jueves, 19 de julio de 2012

Lunático (Javier Nari)





Errabundo
Con el porte de milicia despojado
Un sable distante
Y en sus ojos un vértigo inefable
De caminar entre riscos
Y despeñaderos.
¿Cuántas veces se habrá perdido su conciencia
En escabrosos manglares
Iluminados por la luna?

-Acógeme, yo seré  tu espada-
Luminosa y sugestiva invitación
-¿Dónde, y cómo, quieres que te acoja?
Si mi vaina he desechado-

-Acógeme como tú sabes:
como una extensión de tu carne.
Con la determinación gentil del caballero,
la renuncia del creyente, y la soledad del poeta.
Y hazme iluminar tu eremitorio
como el destello letal de la hoja silente
que lacera los cuerpos al soslayo…
Con la locura fanática y encantadora,
del fervor del jazmín y el sacrificio
inmaculado del albo cerezo.-

Blandir con ascética armonía
el resplandor de la luna
no es tarea de muchos
Sólo de aquel miserable ungido,
guardián a quien le fue otorgado,
el ósculo numinoso del silencio urbano…

el Lunático.
 Javier Nari (Novadomus)

4 comentarios:

  1. Bienaventurado este lunático, da gusto saber de un guardián de este calibre en los tiempos modernos. Muy lindo protagonismo de la luna en estas últimas entradas, al que le interese seguir con el tema les recomiendo "Salambó" de Flaubert. Cuenta de la adoración a la luna que tenían los cartagineses.

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  2. Me gustó mucho, Javier. Ese lenguaje tan encriptado que por momentos me recuerda a la poesía de Borges. El poema tiene un remate muy bueno: "el ósculo numinoso del silencio urbano". Si todo el poema tiene una atmósfera media etérea,el final nos vuelve a la "ciudad", ese lugar no físico, que es nuestra condición que nos constituye como seres en el mundo.

    Ahora la espada y la luna son elementos que hablan de una espiritualidad combativa y a la vez poética. Estoy pensando que si tendría que hacer un escudo que me represente, estos dos elementos tienen que estar. Gracias!

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  3. "Con la locura fanática y encantadora,
    del fervor del jazmín y el sacrificio
    inmaculado del albo cerezo.-"
    La belleza de llevar a cabo la propia misión con lo que esto implique, con lo que haga falta.
    Con el fanatismo del jazmín o del cerezo, pues después de todo uno no puede ser sino uno mismo. Podar ascéticamente todo aquello que empaña esa belleza.
    Muy buena Javier. Es misteriosa, altiva y sencilla a la vez.
    ¡Hermosas las imágenes que elegiste!

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  4. excelente. ME ENCANTO. UN VERDADERO LUJO MUSA. GRANDE.

    MAX HUNICKEN

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