Uno recibe el bautismo, la comunión, se confirma, pero no siempre acepta la linealidad religiosa. Pocas veces me arrimé a la casilla del confesor; me resultaba incómodo resumir mis faltas en el oído de otro, y no por ello me sentí un traidor a la iglesia.
Hubo
muchos quiebres a lo largo de mi vida y, aunque mis estudios al respecto son
muy pobres, creo que mi conducta roza, constantemente, el existencialismo
filosófico. Y la religión siempre anduvo a los tumbos entre tanto enredo.
Así como
evité al padre confesor, supe elevar hacia Él mis plegarias, hablando a su oído
divino. Aunque alguna vez traicioné mis subjetividades. Ocurrió cuando busqué
la escucha en los hombres santos, en aquellos que demostraron, genuinamente,
bondad, riqueza espiritual y amor por el prójimo. Santidad por la santidad
misma, no atada a prejuicios dogmáticos.
Oscar Gómez Salmerón
¡Bienvenido Oscar al taller!
ResponderEliminarCreo que tu reflexión es la que ha suscitado en muchos los aires de esperanza que trae el Papa Francisco.
Más allá de los cuestionamientos sobre los sacramentos y la institución que cada uno pueda tener, ha despertado ese anhelo que estaba dormido u olvidado o bajo sospecha. El deseo de aspirar a algo mejor como seres humanos.
Qué palabra para presentarte, Oscar! qué buena elección. Lo de una religión a los tumbos entre el existencialismo filosófico es muy creativo. Acá muy santos no somos pero de escuelas filosóficas vas a encontrar un lindo poupurrí, te vas a divertir!
ResponderEliminarGracias Marisa por tu invitación, y nuevamente gracias a tí y a Angeles por tan lindas palabras de recepción.
EliminarMe siento algo cohibido ante la brillantez desplegada por todos los escritores (a quienes he leído), pero, como soy un casi abuelo, no me voy a atemorizar fácilmente. Dentro de mis límites espero aportar un poquito de pensamientos y vivencias, y compartir con todos la paz y armonía que aquí se respira.
Saludo con alegría a todos los participantes de este foro.