sábado, 19 de octubre de 2013

Yate (Santiago Vorsic)




http://www.nauticexpo.es/prod/oceanco/yates-de-lujo-super-yates-de-desplazamiento-aluminio-con-tres-cubiertas-a-medida-26305-248407.html



¡Quiero un yate! Y no solo lo quiero, lo necesito, lo anhelo, lo espero, lo deseo ¡¿Para qué quiero un yate yo?! ¿Qué puedo hacer con un yate? ¡Ay deseada pieza de suave aparejo y armónicas terminaciones! ¡En tu blanca cubierta quiero reposar viendo surcar las olas! Quiero ese yate de amplios ventanales polarizados, de interior con terminaciones de caoba y cuero, con minibar y televisión satelital. Quiero ese yate de amplia cubierta donde pueda recostarme para tomar sol con el intenso perfume y susurro marino. Quiero ese yate de potentes motores y fácil conducción que me perderá en los horizontes. Quiero ese yate que me arropará y me tendrá lleno. Ese que me llenará de orgullo al pasar frente a los demás.
Pero cómo conseguiré un yate ¿De dónde sacaré dinero para comprarlo? ¿De dónde para mantenerlo? ¿Cómo haré para llevar un yate a alta mar si no sé navegar? Me perderé en el horizonte sin saber cómo volver ni a dónde ir ¿Cómo navegaré si no cuento con tripulantes capacitados para tal fin? Semejante mole desbordará mis capacidades físicas de llevar a cabo todas las labores necesarias para mantenerlo a flote y mucho menos para manipularlo con facilidad ¿Cómo haré para no perderlo, para que no me lo quiten en un salvaje robo? ¿Cómo haré para hacerlo sentir también lleno? ¿Cómo haré para no se aleje de mi humillante miseria? Tal vez siempre sienta vergüenza de llevarme en su cubierta o se irá por no haberle dado el cuidado que merece o por dejarle a cambio de mis constantes ocupaciones.
¡Maldito Yate! ¿Quién deseará semejante lujo? ¡No mereces mi empeño si tanto rehuyes de mí! ¿Por qué me consumo por tu insensible desapego? ¿Para qué me esforzaré tanto por algo tan inestable, tan imposible? ¡Puedes hundirte si quieres! ¡Que te saqueen los piratas y te corroa el exceso de sal! ¡Que se quiebre tu casco y se pierda tu infinita belleza en tu afán por mirarte el ombligo!
¡Si solo te quedaras conmigo! Si permanecieras conmigo a pesar del recio mar y de mis incapacidades. ¿Por qué no me quieres yate querido? ¡No escapes de mí! ¡Deseo estarme contigo! ¡Naveguemos juntos algún día! ¡Préstame aunque sea un momento! ¡Déjame verte por un instante! ¿Por qué no puedo tenerte? ¿Por qué te deseo tanto? Ya eres mucho más de lo que cualquiera pueda ver. Ya escapas a tu simple figura, a tu simple estructura, a tu simple materia ¡Ay yate querido, yo ya estoy perdido!


Santiago Vorsic 


2 comentarios:

  1. Divertida esa relación de amor odio con el "objeto de deseo" jaja. (Me hizo reir tu "¡Puedes hundirte si quieres!)
    ¡Y toda esa simbología fetiche de las posesiones que anotas Santi!
    Claro que un yate se nos resiste más que una hamburguesa y es mas difícil de guardar y trasladar..., ¿pero quien le pone límites a los sueños cuando escapan a su simple materia?

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  2. me encantooo!!!! Al principio enamorado del yate y al no tenerlo termino odiandolo jajjja porque no lo puede tener.muy buenoooo

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