sábado, 22 de junio de 2013

Universalismo (Sofía Larran)



paul-michel-foucault.html (ilus.blog)



“Cansada de esperar que Teseo salga del laberinto, Ariadna
acaba de colgarse. En el hilo amorosamente trenzado de la
identidad, de la memoria y del reconocimiento, su cuerpo
pensativo gira sobre sí. Sin embargo, Teseo, rotas las
amarras, no regresa. Corredores, túneles, cuevas y
cavernas, bifurcaciones, abismos, sombríos relámpagos y
truenos del subsuelo: se adelanta, cojea, danza, salta.”
(Foucault, M. Ariadna se ha colgado.)


Wikipedia define el universalismo como una idea o creencia en la existencia de una verdad universal, objetiva y/o eterna, que lo determina todo, y que por lo tanto, es y debe estar presente igualmente en todos los seres humanos. Un pensamiento universalista asegura la veracidad de una forma única o específica de ver, explicar u organizar las cosas.
Ahora bien, el problema del universalismo en nuestra contemporaneidad es, simplemente, que ya no creemos en esas verdades universales, y, por lo tanto, hay una cuestión que resulta evidente: la urgencia de pensar acerca de la pérdida del mundo, en una instancia en la que, justamente, ya no somos capaces de reaccionar o de otorgar un sentido a lo que nos sucede y en la que el “nihilismo” se manifiesta como el sentimiento predominante. El mundo tal como se ha concebido durante siglos parece agonizar en nuestros días: es posible sentir el agotamiento del proyecto de la modernidad y de sus grandes relatos legitimadores. El sistema capitalista dominante (al que muchos teóricos han optado por llamar “capitalismo tardío”) asiste a la crisis y muerte de las ideologías y relatos que caracterizaron al mundo que lo concibió. El pensamiento actual debe afrontar un sujeto vacío, desarraigado y muerto como conciencia autónoma, un progreso tecnológico e industrial (“tecnoindustrial”) que agudiza y enfatiza las diferencias económicas, y un sentimiento de desconsuelo frente a la historia.
En efecto, la pérdida del mundo y la ausencia de creencia en la que nos encontramos actualmente son los signos del nihilismo contemporáneo. Asistimos a un mundo que ya no nos pertenece y, para empeorar la situación, ya no nos es posible alcanzar un “todo”, una “verdad universal” que nos permita actuar en consecuencia. El mundo se nos escapa…Ahora bien, ¿qué actitud tomar ante esta situación? Uno puede, tal como hace el posmodernismo pacato, sentarse y llorar la muerte de las ideologías, de la Historia, del Sujeto, clamando por nuevos dogmas o hundiéndose en el sinsentido; o, como auténticos artistas, uno puede hacer del pensamiento no sólo una herramienta crítica del universalismo sino también una actividad creativa, hacedora de nuevos modos de pensar, y, valerosamente, seguir la actitud de Teseo en la fábula foucaultiana: adelantarse, cojear, danzar, saltar…


Sofía Larran

5 comentarios:

  1. ¡Bienvenida Sofía al taller! ¡Otra salteña! ¡Me gustó mucho ese final! Tu espíritu lúdico y creativo. Son contagiosas tus ganas de bailar.

    Tu escrito me movió a reflexionar en algunas cuestiones.
    Presentás la mirada filosófica contemporánea como en un inevitable callejón sin salida. Algo así como si dijeras “hoy no nos queda más que ser nihilistas”. Una sentencia de nihilismo universal. Lo cual inmediatamente me pareció que se daba de patadas con tu negación del “universalismo”.

    Yo prefiero más bien partir de la experiencia concreta y no tanto de propuestas abstractas. Y desde allí no me sale ser nihilista. Porque percibo la vida como algo importante, llena de riquezas, aún con sus luces y sus sombras. El trabajo, la gente. A vos por ejemplo que escribiste para este taller, no te conozco pero me parece importante leerte, ver qué tenés para decirme. Y para explicar esa experiencia no me alcanza el nihilismo. Entonces sigo tratando de entenderla desde otro lado, intentando vivirla a fondo a ver qué me trae. Como si tirara de un hilo que me invita a ver con qué me encuentro. (Para seguir con la imagen de la infortunada Ariadna).

    Otra cuestión menor: es manifiesto en la literatura filosófica contemporánea que la posmodernidad comparte plenamente tu “invitación al baile sobre ausencias” (me refiero a Vattimo principalmente, pero también a Lyotard e incluso a Baudrillard) y que son más bien algunos críticos de la posmodernidad quienes lloran esas muertes a las que te referís. Yo no estoy tan segura de su certificado de defunción. Sospecho de él. Creo que es una nueva forma de ideología que se lleva de maravillas con la sociedad de consumo y entretenimiento.

    Gracias por tu texto. Me hizo pensar. Replantearme mis pequeñas certezas desde tu perspectiva.

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  2. Marisa! Muchas gracias por tu bienvenida al grupo y por tu comentario! También me hizo pensar...al ajustarme al formato de una carilla creo que me costó desarrollar mi idea tan ampliamente como me hubiera gustado, pero, por otro lado, es un desafío muy interesante poder decir lo que uno quiere usando pocas palabras...

