martes, 10 de abril de 2012

Ilusión (Nicolás Balero Reche)

Cirque du Soleil, Juan Romano. Año: 2011, 140cm X 160cm, Técnica mixta/tela. (Ilust. blog)





 Allí estaba yo, parado con seguridad en aquél dinamismo ordenado y equilibrado del porvenir. Centrado, armónico, creyendo en mis creencias, teniendo esperanza en la esperanza. Pero un día noté que aquella ilusión que movía mi vida era una ilusión. Comprendí el significado de la ilusión: ya sea en los sentidos, ya sea en la mente, en los sentimientos: la ilusión carece de realidad; no tiene soporte, fundamento, en lo real. Un día cayó esa ilusión que hasta ese momento no había sido ilusoria, sino real, certera y motivo de mi tranquilidad, ilusión real que me dejaba vivir la rutina sin culpa de hacerla rutina.
Cuando comprendí que mis ilusiones no tenían sustento real, cayó mi vida entera: todo lo pasado se volvió incierto; el presente, temeroso; el mirar futuro, un mirar inseguro. Y he aquí la nada, he aquí el sin sentido, he aquí la desesperación, sobrevenida en una angustia radical. ¿En qué creer? Eran todas ilusiones.
Dos caminos por delante tenía: la desesperanza como forma de vida, tapada de una búsqueda hedonista del placer por el placer en sí, lejos de cualquier ideal cargado de ilusión, el supuesto “vivo el día a día” que tapa ese miedo por soñar a lo grande, un  carpe diem mal interpretado, vaciado de “disfrutá el día a día, pero sin olvidar las metas”. Pero había otro camino, que exigía un pequeño esfuerzo. Descubrir, comprender, notar que de la ilusión nos alimentamos. Ver que nuestro sustento en lo real es provisorio; ver que tenemos sustento en la realidad, pero miramos más allá. La ilusión no tiene fundamento en lo real, pero ¿acaso nosotros nos conformamos con lo real? ¿Qué nos hace felices? ¿Acaso no trascendemos lo real? ¡Qué más lindo que ilusionarse, que salir de la realidad, que mirar más allá! Lo que nos mueve es no estar atados a la realidad. La ilusión nos mueve: sin una ilusión como motor de mi sentido no puedo vivir como mi propio ser me lo exige.
Surgió otro pensamiento más esperanzador que el que antes me invadía, uno menos terrorífico, uno que me llenaba de ilusión… ojalá no me desilusione la ilusión y me deje ilusionar para vivir la aventura de que a pesar de que puedan caer las certezas, los órdenes, lo establecido; los sueños sin fundamento van a seguir estando y no puedo dejar de lado la ilusión de hacerlos realidad, sabiendo que este estado de ilusión va a estar conmigo ilusionándome, porque mi ser no se conforma con lo que tiene fundamento en lo real, va más allá; mi ser es soñante, y a eso tiendo. Tal vez, y sólo tal vez, esa ilusión se convierta en realidad, aunque pensar eso es ilusorio, tengo la ilusión de que suceda.
Nicolás Balero Reche

6 comentarios:

  1. MUY BUENO !!! NICO CADA VEZ MEJOR. ESTA PARTE ME GUSTO MUCHO:

    Dos caminos por delante tenía: la desesperanza como forma de vida, tapada de una búsqueda hedonista del placer por el placer en sí, lejos de cualquier ideal cargado de ilusión, el supuesto “vivo el día a día” que tapa ese miedo por soñar a lo grande, un carpe diem mal interpretado, vaciado de “disfrutá el día a día, pero sin olvidar las metas”. Pero había otro camino, que exigía un pequeño esfuerzo. Descubrir, comprender, notar que de la ilusión nos alimentamos. Ver que nuestro sustento en lo real es provisorio; ver que tenemos sustento en la realidad, pero miramos más allá. La ilusión no tiene fundamento en lo real, pero ¿acaso nosotros nos conformamos con lo real? ¿Qué nos hace felices? ¿Acaso no trascendemos lo real? ¡Qué más lindo que ilusionarse, que salir de la realidad, que mirar más allá! Lo que nos mueve es no estar atados a la realidad. La ilusión nos mueve: sin una ilusión como motor de mi sentido no puedo vivir como mi propio ser me lo exige.

    MAX HUNICKEN

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  2. Yo en cambio, le pongo una fichas a las posibilidades de la realidad:
    “Hay quizá un reino milenario, pero no es escapando de una carga enemiga que se toma por asalto una fortaleza. Hasta ahora este siglo se escapa de montones de cosas, busca las puertas y a veces las desfonda. Lo que ocurre después no se sabe, algunos habrán alcanzado a ver y han perecido, borrados instantáneamente por el gran olvido negro, otros se han conformado con el escape chico, la casita en las afueras, la especialización literaria o científica, el turismo. (...) Hay imbéciles que siguen creyendo que la borrachera puede ser un método, o la mescalina (...) cualquier cosa magnífica o inane en sí pero estúpidamente exaltada a sistema, a llave del reino. Puede ser que haya otro mundo dentro de éste, pero no lo encontraremos recortando su silueta en el tumulto fabuloso de los días y las vidas, no lo encontraremos ni en la atrofia ni en la hipertrofia. Ese mundo no existe, hay que crearlo como el fénix. Ese mundo existe en éste, pero como el agua existe en el oxígeno y el hidrógeno, o como en las páginas 78, 457, 3, 271, 688, 75 y 456 del diccionario de la Academia Española está lo necesario para escribir un cierto endecasílabo de Garcilaso. Digamos que el mundo es una figura, hay que leerla.” (…)

    “En alguna risa, en alguna lágrima, la sobrevivencia del reino. En el fondo no parece que el hombre acabe por matar al hombre. Se le va a escapar, le va a agarrar el timón de la máquina electrónica, del cohete sideral, le va a hacer una zancadilla y después que le echen un galgo. Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña. Wishful thinking, quizá, pero ésa es otra definición posible del bípedo implume.”
    Julio Cortázar, Rayuela, Bs. As., Alfaguara, 2004, cap. 71

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  3. O sea, comparto lo que decís y te felicito por lo bien que lo decís, Nico, pero apuesto a no darse por vencido con facilidad.

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  4. Tambien apuesto por la realidad! Pero hay momentos en que se desmorona lo que creías "real" por confrontarse con lo verdaderamente real: y ahí es cuando necesito sacar fuerza de lo ideal, porque con lo real no nos conformamos..

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  5. Me da la sensación de una cadena interminable de ilusiones. Reemplazar una ilusión por otra mejor.
    La secuencia de Cortazar, de una risa, una lágrima y sobrevivencia del reino me parece interesante. ¿Por qué la lágrima? ¿Llorar de la risa? Quizá lo que quisiste decir Nico, es que la lágrima es tristeza por un lado, porque dejas lo que era, pero sin embargo felicidad, por comenzar algo nuevo y tener esperanza por eso nuevo. Como un intervalo entre el antes y el después. Antes ilusión, después, ilusión;y en el medio, que nos damos cuenta de las cosas, lloremos de risa.

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  6. Creo que la lágrima en ese texto, Clemen, es un símbolo de la nostalgia del reino

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