http://cartoonando.blogspot.com.ar/2009/05/rayuela.html
Existencia. Temor,
niebla, soledad. Y el latido cálido de la vida.
El instinto manda.
Como al insecto a buscar la luz. A tientas nomás.
Por eso aprendí tu
lengua, traduje mi alma en ella y llamé a tu puerta.
“-Nunca aprenderás
mi lengua”
“-Nunca traduciré
mi alma”
Mi hogar es este
surco en la tierra que se desvanece. Arco iris de batallas.
Saltos de rayuela.
Sobre un pié, sobre dos. Palabras iluminando lazos.
Una piedra
atrapando el Reino.
En silencio
contempla mi labranza una sonrisa tierna
Lo sé.
Irradia fuego,
agrieta nieblas.
A veces.
Marisa Mosto
EXCELENTE!!!!!! ME GUSTO MUCHO EL FINAL.
ResponderEliminarMAX HUNICKEN
Muy lindo Marisa!!, que vena poética!!
ResponderEliminar¡Muy bueno, Marisa!
ResponderEliminarSentí a la madre tocando a la puerta de su hijo adolescente, jaja.
Qué bueno evocar, tanto con la imagen, como con los versos a la Rayuela. Esa experiencia de haber jugado a que uno podía llegar al cielo en la misma tierra es impagable. Ahora en algunas escuelas la rayuela está dibujada con pintura, qué superficialidad!!! Eran las tizas las que nos hacían delimitar dentro de la vereda o los patios ese espacio-cancela que nos permitiría acceder al Paraíso. Me encantó poder relacionar nuestra extranjería con ésto! Sos una genia, Marisa!
ResponderEliminarMuy muy bueno.
ResponderEliminarQué densidad de significados.
Me gustó mucho, Marisa, todo ese engranaje con la Rayuela. Eso de los saltos con un pie o dos. Una piedra alcanzando el cielo. Es como si las grandes cosas de la vida, están tan cerca y son de tan sencillo acceso. Pero el existir es como si ampliara todos los horizontes e infunde el miedo y nos desorienta.
ResponderEliminarUna verdadera poeta! Imágenes cálidas como los sentimientos de los que brotan.
ResponderEliminarEl juego de la rayuela puede ser una metáfora del juego de la vida ...
ResponderEliminarLo decís tan bien, compañera poeta!
Quiero ser breve: me gusta mucho cóm escribís
Jorge Marticorena