martes, 8 de mayo de 2012

Jaculatoria (Héctor Makishi Matsuda)

Caravaggio. La incredulidad de Santo Tomás (1601) – óleo sobre tela.


  


¡Cuántas veces,
he repetido tu nombre,
Señor, sin poder
ver un cambio en mí
que me transforme!


Vos siempre estás,
pero no siempre acontecés.
Como un niño de pueblo
esperando el circo,
así espero tu llegada,
inocente y egoísta,
patriota y exiliado,
indigente y codicioso.




¡Hasta cuándo, Señor, 
la luz del alba será
sólo eso y no,
tus brazos que me levantan!






Héctor Makishi Matsuda




19 comentarios:

  1. EXCELENTE.

    MAX HUNICKEN

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  2. Héctor, realmente un poema para convertirse cada mañana. Me encanta.

    Pensé en destacar uno de los versos, pero después me di cuenta de que destacaría todos, así que no destaco ninguno: ¡destaco todo el poema!

    Se siente tanto eso, eso de que siempre esté, pero no siempre acontezca, de repetir, de repetir y repetir, pero sin transformar. Y es que quizá nosotros somos de los más hambrientos, ¿viste? No por nada somos filósofos... Y necesitamos eso, eso que sabemos que está ahí, porque sí, pasó, lo recordamos, y hoy no está, y nos sentimos como... como estafados, digo, si sabemos que los brazos del Señor nos han levantado en la mañana, si lo hemos visto acontecer en toda la presencia de su rostro, ¿qué es entonces este rito seco, esta ausencia vacilante que nos desvela?

    ¿No será el hambre? ¿No será la huella, la herida de un fuego infinito que nos ha atravesado para siempre?

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  3. ¡Qué buen comentario Guillo! A mi me hizo pensar tu comentario y el poema en la experiencia de una ausencia, de un hueco. Esa sensación a veces de "estar hablando solos". Y el temor de que sea cierto. La voluntad de esperanza. Qué gran misterio.
    ¡Una belleza Caravaggio!

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  4. A mí me gustó mucho lo del niño del pueblo esperando el circo. Me retrotrajo a esa inquietud de la infancia, tan expectante y siempre tan esperanzadora...
    La primer estrofa es digna de la poesía del siglo de oro español!

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  5. ¡Bravo, Héctor! Siempre está, pero no siempre acontece... excelente expresión.
    Y mis felicitaciones también a Guillermo, por el poema propio y el comentario en este poema amigo.

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  6. Maxi: Gracias.

    Guillo y Marisa: En computación, cuando un programa está en prueba se dice "versión BETA" porque consideran que aún está muy inestable como para ser comercializado pero sin embargo, muchos gozan de esta versión sin problemas. Sobre todo porque es gratis. Nosotros de alguna manera estamos en esta tierra en versión BETA, inestables y de manera gratuita, no por una voluntad superior o imperfección de la misma sino por razones que ya sabemos (es el límite de la metáfora). Pero la nobleza de la inestabilidad es precisamente su estabilidad, sin ella, no existiría la inestabilidad. Así que de los momentos estables con Dios, podemos seguir avanzando. La VERSIÓN OFICIAL de la plataforma Microsoft es la estabilidad de los santos en la Tierra que inclisive falla a veces, pero ya no tanto comos los BETA. En cambio, los santos en el Cielo son como las versiones oficiales de MAC, ésos nunca fallan. Ja!
    Aceptemos nuestra calidad de seres humanos, heridos por ese fuego infinito, sí, pero ese fuego es necesario para seguir andando, alimenta esa voluntad de esperanza, ese horizonte que vemos y que es real, y no una ilusión.

    Ángeles: Sí, lo del niño del pueblo tiene también una intención desmitificadora de la infancia, que tiene mucho de inocencia y vileza a la vez. Pero tenés razón, siempre es expectante y esperanzadora, eso nunca debemos perder.

    Martín: Esa frase tiene algunos años. Es lo que yo entendí de lo que Heiddeger llama "ereignis". Que para mí, es una categoría muy mística. Bueno, si querés, podés corroborar en mi intuición o aclarar algo esto. Gracias.

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  7. Que bueno Hector!!
    Me impactó el que siempre Está,lo sé, pero no acontece...
    y es cuando me tambaleo y pienso si no será mi Dios de cartulina, pero es justo ahí, cuando Él me envuelve en su Providencia cargada de esperanza y me lleva a repensar sobre mi niño interior inocente pero tambien egoista....seria muy largo decir todo lo que hacen pensar tus pocas palabras, gracias, felicitaciones

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  8. Que bueno Hector!!
    Me impactó el que siempre Está,lo sé, pero no acontece...
    y es cuando me tambaleo y pienso si no será mi Dios de cartulina, pero es justo ahí, cuando Él me envuelve en su Providencia cargada de esperanza y me lleva a repensar sobre mi niño interior inocente pero tambien egoista....seria muy largo decir todo lo que hacen pensar tus pocas palabras, gracias, felicitaciones

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  9. Gracias, Marcela! Si te querés extender y no hacer algo tan largo en los comentarios, podrías escribirme al email (hmakishim@yahoo.com.ar). Siempre es importante poder enriquecerse con la visión del otro.

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  10. Hermoso! Te saludo en la esperanza de la Luz definitiva!

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    1. Gracias, Ignacio. Definitivamente, compartimos la esperanza de la luz definitiva! Un abrazo !

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  11. Héctor, me encantó tu poema! Y sin desperdicio los comentarios. Gracias!

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    1. Gracias, Mimi! Y sí, los comentarios son muy ricos y abren un diálogo muy interesante.

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  12. Héctor, todavía me quedo pensando en tu poema. Sabé que en algún lado te voy a citar.

