Ricardo Supisiche, (Ilust Blog)
Una espina, un silencio
puede volverme voz.
Puede volverme tierra
de colores muertos
polvo que vuela
día sin sol.
Puede resurgir el vacío
el latido que no fue
el camino que no sigo.
Puede estallar en mil versos
la sonora risa del burlón
la queja que más pesa
el ojo que atormenta.
Puede ser infiel mi boca
y mi garganta no vivir
en la palabra, en el encuentro
con el otro que no soy yo.
Podrán ser siempre grises
los suspiros
el rincón
ese lugar donde vivo
hasta que una espina, un silencio
pueda volverme voz.
Guadalupe Wimpfheimer
¡Cuántas imágenes duras Guadalupe! "el latido que no fué, la queja que más pesa, el ojo que atormenta, la boca infiel, grises, polvo, muerte".
ResponderEliminarUn cantidad de imágenes de desasosiego enmarcadas por la esperanza, como puestas entre paréntesis por la esperanza de volverse voz. Y el título es el sol que ilumina el poema.
¡Una belleza tu oración!
Parecería que todo, pero todo, se transforma cuando se convierte en oración. Más allá del significado religioso, si tomamos la oración en su acepción linguística, como parte del discurso, también parecería que todas las palabras y unidades se transforman cuando pasan a ser parte de esta unidad de sentido. Muy lindo, Guadalupe!
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