lunes, 8 de abril de 2013

Sacudida (Clemencia Campos)



(Autorretrato en Paint)


Me sentía como barriendo en el desierto…



Donde parecía no haber nada, estaban los mil granos de arena.
Ellos miles, y yo, sola.
El viento me sacudía las ideas, me revolvía los pelos y me despeinaba furiosamente.
Intentaba caminar (¿a dónde? No lo sé), pero no podía.
Me hundían en la arena, y eso me molestaba (además de que me hacían cosquillas).
Me tragaban, me tragaban y casi sin aire me dejaban.
Caminaba revoloteando mis pelos desenterrando con fuerza mis dedos hundidos.
Me molestaban los mil granitos de arena, quería que me dejaran en paz.
¡Ojala tuvieran a alguien más que molestar!, pensaba.
Quería hacerlos humo.
Darle una sacudida al desierto.
Y así fue.
Cerré mis ojos, y cuando los abrí me sentí barriendo la arena del desierto con una escoba.
Me sentí libre.
Levante una polvareda de arena mientras bailaba, tarareando un tango. 
Me encanta limpiar el desierto.
Vaciar mi suelo sin dejar huellas ni pisadas.
Me encanta que mis pies sean libres y caminen sin trabas ni tragadas.
Aunque, rescato al travieso viento que me sacude los pelos y las ideas.
El viento me despierta y me hace imaginar un mundo sin arena y me da el empujón para caminar aún más…

Finalmente caminé en patas y por sobre lo que está bajo la arena…
Pero, ¿qué hay en un desierto debajo de la arena?
Nunca lo supe.
Sólo pude mirar la polvareda.

Y cuando desperté, me di cuenta que ni siquiera había desierto.
Pues, el desierto, era la arena.

No tuvo nada sentido.
Ni el viento, ni la barrida, ni la arena, ni los sacudones.
Todo era nada, y el sueño ahora devuelta era nada.
Además, destruí la foto del desierto.
¿Qué es el desierto sino arena?



5 comentarios:

  1. Me hiciste sentir el peso del desierto. La imposibilidad tremenda de avanzar entre la arena.
    Me sentí impotente y luego aliviada al barrer. ¿Pero para qué?
    Querer y no poder, poder...para nada.
    Una pesadilla. Pero acompañada del sol, el cielo, el viento y la belleza del desierto (al menos para mi son imágenes bellas)
    Una mezclita tu texto, como la vida misma. Como todos tus textos.
    ¡Gracias Clemen!

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  2. Clemen!! parecía que ibas a barrer y ahí estaba todo mejor, y de repente nos asaltas con: ¿qué es el desierto sino arena? No hay nada debajo de eso, o eso es todo lo que hay... inquietante, me quedo pensando. Por suerte de todos modos se puede bailar con la escoba!

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  3. Me encantó el dibujo, la escoba y la alternativa de bailar de Teresita, muy bueno todo, Clemencia!

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  4. Gracias por los comentarios!!!! Es un poco lo que dicen: la vida, mil granos, muchas cosas que no me gustan, me molestan, pero a la vez, es la vida. ¿Que sería la vida sin esas cosas que me molestan?
    A la vez creo que me refería un poco también a las ganas de pensar en limpio, sin prejuicios, sin conclusiones rápidas, conjeturas sacadas de la galera, etc...pero creo que es imposible.

    Lo que resta es entonces bailar con una escoba en el mismo desierto; y eso mismo sería la poesía. Quizá divago, pero algo así pienso...se entiende? jaja

    Gracias!!!

    Besos

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  5. Excelente. Me quedo con una frase "Ellos miles, y yo, sola." Qué solos nos sentimos cuando los granos de arena abundan.. queremos barrerlos y barrerlos pero en el fondo, no nos queda más que bailar y andar en patas para hundir los pies sobre la arena.

    Me encantaría pasar un día en los pensamientos de Clemen, me los imagino como un laberinto con miles de caminos entrecruzados que van cambiando en cada minuto..

    Nico

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