domingo, 9 de junio de 2013

Yapa a la T- 3



Tutú (Agustín Porres)




http://www.lubelcreaciones.com.ar/4-LISTAS%20-%20JU%20-%20JUGUETES%20PARA%20BEBES%2002.htm





Hay dos juguetes muy característicos de nuestra infancia. Al menos en la mía. Uno genial y del cual nunca fui un habilidoso: el "yo-yo". El otro, más popular aun porque buscaba acercarnos a la vida de los adultos: el "tutú" en cualquiera de sus versiones: de carrera, de lujo, descapotable, familiar, de plástico, de metal, a control remoto e incluso podía llegar a ser un camión...todos bajo el común denominador de "tutu". Clara complejidad infantil de repetir la palabra auto y su adaptación más común a un lenguaje sencillo y contundente: ¡mi tutú, como el tutú de papa!
Estos dos juguetes increíbles reflejan dos modos de obrar del corazón humano. No los usaría para clasificar personas, sino actitudes y momentos de un mismo ser humano. Trasladar la parábola del trigo y la cizaña a personas de carne y hueso me parece demasiado para mi finitud. Diría que trigo y cizaña son distintas actitudes que asumimos, momentos, reacciones y hasta incluso disposiciones. Del mismo modo quiero aplicar esta analogía. ¿Cuál es mi juguete preferido? ¿El yo-yo o el tutú? ¿Cuál es la mirada primordial con la empiezo cada día? ¿Pensar en mi yo-yo o en mi tutú? ¿Pensar en mi (yo-yo y siempre yo) o pensar en vos (tú, el otro, pero un otro cercano, que está frente a mi)?
Pienso más características de estos juguetes en esta analogía tirada de los pelos. Con el yo-yo me puedo lucir, mostrar mis habilidades y asombrar a quien tengo enfrente. En cambio con mi tutú te puedo hacer un lugar, te puedo llevar a pasear, podemos compartir un viaje. Si el tutú es grande, podemos ser varios los que compartimos el camino, nos involucramos unos con otros, descubrimos que no todo pasa por mi yo-yo. Hay un otro que también elije a qué jugar, que puede preocuparse por su yo-yo, pero en vez de eso, elije el tutú, viaja conmigo, se preocupa por mí, exalta mi existencia, le saca brillo.
Ayer en la UCA Mons. Vicenzo Paglia, Presidente del Consejo Pontificio de la Familia dio una clase magistral, criticó con profundidad al individualismo y dijo que su primer obstáculo es chocarse con un "nosotros", con una afirmación de comunión como es la familia. Creo que quiso decir algo como: el yo-yo contemporáneo se choca con un tutú en el que viajan dos o más y no puede seguir su camino. Nuestra sociedad, pero más aun nuestra vida ¡necesita un tutú! ¡Donde la comunión trascienda las demostraciones mágicas del yo-yo y redescubramos que solo con otros podemos avanzar! El yoyo se juega en el lugar, no necesito moverme. ¡El tutú nos lleva a lugares desconocidos!
¡Capaz mi poca habilidad y mi torpeza con el yo-yo me mueva a esta reflexión! ¡Ojalá me anime a levantar la mirada de mi obligo y descubrir que con el tutú puedo llegar más lejos!


Agustín Porres

  

2 comentarios:

  1. Excelente! y esa comparación del yo-yo con el tutu buenísima, y coincido con vos en lo importante que sería que acortemos un poco el uso continuo del yo-yo y nos subamos mucho más seguido al tutu nuestro o de otro,siempre es mas divertido y se aprende mas de la vida cuando decidimos compartirla .
    Gracias.

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  2. ¡Muy divertido lo del los juguetes Agustín!
    (¡A mí me pasaba lo mismo que a vos con el yo-yo! Envidiaba a esos que hacían jueguitos, que lo hacían rebotar o hacían "perrito" , lo hacían caminar por el piso. Confieso que no puedo resistir la tentación de probar a jugar si veo un yo-yo, por ahí. Pero soy muy torpe, jajaja)
    Me gustan todos esos saltos que das del juguete a la actitud de vida...
    Podríamos probar una síntesis de la tensión dialéctica, del yo-yo y el tú-tú: yo-tu o "tuyo". Lo que sí: no se me ocurre ningún juguete para encarnarla.

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