lunes, 11 de marzo de 2013

Restaurador (Javier Nari)





http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Rosas,_exterminador_de_la_anarqu%C3%ADa.jpg




Ardiente fénix divino
con la sierpe entre las garras,
el orbe entero restaura.
Y renaciendo de las cenizas,
el fuego en el mundo atiza
y quema del hombre las amarras.

Las escuadras están en la línea
y al frente el Lugarteniente
mostrando alzada la frente
con el venablo alistao
pa’ensartar la soberbia del caos
y la testa de la serpiente.

Santa y bendita violencia
que derriba las puertas del Cielo
y revoluciona el duelo
entre esas dos antiguas razas
y que con la tibieza arrasa
como el pajar con el fuego.

Bajo el manto inmaculado
de beatísima mujer
el hombre sabe vencer
aunado con su Señor
al abyecto seductor
y del fuego renacer.

Antaño se dice en mi tierra
gozo de un digno patrón
que enalteció la nación
restaurando la armonía
y con firmeza e hidalguía
defendió la Religión.

La paz, la concordia y el orden,
ya vemos por la Esperanza
como el alba en lontananza
que han de volver algún día
y al fin reinará la bonanza 
y perecerá la anarquía.

Javier Nari


8 comentarios:

  1. Como te dije por mail, Javier me siento obligada a expresar mi punto de vista con claridad.
    No creo que la violencia "restaure" realmente nada. Sí puede imponer un orden extrínseco, pero no el orden del corazón. De un corazón dispuesto a construir el Reino.
    No creo que Jesucristo ni la Virgen María vean con buenos ojos ninguna forma de tortura o asesinato. Venga de quien venga ni por el motivo que sea.
    No me anima un interés polémico. Sé que no vamos a ponernos nunca de acuerdo. Simplemente quería dejar en claro mi pensamiento.

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    1. Ya me conocés, El Musa. Estoy con Marisa.

      Sobre todo cuando encima empezás a mezclar la política y el caudillaje... Me sorprende que veas tan claramente la "santidad" de ciertos caudillos que, además de no ser de actitudes propiamente "evangélicas", tampoco puede decirse con seguridad que hayan hecho del todo bien su labor política.

      Tené cuidado con bajar la guardia y adorar con ingenuidad a cualquiera que dice defender "la Religión", porque muchas veces lo hace para que los giles levanten la espada y lo sigan a cualquier cosa.

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  2. Yo no hablo arbitrariamente, me guío por las Santas Escrituras y la Santa Tradición a la luz del Santo Magisterio de la Iglesia. Veamos ¿qué hacemos con una Santa Juana de Arco, o un San Luis rey de Francia, o San Fernando de Castilla y Aragon para poner algunos ejemplos?

    "En efecto, los magistrados no son de temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres no temer la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella elogios, pues es para ti un servidor de Dios para el bien. Pero, si obras el mal, teme: pues no en vano lleva espada: pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra el mal." (Romanos 13, 3-4)

    "Y halló en el templo vendiendo bueyes y ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. Y haciendo de cuerdas como un azote, los echó a todos del templo, y las ovejas y los bueyes, y arrojó por tierra el dinero de los cambistas, y derribó las mesas. Y dijo a los que vendían palomas: "Quitad esto de aquí, y la casa de mi Padre no la hagáis casa de tráfico". Y se acordaron los discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume." (Juan 2, 14-17)

    “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.” (Mateo 11. 12)

    Y así puedo seguir, y son solo textos escriturísticos, ni hablar de la Tradición de la Iglesia...

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  3. Javier, hablando del Magisterio de la Iglesia y para hacer honor a la verdad te copio el número 80 de la Carta Encíclica de Juan Pablo II, Veritatis Splendor que siempre le doy a los alumnos de ética.

    Pero te repito no creo que Jesús ni que María aprueben cualquier forma de tortura o asesinato.Esa es mi principal certeza.

    "80. Ahora bien, la razón testimonia que existen objetos del acto humano que se configuran como no-ordenables a Dios, porque contradicen radicalmente el bien de la persona, creada a su imagen. Son los actos que, en la tradición moral de la Iglesia, han sido denominados intrínsecamente malos («intrinsece malum»): lo son siempre y por sí mismos, es decir, por su objeto, independientemente de las ulteriores intenciones de quien actúa, y de las circunstancias. Por esto, sin negar en absoluto el influjo que sobre la moralidad tienen las circunstancias y, sobre todo, las intenciones, la Iglesia enseña que «existen actos que, por sí y en sí mismos, independientemente de las circunstancias, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto» 131. El mismo concilio Vaticano II, en el marco del respeto debido a la persona humana, ofrece una amplia ejemplificación de tales actos: «Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la persona humana, como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, incluso los intentos de coacción psicológica; todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos arbitrarios, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; también las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables; todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador» 132.

    (...) Pablo VI enseña: «En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande, no es lícito, ni aun por razones gravísimas, hacer el mal para conseguir el bien (cf. Rm 3, 8), es decir, hacer objeto de un acto positivo de voluntad lo que es intrínsecamente desordenado y por lo mismo indigno de la persona humana, aunque con ello se quisiese salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social»"

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  4. Veamos parte de lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica:

    2261 La Escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: ‘No quites la vida del inocente y justo’ (Ex 23, 7). Homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador. La ley que lo proscribe posee una validez universal: obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes.

    2263 La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario. “La acción de defenderse [...] puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7). “Nada impide que un solo acto tenga dos efectos, de los que uno sólo es querido, sin embargo el otro está más allá de la intención” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7).

    2265 La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar prejuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad.

    2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.

    (http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p3s2c2a5_sp.html)

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  5. Entiendo que lo encares desde la teoría de la legítima defensa. Lo que no entiendo es de dónde sacás tanta certeza como para saber que lo que hizo Rosas o x persona haya sido legítima defensa y algo necesario para el orden humano y sagrado del hombre. Pensá que estás/n cargando con la vida de mucha gente, no es joda... ¿de dónde sacan su certeza ellos? Porque quizá es sólo de su idiotez, o de sus ganas (conscientes o inconscientes) de andar matando gente, imponiendo su voluntad y haciéndose de más terrenos.

    Se cometen muchas estupideces "avaladas" por estas cosas, y no todos tus héroes nacionalistas eran gente buena. Tenés que pensar que la gente se aprovecha de ideas tales como la "legítima defensa" para sacralizar sus propias guerras. Te pueden estar cagando, como cagaron a tanta gente a lo largo de la historia...

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    1. De la historia, Guillo, de la historia... yo no soy de los que me trago la historia oficial... ¿no te planteaste que al que pueden estar "cagando" es a vos al imponerte imágenes falsas de nuestros héroes nacionales, de nuestros próceres y padres de la Patria, basadas en leyendas negras y prejuicios históricos?

      Ni el pacifismo ni el belicismo son evangélicos, y tanto uno como otro son contrarios a la recta ratio (en la que se funda la moral natural) y a la Doctrina de la Fe.

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  6. Independientemente de la polemica, y el debate que ha generado tu poesía. ME PARECE UNA POESIA EXCELENTE.

    MUY BUENA. CARGADA DE IMAGENES. MUY BIEN ESCRITA.

    TE FELICITO MUSA.

    MAX HUNICKEN.

    PD_ NO TOMO PARTIDO POR UN TEMA EN EL CUAL SE PUEDE CORTAR MUCHA TELA. Y SE DEBE HACER CON EL BENEFICIO DE LA PRESENCIA Y LA AUSENCIA DE ARBITRARIEDAD.

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