sábado, 22 de septiembre de 2012

Mundo (Claudio Marenghi)

 






Vanidad de vanidades…

Estos huesos y esta carne,
Esta tinta y esta pluma,
Estas palabras absurdas

… todo es vanidad.





Claudio Marenghi

12 comentarios:

  1. ¿Habría lugar para el lamento, para el reclamo contra el absurdo si todo es vanidad?

    Me gustó que te llevara tan poco espacio ponerme de cara frente al vacío esta tarde de sol.
    La imagen que elegiste refuerza, a mi manera de ver la unión entre tecnología y soledad. Esa sombra en la que nos ha convertido el vacío de experiencia.

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    1. Admiro la gente que pisa siempre las mismas baldosas, porque vivo suspendido en arenas movedizas. Hay días llenos de plenitud y sentido. Pero otros en que todo ese desborde desaparece. No lo vivo como una patología. Como decía Pascal, somos un medio entre la nada y el todo, creo que a veces estamos más cerca de uno de esos extremos que del otro. Grandeza y miseria del hombre, yo veo más claro lo segundo que lo primero.

      Gracias por comentar Marisa!

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    2. No me expliqué bien, Claudio. Lo que yo te quise decir es que el mismo lamento ya es un signo de esperanza.

      Algo así como lo que afirma Adorno con su estilo "dialéctico" de presentar las cosas:
      “A la conciencia le sería absolutamente imposible desesperarse por el gris agobiante si no guardase el concepto de un color distinto, cuya huella dispersa no falta en la totalidad negativa"


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    3. Sí, te había entendido eso, pero te respondí por lo de que dijiste del vacío. Esa frase de Adorno es genial. Gracias Marisa!

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    4. Lo de "vacío y tecnología" fue lo que me sugirió la imagen que elegiste. Una sombra caminando frente a una Pared ¿de plástico o vidrio? con tornillos. Y hace tu experiencia aparezca como algo propio de la época, ¿no?

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    5. Sí, es tremenda esa imagen como símbolo del hombre postmoderno en la era postindustrial. Creo que si Lipovetsky la viera, la usaría para la tapa de su próximo libro, ¿no te parece?

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  2. Claudio! Tanto tiempo ha pasado de la lectura de este poema. Me pasó que ahora que lo leí de nuevo, me gustó más que la primera vez. ¿Será que estoy más cerca de tus palabras? Ja!

    Me gusta esa distribución casi matemática de la frase del Eclesiastés como haciendo un marco al poema. Me hizo recordar tu forma de componer música: Esa programación tan exacta y limpia que acostumbrabas tener. Nunca debiste haber vendido el sintetizador.

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    1. Estoy más cerca ahora que hace años de gente que quiero mucho en serio como vos, como Marisa, como Guille, como Fernanda.

      Eso es algo que voy a cuidar como uno de los más valiosos tesoros que haya sabido recuperar del fondo del mar.

      La filosofía sin un alter ego no sólo no tiene sentido, sino que es más peligrosa que la cola de 'Goma Goma'.

      Abrazo!

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  3. Cuando ví tu palabra, dije: ¿porqué no la habré elegido yo? Creo que me hubiera llevado un largo texto sólo para empezar a poner orden en mi cabeza. Me encantó tu método: lo que se experimenta como esencial a la cabeza, en los comentarios ampliás y te explayás en otras experiencias. Muy bueno! Alguna vez lo voy a hacer como ejercicio a ver si me sale. Con respecto a la sensación de vanidad, para mí supongo que variará según el día (como vos decís)y también según la época (como dice Makishi). Mientras no empiece a pasar de un lado a otro en el mismo día me quedo tranquila... saludos!

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    1. A mi me pasa, en ciertos momentos, que pierdo la visión trascendente de la vida y miro todo sólo desde este mundo, entonces sucede que todo por lo que estoy luchando, sufriendo y muriendo aparece como pura vanidad: no vale nada. Eso quise decir. Por suerte, son pocos esos momentos y es una lucha interna y desesperada el revatirlos. Es parte de ser humano, demasiado humano, para que me entiendas. Gracias por las palabras!

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  4. Me animo a juntar "mundo" y "movimiento": ambos juntos en traslación coordinada muchas veces nos descentran de nosotros mismos y caemos en la vanidad, con la que luchamos por vernos donde no estamos.

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  5. Gracias Ignacio, mirá acá justo lo que encontré:

    “La creatura es vanidad en cuanto es de la nada, no en cuanto es semejanza de Dios.” (De caritate, 1, ad 1)

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