sábado, 16 de noviembre de 2013

Zig-zag (Ángeles Smart)



Antonio Berni, El gallito ciego, 1973



Ahora me resigné. Acepté las vueltas para llegar a destino y experimenté la necesidad de  rodeos, desvíos y circunvalaciones. Ya desde chica,  la Ruta del Desierto me advertía de los peligros de las rectas demasiado largas, con sus ensoñaciones, espejismos y mortales letargos. El dramatismo de esos autos destruidos, expuestos a la vera del camino, me sigue sorprendiendo aún  hoy por su mal, pero efectivo, mal gusto. Pero es así. Las curvas y contra curvas son la norma de la vialidad y existencialidad general.
Pero todavía el Tren de las Nubes me sigue inquietando. Si bien el zigzag de su trayecto se entiende como obligado, los avances de espalda aún me causan mareos. Aunque  sus dos locomotoras hablan por sí solas del astuto ardid de los ingenieros para ganar altura con poco espacio de maniobra, la sensación de avanzar a ciegas todavía me resulta intolerable.
Tal vez al tren de la felicidad sólo se lo agarre cuando uno acepta, no sólo los desvíos, sino también el juego de los tanteos y la incertidumbre.
Sobre la meta, sobre el próximo paso, sobre el sentido del camino.


Ángeles Smart

6 comentarios:

  1. Sean rectas o curvas Anqui, me parece que el asunto es que no existen mapas o al menos, no existen mapas trazados por nosotros. Nos daría más tranquilidad poder trazarlos, pero también seria un poco aburrida la certeza de que no habrá novedades que nos sorprendan en la ruta. Aunque seria bueno que las señales de las curvas peligrosas estuvieran iluminadas con luces de neón o carteles gigantes que indiquen contramano.
    ¡Muy buena la ilustración!

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  2. Qué bueno eso de la señalización, es verdad, tal vez entre la certeza y la incerteza esté ese punto de tener algunos signos nomás!
    Sí, esta obra de Berni es muuuy linda! Lástima que estoy lejos de ser rubia y me costaba identificarme, ja! Para vos cerraría mejor, saludos!

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  3. Ni siempre recta ni siempre en zig zag. La vida de una persona inteligente rechaza estas dos posibilidades y se queda, como vos, con el diálogo entre los acontecimientos y tu sentido del ser. Muy poética la forma de expresión tuya. Y la ilustración...Berni, colores, dibujo, sin palabras!

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  4. Muy bueno, Anqui! Una vez, un arquitecto de rutas me decía que éstas no pueden ser siempre rectas, así sea posible, y que en un punto tenían que poner una curva. Esto obedecía a evitar los mortales letargos. Y pienso que en la vida pasa lo mismo. O mejor, pensar que el ideal de la vida es una línea recta, es "dañino para la salud". Asumir la vida con mapas por hacer, es mejor. Por algo siempre decimos que "la vida es un misterio", ¿no?

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  5. Me encantó el final "sobre la meta, sobre el próximo paso, sobre el sentido del camino" quién pudiera aceptar la incertidumbre...! Muy bueno Anquita!

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  6. Sí Angeles, perfecto: vida y camino se entremezclan. Y pensamos que el final de ese camino y el final de la vida son como dos sentencias paralelas, con un recorrido largo o corto, casi siempre con muchas curvas y zigzagueos. Pero, a veces, el final de un camino puede ser su principio. ¿Y la vida?, ¿alguien supo nacer de nuevo ?

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