    Leí esto de Benedetti y me hizo acordar a tu Jaculatoria:


    AUSENCIA DE DIOS

    Digamos que te alejas definitivamente
    hacia el pozo de olvido que prefieres,
    pero la mejor parte de tu espacio,
    en realidad la única constante de tu espacio,
    quedará para siempre en mí, doliente,
    persuadida, frustrada, silenciosa,
    quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
    tu corazón de una promesa única
    en mí que estoy enteramente solo
    sobreviviéndote.

    Después de ese dolor redondo y eficaz,
    pacientemente agrio, de invencible ternura,
    ya no importa que use tu insoportable ausencia
    ni que me atreva a preguntar si cabes
    como siempre en una palabra.

    Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
    desgarradoramente idéntica a las otras
    que repetí buscándote, rodeándote.
    Hay solamente un eco irremediable
    de mi voz como niño, esa que no sabía.

    Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
    no tener oración para morder,
    no tener fe para clavar las uñas,
    no tener nada más que la noche,
    saber que Dios se muere, se resbala,
    que Dios retrocede con los brazos cerrados,
    con los labios cerrados, con la niebla,
    como un campanario atrozmente en ruinas
    que desandara siglos de ceniza.

    Es tarde. Sin embargo yo daría
    todos los juramentos y las lluvias,
    las paredes con insultos y mimos,
    las ventanas de invierno, el mar a veces,
    por no tener tu corazón en mí,
    tu corazón inevitable y doloroso
    en mí que estoy enteramente solo
    sobreviviéndote.

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    1. Gracias, Guillo. He leído con atención el poema y que bueno, por un lado, recordar que Benedetti no es sólo el poeta de las tarjetas de los 14 de febrero, sino que tiene esta veta que es de una persona existencialmente atormentado, como nosotros en búsqueda de esa Verdad experimentalmente superior. Pienso, por un lado, que colectivamente o culturalmente, se vive esta ausencia; y en eso Baudrillard acierta al decir:

      la mayoría de las imágenes contemporáneas, video, pintura, artes plásticas, audiovisual, imágenes de síntesis, son literalmente imágenes en las que no hay nada que ver, imágenes sin huella, sin sombra, sin consecuencias. Lo máximo que se presiente es que detrás de cada una de ellas ha desaparecido algo. Y sólo son eso: la huella de algo que ha desaparecido.

      Pero también, vivencialmente, no siempre vivimos como testigos de la transfiguración o algo cercano a ella. Por algo, a Pedro no le dejaron armar las tres carpas. Hay que bajar siempre... Con lo visto, basta para seguir remando, creo. No sé.

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  13. Querido amigo Héctor, ante todo hermoso el poema, tenés un pluma con la que sintonizo perfectamente.

    Creo que, a pesar de nuestras férreas creencias, cada tanto sentimos esa ausencia de Dios que describe muy bien el poema de Benedetti citado por Guillermo. Incluso, creo que hasta se puede explicar desde de nuestra indigencia ontológica. Incluso, si el mismo Cristo en la cruz se sintió abandonado por el Padre, cómo no nos va a pasar a nosotros? A mí me ocurre cada tanto y no me avergüenza decirlo, hay que luchar constantemente para fortalecer la fe.

    Un fuerte abrazo!

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    1. Gracias, Claudio. Eso del abandono de Cristo en la cruz, me pareció muy acertado. Ahora, ¿vos podés responderme eso que le pregunté a Martín S, sobre mi utilización de la palabra "acontecer" con el ereignis, vos que sos un estudioso del amigo H.?

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  14. La frase que usaste me resultó fabulosa y es toda una "metáfora" con el pensamiento heideggeriano, aunque para explicarlo es un-poco-bastante-complicado (así con guiones y todo, como le gustaba escribir a ese rebuscado de H.) Voy a tratar de simplificarlo hasta los huesos, siendo breve y lo más claro posible...

    Por empezar, digo "metáfora", porque en Heidegger no hay trascendencia del ser, en tanto que en tu poema suponemos que hay trascendencia de Dios. Un ser separado del ente (como el Esse Subsistens Tomista) es impensable para Heidegger, debido a su permanencia rigurosa en el plano fenomenológico, el cual nunca abandonó, ni siquiera en sus últimos escritos aparentemente más poéticos que filosóficos.

    Qué es el ser para Heidegger? Yo llegué a la conclusión de que es el sentido del ente. Pero el sentido del ente cambia a través del tiempo. Y cómo cambia? Aconteciendo a nivel lingüístico en los grandes pensadores y los grandes poetas, quienes fundan nuevas épocas en la historia de la humanidad.

    Es algo así como un "elitismo" onotológico: Parménides, Heráclito, Platón, Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás, Descartes, Kant, Hegel, Nietzsche, Hölderlin, Rilke y tantos otros, serían los fundadores de nuevos horizontes de sentido para los entes en su totalidad con sus nuevos discursos. O dicho de otro modo, la historia del pensamiento y de la poesía es la historia misma del ser.

    El "Ereignis" es, precisamente, ese "acontecimiento" por medio del cual el ser se apropia del pensador-poeta y el pensador-poeta se apropia del ser. Designa de alguna manera el "encuentro" de ambas puntas en una irrupción creativa y novedosa. Y como siempre la punta del ser pesa más que la punta del pensador-poeta, por eso me parece fabulosa esa expresión en tu poema, porque en el encuentro del hombre con Dios pesa siempre más la punta desde donde proviene la Gracia.

    Acepto críticas y otras interpretaciones, no es el tipo de problema que no me deje dormir... Abrazo y te felicito por el poema!!!

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    1. Impecable. Claro y distinto. La luz no se pierde aunque pasen los años. Gracias, Claudio. No hay que agregar nada a lo expuesto.

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