miércoles, 13 de junio de 2012

Kiosco (María Sol Rufiner)


(Colección Fabulandia año 1990 se vendía el librito como regalo junto con un alfajor)




Creo que una de las cosas más bonitas cuando uno es chico es ir al Kiosco, ese momento mágico en el cual se puede elegir entre una inmensa variedad de golosinas de distintos tamaños y sabores, formas y colores. Me hace pensar que en cierto sentido la vida se parece a un colorido Kiosco.
¿Por qué?
 A menudo cuando uno habla de cómo es la vida con gente más “grande” y “sabia” se da el siguiente diálogo:
-Por eso es que el otro día me pasó esto…
-Y sí… así es la vida… no hay blancos ni negros sino grises…-  te dicen con una cara seria y desanimada, que no es capaz de distinguir una Boa de un Sombrero.
Pero me pregunto ¿Por qué ha de tener grises solamente…? ¿No está el espectro del blanco al negro lleno de colores? ¿Acaso en física no aprendemos que la luz blanca es en realidad un Arco iris?… Sí la Luz y el mundo está lleno de matices pero que no van del blanco al negro pasando por el gris, sino que la luz blanca que ilumina nuestro conocimiento y pensar está separada en un universo de matices de colores que van pasando de color en color en forma de dones por toda la creación.  Por ello a la, persona aleccionadora de la vida adulta, podríamos afirmarle con una sonrisa, algo más seria que su desanimo, y con una mirada capaz de ver un Cordero en una caja:
-Sí la vida no es ni blanco ni negro sino colores… como en un Kiosco lleno de golosinas esperando para que uno las vaya a disfrutar…


 María Sol Rufiner

4 comentarios:

  1. Gracias Sol. En este día tan gris es bueno que alguien nos recuerde los colores y que para eso se valga de la mirada del Principito y de un loco que vende prudencia. Me encantaría leer ese cuento que venía con alfajor de regalo. El combo es un pequeño paraíso, ¿no?

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    1. Marisa: Sí era mi golosina Favorita, en esa época vivíamos en la casa de mi abuela y el Kiosco estaba debajo, era toda una aventura bajar para comprar el alfajor y luego subir a tomar el té con la Omma.Un pequeño paraíso que se completaba cuando mi mamá a la noche me leía la fabula.
      El loco que vende prudencia, me gusto aunque nunca llegue a tenerla, la que más recuerdo era la fabula de La lechera y la de La liebre y la tortuga. Pero debo confesar que puse esa foto porque me hizo acordar de cuando estudié Ética para rendirla, y de como eso hizo que me volviese fan de la prudencia :-) Ahora no sólo encontré una imagen para el todo ojos, sino también para la Prudencia. Porque hoy en día con el sentido común en extinción ¿no somos los que intentamos andar atentos a lo real un poco locos que venden prudencia?

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  2. Muy buena comparación por la variedad de colores en oferta del kiosko y la vida misma. Creo que hay gente que parece viva pero no lo está del todo, si no se daría cuenta de la gran aventura que es vivir. Vos, que te llamás María y Sol, vas a ver siempre el arcoiris!

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    1. ¡Gracias Lydia! a mi me encantó lo que escribiste sobre Luz y su lápiz me hizo acordar a lo que mi mami siempre dice de mí. ¡Creo que con Luz tenemos suerte de tener tan buenas madres!

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