viernes, 13 de julio de 2012

Leyes (Marcelo Gobbi)


 Foto, M. Gobbi


Como se sabe, hemos tenido que lamentar muchas tragedias debido a que hay gente que se comporta de manera temeraria frente a los ascensores, y todo a causa de su ansiedad (la ansiedad de la gente, no la de los ascensores).
Me refiero a la costumbre de arrojarse hacia adelante apenas se abre la puerta presumiendo confiadamente la presencia de un ascensor; o de un descensor, según haya sido el propósito del pasajero al pulsar el botón de llamada del artefacto. Ocurre que del otro lado suele estar sólo el vacío, que junto con la ley de la gravedad forman un dúo algo peligroso para los imprudentes (dejo a los filósofos del grupo la resolución de la paradoja sobre si el vacío puede estar, algo que supera a quien sólo fatigó los pasillos de una mediocre facultad sudamericana de Derecho).
Para cuidar a la población de esos peligros tan frecuentes, los concejales de San Pablo han dictado una ley que generó la obligación de colocar cartelitos en los palieres y de hacerles el mantenimiento, y que seguramente empleará a cientos de inspectores que se ocuparán de verificar que el aviso siga en su sitio al lado de cada ascensor en cada piso de cada una de las muchísimas y gigantescas torres de esa ciudad inacabable. Dicen esos cartelitos: Aviso aos passageiros. Antes de entrar no elevador, verifique se o mesmo encontra-se neste andar. Ley 12.722 válida para todo o Municipio de São Paulo.
Inspirados en los principios del Derecho Paulista de los Ascensores hay funcionarios que ya están pensando en continuar ejerciendo su infatigable misión de cuidar a la gente boba con otras leyes que contengan consejos no menos trascendentes: “antes de retirar la pizza del horno asegúrese de protegerse con algo que intermedie entre el calor de la fuente y sus manos”, “antes de evacuar su intestino asegúrese de haberse bajado los pantalones”, “antes de casarse, asegúrese de que su novia no sea una loca de atar o, si lo es, al menos de que encima no sea pobre”.

 Marcelo Gobbi

3 comentarios:

  1. ¡Como siempre Genial, Marcelo!
    Me hace reír tu manera de contar nuestra estupidez humana. Le muestro a todo el mundo tus textos. Son mágicos.
    Este exceso de cuidado de la ley contrasta con el abandono que aparece en el anterior. ¿Solidaridad en cuotas? ¿Miedo a las demandas?

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  2. Muy bueno Marcelo, eso sí, no estaría de más que nos pongan cartelitos de: las fotos de la publicidad no son fieles a la realidad, aunque reenvíes los 20 mails no te van a dar una notebook, la ropa nunca te va a lucir como en las fotos a las modelos, nadie aprende algo en sólo 2 semanas, uno no "para de sufrir" con sólo cruzar la puerta, etc, etc, etc.

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  3. Marcelo: El de la pizza y el de los pantalones pueden esperar un poco, pero el último consejo que proponés habría que convertirlo en ley ya mismo por el bien común! Qué risa!

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