    Lo que intenté mostrar, me parece, es el “espíritu de la época”. Uno lee en la mayoría de los pensadores contemporáneos (desde las posiciones más divergentes), que el actual no parece ser el mundo más propicio para las verdades universales. Deleuze sostiene que hemos hecho el tránsito a una “sociedad de control”. No sólo hemos tenido que soportar un cambio de siglo cargado de crisis y catástrofes, sino que el imparable desarrollo tecnológico y bio-científico nos ha sumido en un sentimiento de vértigo intolerable. La aceleración y contracción de los espacios-tiempos propiciados por la aparición de nuevas y cada vez más sofisticadas máquinas nos ha dejado sin puntos de referencia.

    Ahora bien, cómo vos decís, cuando uno lee esto, pareciera que la única salida es el “nihilismo”, y ese nihilismo se convierte en una “verdad universal”, que es lo que, en un principio, se está intentando negar…pareciera entonces que se cae en una contradicción gigantesca… Este, justamente, es el problema del “posmodernismo pacato” del que hablaba…pretenden hacer que surja pensamiento desde la muerte de las ideas y las verdades, ¿y qué pensamiento puede surgir desde la muerte? El pensamiento es vida…

    Pero, además de este posmodernismo nihilista, creo encontrar otro “posmodernismo” en el pensamiento de filósofos como Foucault y Deleuze. Si bien ellos hablan de una superación de las verdades de la modernidad, de una imposibilidad de seguir pensando a partir de ideas universales y abstractas, no hay nihilismo en este pensamiento. Hay afirmación permanente de la vida. Quizás por eso su pensamiento me atrajo tanto…por su optimismo en medio de la afirmación de la muerte, del nihilismo universal… El pensamiento de Deleuze es, ante todo, afirmación de la vida. Un pensamiento de la “creación”, en el que lo más importante es nuestra potencia de crear pensamiento nuevo, a través de la filosofía, de la ciencia, del arte…

    Y, en este sentido, no creo estar tan lejos de tus ideas cuando me decís que preferís partir de experiencias concretas en lugar de reflexionar alrededor de ideas abstractas. Es en la lectura de un libro (o de este blog), en un concierto, en el trabajo (en tantas experiencias cotidianas!!) dónde se experimenta la vida… Y de eso se trata por encima de todo, de afirmar la Vida…

    En lo que no coincidimos mucho es en tu sospecha con respecto a la muerte de las verdades universales…No creo que, como decís, sea “una nueva forma de ideología que se lleva de maravillas con la sociedad de consumo y entretenimiento.” Todo lo contrario. Sinceramente creo que esta “nueva forma de ideología” de la que hablás es una de las reacciones posibles ante la inhebitable muerte de dichas verdades universales. Pero hay otra forma de reaccionar frente a esa muerte. Y allí aparece el pensamiento de Deleuze y de Foucault, para mostrarnos otras salidas. La creación de nuevos modos de pensamiento y de vida quizás tenga que pasar por el vaciamiento, por el “alejamiento del mundo”, pero lo interesante del pensamiento de Deleuze es que nos muestra la inutilidad y el “suicidio” que implica persistir en ese vaciamiento. Como él mismo dice: “¿Cuál es entonces la sutil salida? Creer, no en otro mundo sino en el vínculo del hombre con el mundo, en el amor o en la vida, creer en ello como en lo imposible, lo impensable, que sin embargo no puede sino ser pensado: “posible, o me ahogo”. Sólo esta creencia hace de lo impensado la potencia propia del pensamiento.” (DELEUZE, G. (1986) La imagen-tiempo: Estudios sobre cine 2, Paidós, Barcelona, p. 227.)

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  3. Sofi, me diste ganas de bailar para vencer el nihilismo del domingo post fin de semana largo..jaja
    beso grande!

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  4. Gracias Sofia por el trabajo que te tomaste en responderme y gracias por la cita de Deleuze, no la conocía. Conozco más de la época de Deleuze con Guattari, "Rizoma" o "El antiedipo"; lei algo de ese texto sobre Cine pero no me acordaba de esa idea. La relacioné con los versos de Píndaro con que inicia Camus "El mito de Sisifo" "No aspires a la vida inmortal pero agota el ámbito de lo posible".

    Pero, siguiendo con nuestro diálogo ahora, si prescindimos de la densidad de la vida personal me asaltan dudas acerca de quiénes son las que están llevando adelante esta conversación y las búsquedas que están detrás de ella ni dónde se sitúa la iniciativa creadora que pudiera introducir la novedad de lo posible que tanto nos entusiasma.
    Ese es mi temor cuando hablo de la "sospecha" del certificado de defunción: la imposibilidad de los vínculos y de la libertad, por la ausencia del rostro humano.
    Esa situación generara una estado de frialdad que nos empuja a la huida.

    ¡Por tu respuesta me doy cuenta que tenemos muchos pathos comunes!
    Un abrazo
    Marisa

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  5. Sofía, admiro su profundidad como así también la de Marisa. ¡Un lujo! Por mi parte, sólo un pequeño comentario. Me llamó la atención eso de: "Asistimos a un mundo que ya no nos pertenece..." y deseo puntualizar que, en mi opinión, nosotros, sí, ¡le pertenecemos! Y, luego: "El mundo se nos escapa…" pero - por pertenecerle - nos arrastra consigo. Y, por lo tanto, somos solidarios con él; más bien pegados a él, aquí y ahora. "Ahora bien, ¿qué actitud tomar ante esta situación?... Uno puede"... asumirse como sujeto libre y con su actitud encender aunque sea una pequeña lucecita en el túnel para tratar de avizorar nuevamente el camino hacia la universalidad, en lugar de "sentarse y llorar"... y quizás se le una alguien de "ese mundo que se nos escapa" para compartir la aventura de ir contracorriente - saltando y danzando...

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