viernes, 19 de julio de 2013

Vuelo (Lydia Zubizarreta)

http://garzamorasanisidro.blogspot.com.ar/2011/08/sobre-la-garza-mora.html




Sólo puedo decir que esa laguna inmensa con aquel cielo casi infinito me impresionó tanto como las aves que ahí volaban.  Eran las últimas horas de una tarde calma, con un cielo estático, tormentoso.  Si se miraba hacia el sur el color era plano e intenso, entre gris y azul.  Hacia el norte las nubes de formas barrocas dejaban pasar la luz clara, amarillenta.  Los sonidos, tenues, eran de cantos de pájaros, de alguna rama movida o de una zambullida y los círculos en el agua.
En el Iberá la naturaleza vive como en los tiempos primitivos.  Nada hace sospechar la presencia de nuestro siglo: máquinas y motores, multitudes y música electrónica. Se siente la paz primordial.  La línea de flotación divide el mundo en dos.  Los jacarés, lentos, parecen querer estar tanto en el de arriba como en el de abajo.
En la orilla están los ciervos comiendo.  Es el ciervo más grande de América.  Se ven carpinchos por donde se mire.  Algunos, nadando, van y vienen entre los jacarés.  A dos pasos de ahí el Chajá llama a su compañero, quiere abandonar el nido para ir en busca de comida.  Más allá dos Chajás, uno mirando a la izquierda el otro a la derecha, en perfecta simetría, parecen un elemento de art nouveau.  En aquella rama dos aves, un Martín Pescador y una Garza Mora, que a pesar de sus diferencias coinciden en el punto de observación.  Las Garcitas Blancas vuelan sin parar, aprovechan la vastedad del espacio.  Una Garza Blanca acaba de aterrizar y está parada en una sola pata.   
El momento es maravilloso.  No es sólo la belleza.  Es que se está dentro de la gran obra de la creación y su diversidad.  
Esa noche mientras recordaba el momento mágico me sorprende el sonido de un aleteo sobre mi cabeza.  Pienso en algún pájaro que se posó en el techo y toma vuelo.  Imagino las blancas alas de una cigüeña o de una garza.  Pero no, el vuelo no se produce afuera, sino en la habitación cerrada.  ¡Es un negro murciélago dando giros!   Otra vez la creación y su diversidad.  El razonamiento no alcanza: el miedo es más fuerte.  Salgo volando a pedir ayuda.  No podría haberme sentido más ridícula, ni más fuera de lugar.  ¿Es que no hago parte de la cadena ecológica?



Lydia Zubizarreta



6 comentarios:

  1. ¡Uy Lydia! Venía tan linda tu descripción de la naturaleza... ¡Que belleza ese lugar!¡Pero qué susto con el murciélago!
    A una amiga mía se le enredó un murciélago en el pelo una noche en el campo... Nada es perfecto, ¡ja!

    Comparto con vos ese placer por estar en un lugar totalmente "desconectada". Es un cierto volver al origen pero que está siempre allí austero, real, esperando.

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    1. Gracias, Marisa!!! Me encanta poder compartir vivencias en este espacio!

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  2. Qué remate el murciélago... la verdad que son espantosos, hasta cuando los ves bien en esas grandes redes que les ponen en los zoológicos, hasta tienen cara peluda!
    Qué paraíso los Esteros, a mí me causaron la misma impresión. Lo de los murciélagos me lo contaron, por suerte no los ví. ¿Viste el tamaño de los sapos?
    Me sorprendió tu escrito, siempre tan patagónica, y de repente Corrientes a pleno! ¿Pintaste alguna acuarela ahí? ¿A las garcitas blancas? Supongo que no, por la foto. Pero cuántos colores en todos los pájaros!!!

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  3. Que lindo Lydia! Quiero ir a ese lugar, me atrapó mucho tu descripción. Sos parte de la cadena ecológica pero tu papel ahí es correr cuando ves el murciélago jaja. Me acordé de la casa de mis abuelos en Córdoba, siempre veo murciélagos, con espantosos!!!
    Igual cuento una curiosidad a mí me parecían muy feos los sapos, entre otros bichos, pero leí hace poco un libro que se llama ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip Dick y me surgió un nuevo cariño por cualquier criatura, no creo que me dure mucho porque no me enfrenté a los sapos todavía.
    En el libro, que es de ciencia ficción, cuenta un futuro en la Tierra en que todas las especies se extinguieron menos unas pocas. El personaje principal encuentra a un sapo al final, y es emocionante como lo guarda en una caja y se siente especial al haberlo encontrado, es como un milagro. Bueno nada, me acordé de eso porque todos los bichos son una maravilla de vida si se los mira en la perspectiva de su extinción, mejor ser que no ser, no?

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  4. Teresita, ahora tenés que ver Blade Runner de Ridley Scott que se basa en ese libro!

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  5. Todos los bichos son una maravilla, tenés razón Teresita. Qué lindo comentario, luminoso. Para Angeles: no pinté pero dibujé. Me faltó tiempo. Quedé loca con los colores de la laguna y con el cielo. Me moría por pintar. Beso!

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