Si
no existiera el ‘o’… esa particulita que nos pone en la vereda de enfrente a la
otra… otra opción, otra mujer,
otro hombre, otro camino, otra
carrera, otra casa, otro amor, otra persona, otro perdón, otra actitud. En la
vereda de enfrente están todos paseándose, regodeándose, luciéndose. Siempre de
lejos parecen mejores. Las que no tomamos, las decisiones… las que no elegimos.
Y nosotros en la vereda de enfrente miramos de vez en cuando para allá, ¿con
nostalgia? ¿con arrepentimiento? ¿con seguridad? Depende el día, la hora, el
instante. Porque cuando nuestro lado de la calle parece un atiborrado feriado
lleno de gente que mata el tiempo, o mata las ganas, miramos para allá,
llorando, suspirando, rumiando para adentro lo que no hicimos, lo que no
dijimos, lo que nos guardamos. En otros días nuestra vereda, en cambio, es la
más larga, la más ancha, la más plena.
Hoy
tengo ganas de cruzar y no me deja, cuando piso la calle me doy contra la pared
invisible de la realidad. Te das un golpe fuerte en la cabeza porque no la
viste, porque no se puede cruzar, la vereda de enfrente es un espejismo, es un
‘ya no fue ni será’. Cuando estás escuchando una canción te estás perdiendo de
otra, pero así es la vida. A veces queremos que aparezca una opción, la única,
nítida y segura. Me mata el ‘esto O lo otro’. Y siempre hay más ‘o’ de los que
uno creería. Opciones infinitas de las cuales tendremos una, es mejor que nada,
¿no?
María Teresita Suriani
Teresita: creo que reflejás en la tecla la realidad angustiante de la elección que nos sucede a todos.
ResponderEliminar¿Pero qué sería de la vida sin los caminos que se bifurcan?
Creo que es sano, seguir lo que el corazón "razonablemente" manda.
Gracias!
Gracias Ignacio! está bueno lo de seguir al corazón, pero lo difícil también es darse cuenta cuando está hablando él y cuándo no. Bueno, muchas dificultades por hoy.. saludos!!
Eliminar¡Muy bueno, Tere! Esa disyuntiva que muchas veces pasa de débil a fuerte dependiendo del "día, la hora, el instante". Es como dos realidades paralelas subsistiendo al mismo tiempo que si uno hace el ejercicio (no tan recomendable) puede llegar a convivir con ellas en un conflicto permanente sin paz. Creo que la clave es aceptar con tranquilidad por lo que ya optamos hasta donde buenamente se pueda y esperar que la pared invisible vuelva a bajar.
ResponderEliminarEl tema de the Echo Friendly está muy bueno. Me hizo recordar un poco a Jesus & Mary Chain. Ya me lo bajé. Ja!
gracias! tal cual, no es un ejercicio muy recomendable! De Jesus Y Mary Chain sólo escuche just like honey, en esa escena final de Perdidos en Tokio. Puede ser que se parezca..ya escucharé más!
EliminarBuenisimo Tere! Solo puedo decir que la vida vivida es una sucesion de decisiones, y normalmente la pobre O se vuelve chocante porque debemos optar por esto O aquello, pero creo que aveces es muy bueno tener opciones para elegir.
ResponderEliminarBesos
Por eso me gusta tanto ese texto de Edith Stein que dice que una voz interior nos alerta acerca de si el paso que vamos a dar esta en línea o no con nuestra identidad personal. Quizás lo que nos marea más es cuando nos invade un griterío de demandas "de afuera" y ya no podemos escucharnos.
ResponderEliminarEs muy real eso que decís Teresita de que si no elegimos una posibilidad nos quedamos con la nada. A veces está presente esa fantasía de que si no elegimos "todo" es posible y en realidad sino elegimos "nada" es posible.
gracias Marcela Y Marisa! Sisi, lo que decía Ignacio de seguir el corazón, o la voz interior, està bueno y hay que aprender a afinar el oído. Eso de que que si elegimos todo en realidad no estamos eligiendo nada es tal cual, porque es abrirse a infinitas terminales, pero cómo pueden estar abiertas si no las elijo? En realidad creo que nos quedamos con infinitas películas posibles, perspectivas, todas cerradas, todas negadas, porque sólo se abren y se hacen posibles cuando las elegimos.
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