útil cuanto más es sólida y fuerte, y cuanto más renuncia a la rapidez: sólo el crecimiento lento garantiza el apoyo para las siguientes capas. Nadie llega a  la cumbre si no es por el lento e invisible trabajo diario de muchos. Lo que yo aporto de mío, cada día añadido y cada día olvidado, parece perderse en el todo por su pequeñez, pero nada va perdido si es fruto verdadero, fruto de la vida que palpita en cada uno con un ritmo original. El zigurat es resultado del esfuerzo personal y colectivo, aunque parezca que al final alguien le pone el banderín en la cumbre. Ese alguien no ve que, cuando sube por los albardones, todavía queda el cielo sin tocar.


Paola Delbosco

3 comentarios:

  1. Siempre tuve una impresión negativa del sigurat, por aquello de la Torre de Babel y la maldición que arrastró. Pero ahora se me aparece como una metáfora de la historia en la que cada uno pone su granito de arena y surge con toda la ambivalencia de la libertad. Así mirada es hermosa y conmovedora su figura.
    ¡Qué buena imagen la ilustra Paola!

    ResponderEliminar
  2. Qué lindo ejemplo de un trabajo colectivo al servicio de cada uno! La vista desde la cumbre y el viento en la cara demuestran que subiendo (aunque cueste) uno siente lo que es la bendición del esfuerzo ajeno y cuántas cosas uno disfruta gracias a él. Y si uno colaboró la gratificación es infinitamente más grande, gracias por recordárnoslo, Paola!

    ResponderEliminar
  3. Me uno a las palabras de Marisa y Angeles. ¡Muchas gracias!

    ResponderEliminar