Lydia
Zubizarreta, No hay dos hojas iguales
La excepción
confirma la regla. Esta frase tan
repetida, ¿significará que si no hay una excepción no hay una regla? ¿O que toda regla tiene su excepción? Es tranquilizante pensar que es de regla que
haya excepción.
En realidad,
esta frase tan trillada viene del latín: “exceptio probat regulam in casibus
non exceptis” y se trata de un principio jurídico medieval, significando que si
existe la excepción debe existir la regla.
Fuera del orden
jurídico, y en el uso común que le damos, esto de la excepción que confirma la
regla provoca desconfianza. O risa, como
en ese dicho de Oscar Wilde: “puedo resistir a todo excepto a la
tentación”.
Las reglas, en
el ámbito de lo humano, no son para mirarlas muy de cerca como un miope que
examina. A cierta distancia, con un
panorama más amplio y la posibilidad de generalizar, cobran más realidad. Por ejemplo, si digo de los suecos que son
altos y rubios, o de los sicilianos que son morochos y petizos, tengo ciertas
reglas, generalizaciones para el imaginario.
Mirándonos de cerca, concentrándonos en nosotros mismos, las reglas se
nos vuelven poco reales, directamente abstractas. Cada uno de nosotros podría considerarse una
excepción. ¿Una excepción a alguna regla
en particular? ¿O a cualquier regla, lo que equivale a decir que escapamos a
toda regla? Basta que nos comparen con
algún miembro de nuestra familia para que nos sintamos incómodos. “No, yo no soy como mi hermana, ella es mucho
más…”.o “mucho menos….”. Nos
consideramos únicos. Y lo somos. De
igual modo que no son idénticos dos granos de arena o dos hojas del mismo árbol
cada uno de nosotros tiene esa condición de novedad. Cueste lo que cueste
porque no es fácil y, sin embargo, agradecemos el que así sea.
Conducir nuestra
vida siempre con casos únicos es lo que la convierte en algo tan difícil, tan
fascinante, que requiere suma atención y creatividad. ¿Y cuáles serían las reglas para llevar a
buen puerto? Están los valores, las
distinciones, las empatías. ¿Y que
más? Los maestros, los ejemplos. En eso no hay excepción a la regla: todos los
necesitamos.
Lydia Zubizarreta
Coincido con tu mirada Lydia. "No hay una hoja igual a otra". Si en algo nos ha dañado el racionalismo y la tendencia a lo abstracto del espíritu de control, es en ese "fuera de foco" que tiende a subestimar la importancia de lo concreto, de lo individual que siempre es nuevo, único, inclasificable. Yo creo que lo pequeño, lo individual, el detalle, son lo más valioso y si no es así, todo carece de valor.
ResponderEliminarMe gustó Lydia! Somos todos tan únicos que a nadie le gusta que lo "metan en la misma bolsa" pero tendemos a hacer eso a veces con los demás. Las reglas son, así como las que usamos para trazar una línea recta, instrumentos de medida, necesidades prácticas, pero no dicen nada de eso que estamos midiendo. Así como hay gente que puede trazar una perfecta línea recta sin ayuda, debe haber otros que puedan mirar el mundo sin necesidad de etiquetas.
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