miércoles, 27 de noviembre de 2013

Zutano, el último (Guillermo Barber Soler)

http://cargocollective.com/joewebb#Kissing-Magritte



Hola
soy Zutano
el ultimo de los últimos
bueno, el tercero,
pero de los últimos

de esos que nadie quiere
nombrar
o que no importan, porque digo:
¿a quién le dicen algo
nuestros nombres?

sí, yo de esos soy el tercero
y cuando hablan de Fulano
-imagínense-
todos agachan la cabeza:
“ese fulano…”
y hay que hacer un ejercicio de abstracción
un anti-rostreo
para poder imaginarse
cómo será
el indeterminado fulano

pero para mí
que soy Zutano, el último
-imagínense-
Fulano es como mi héroe
mi hermano mayor
(que haga lo que haga
seguirá siempre siendo mayor)

porque la gente teme convertirse
en un fulano y yo, en cambio, ojalá pudiera
tener su fama
su fuerza de identidad
todo su arrastre
porque ¿quién conoce a Zutano?
si está siempre ahí
indeterminadísimo
indeseado
tapado bajo la sombra tenue de un Fulano
como sombra de otra sombra
con menos rostro que una piedra o que un cuadro
de Quinquela Martín

y Mengano
el segundo mengano
incómodamente en el medio
al menos tiene
la rimbombancia de su nombre
palangánico

pero yo acá solo soy Zutano, el último
que suena raro y por eso se lo evita:
“fulano, mengano y el otro”
“fulano, mengano y paro de contar”
“fulano, mengano y qué sé yo”

y probé, eh
ojo que probé
ser alguien

hacer cosas, ¿vieron?
-porque la gente que hace cosas es alguien
o viceversa, no sé-
y nada, che

las cosas que hago no me dieron nombre
estudiar no me dio nombre
trabajar no me dio nombre
escribir no me dio nombre
las paredes sólo reflejan
eco
de lo que habla
¿qué van a reflejar
del inindispensable Zutano, el último?

ni mi estudio ni mi trabajo
ni la palabra escrita me hablan
ninguna enuncia
mi nombre
-¡ni siquiera mi nombre!-
las paredes no reflejan figuras
y los espejos solo devuelven
lo que era:

¡Zutano, el último
el hueco final
al final
de cada bostezo!

Zutano, ése
homogéneo
esquivo
descartable
aburrido
anónimo
contingente

violencia nominal de ser nadie
nadie
o al menos hasta que una mirada
me devuelva
mi origen.


Guillermo Barber Soler


5 comentarios:

  1. Muy bueno Guillo.
    La insaciable necesidad del reconocimiento de los demás. La búsqueda de la confirmación de la propia identidad en la mirada de los otros. Muy oportuna reflexión hacia el final de este taller en el que nos hemos dado un espacio unos a otros para ser contemplados.

    ¿Y si es Zutano el que da el primer paso? ¿Y si es él quien comienza a ocuparse de los otros en lugar de estar pendiente de sí mismo y de su nombre? Creo que ese es el secreto. Salir de sí y atender al otro. Es en ese gesto que comienzo a tener un nombre. Otra más de las paradojas en que nos vemos inmersos. Y otra cosa que he descubierto: no hay atajos.

    ¡Me encantó eso del palangánico mengano!

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  2. Excelente la imagen de Magritte, qué justo!
    Ahora, el monólogo es tremendo... supongo que en la mitad, todos los fulanos y las fulanas lo dejaron al zutano nuevamente sólo, hablándole a las plantas o a una pared. Eso de Marisa sería una buena opción! ¿estará en las posibilidades de éste último orejón del tarro? urgente a buscar el YO!
    Muy bueno!

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  3. Como hablar tanto de alguien que es nadie sin que deje de ser nadie. O en realidad, si es pero su ser es ser nadie. Muy loco pensarlo. Ni siquiera sabía que existía, osea, que para mi era nadie de verdad. Pero para vos fue tanto tanto que te hizo escribirle algo. A mi nunca nadie me escribió algo y a Zutano si. ¡QUE INCREIBLE! Me encantó!

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  4. Zutano es una especie de Dios oculto.

    Marisa quiere que dé el primer paso y se revele. Ángeles se da cuenta de que los fulanos lo hemos dejado solo. Clemencita se topa con las paradojas de la teología negativa.

    Zutano es una especie de último Dios heideggeriano (que deja señas en la poesía que anticipan su acontecer)...
    O de Dios kenótico tipo Vattimo (el último de los últimos)...
    O de Dios místico wittgensteiniano (porque no tiene nombre, no podemos hablar de él)...

    O, mejor, una especie de Dios necesitado de amor, al modo de Rosenzweig:
    "Si dais testimonio de mí, entonces yo soy Dios, y sino, no" (Midrás Pesikta 12, 6 sobre Is 43, 10).

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  5. Lástima que zutano no sea el último. Zuzo demanda explicaciones por el título.

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