Ron
Mueck, Big man, resina polyester,
2000.
“Quien ante el hambre de la humanidad lo pasaba bien, tenía- como estigma- un vientre grueso. Esta justicia estética de Dios hace tiempo que dejó de existir”.
(Max Horkheimer)
Que el modo según el cual nos experimentamos como seres corporales,
en cada uno de nuestros gestos y detalles, esté cada vez más atravesado por las
relaciones sociales, es una nueva derrota de la vida personal. Y los menos
favorecidos –tanto los condenados a una dieta de fideos, pan y papas, como los
que encuentran un sucedáneo de la felicidad que se les arrebata en la
compulsiva devoración de lo que tienen enfrente- no tienen modo de ocultarlo.
Sin embargo peor es la suerte de los privilegiados. Sus cuerpos, que ya ni
siquiera puede decirse que son suyos, son aceptados y admitidos por todos.
También por ellos mismos, al mismo tiempo que, sin siquiera darse cuenta, se
alían en la lucha en favor de su propia negación.
Ángeles Smart
Forma, estilo y contenido, un auténtico homenaje a Adorno, Anqui. Excelente. Lo triste es la vigencia, al parecer aún más radical de los males que señala su crítica. El cuerpo sigue siendo un instrumento de dominio en una "variación imaginaria" diferente a la que señalaron en Juliette, más cercana al actual derroche, producción de hidratos, comidas rápidas o congeladas y al totalitarismo de la imagen.
ResponderEliminar¡Y lograste poner a tu querido gordo!
¡Interesante, Anqui! Es verdad que no hay escapatoria en esta cultura de la corporeidad instrumental. Ni para los menos favorecidos ni para los privilegiados. Hay que quitarnos los binoculares y volver a mirar con los ojos, simplemente.
ResponderEliminarPS. Big Man de Ron Mueck, impresionante.
Hola Ángeles, muy interesante tu comentario, y muy cierto. Estimula a pensar y vivir con más independencia.
ResponderEliminarGracias gente por los comentarios. Lo de la nueva variación imaginaria no me había percatado! y lo de la "corporeidad instrumental" tampoco se me había ocurrido. Estoy medio distraída, me parece!
ResponderEliminarComo dice Marisa, el Big Man es mi debilidad, una vez se lo quise poner a alguien como ilustración y la editorial me lo discriminó... ja!
Gracias, Lydia. Es verdad, qué necesario el llamado a la independencia, pero qué difícil!
me hizo pensar mucho nuestra relación con la corporeidad personal... algo que nos pega mucho a las mujeres cuando somos madres, pero que con el tiempo una tiende a olvidar (al menos yo me empecé a olvidar...) Y es importante... gracias Anqui!
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