Mamá , arriba a la izquierda, con
artistas moscovitas en Rusia
¡Anda a Cucha Vejestorio! Así se llamó el
síndrome que la poseyó cerca de los 70. Cuando para ella los 70 dejaron de
ser sólo el nombre de una década atravesada por la
pasión para convertirse en la cantidad de años
que debía contar desde que inició su existencia. Podría mentir,
disimular, parecer menos, bailar histéricamente; perseguir a las vanguardias
para dar la nota, pero los tenía clavados en su pecho.
Entonces, en los albores de la decadencia total…cuando ya no
queda duda de que todo es pérdida… entendió que ese era un proceso demasiado lento y doloroso. No quería
perderse hora tras hora de todo lo que ELLA era…entonces se dejó llevar por el “Anda a Cucha Vejestorio” y dejó de vieja a otra…Una que no tenía nada adentro.
Nada que se viera. Que… pobrecita abría
en un tremendo esfuerzo los ojos intentando demostrar su parte en la historia. Como
un nuevo personaje para la foto, se ofreció a interpretar ese lento y doloroso
proceso inmolándose como única y
distraída depositaria de la pena.
Abre esforzadamente los ojos
con la intención y como señal de transmitir que es todo lo que hay. Porque ELLA ya no
está. Y aunque las dos lo sabemos no lo mencionamos y hacemos de cuenta que con
lo que dejó basta. Y así siempre abandona la mirada en un punto… bien lejos
dando por cumplido su objetivo y yo me quedo sentada al lado haciendo de cuenta que es ELLA, aunque ya la
música no la haga bailar y haya dejado de perseguir a las vanguardias para dar
la nota.
Cecilia Mosto
Es todo muy triste. Me hizo pensar si no ha sido así efectivamente como vos decís. Que esta es su manera de "escapar". O quizás ella hubiera querido escapar definitivamente cuando el ACV y los médicos no la dejaron. No lo sé.
ResponderEliminarMuy lindo Cecilia, tiene la belleza de las cosas tristes que llegan al corazón por su profundidad y sutileza contemplativa.
La imagen de los ojitos que hacen fuerza para mirarte y luego se pierden en el vacío como su modo de aún estar allí, es tan real...
Leo y acompaño sin poder decir nada... un abrazo!!
ResponderEliminarGuau! Qué capacidad para plantear un escenario afectivo tan doloroso con tanta paz y amor. Es conmovedor todo ese proceso de lentamente irse apagando hasta que sólo los ojos quedan para manifestar su presencia.
ResponderEliminarMe hizo pensar en ese verso de Neil Young que una vez comenté en la C: «It's better to burn out than to fade away». Y creo que algo de ese espíritu percibo en tu madre. Como dice Marisa: «quizás ella hubiera querido escapar definitivamente cuando el ACV y los médicos no la dejaron.»
¿Cómo será eso de llegar a viejo, realmente?
Muy triste.
ResponderEliminarMando un beso grande y quizás ustedes estén dando la nota por ella no?
Gracias por los comentarios. Hay un proceso que tiene que ver con volver a darle significado a "mama" que incluye un tiempo durante el cual uno no sabe dónde poner el esfuerzo. Besos y que tengamos un buen 2013.
ResponderEliminarCecilia, sin palabras... Como dijo Marisa una vez, no decir nada, escuchar con respeto. Tratar de ponerse en el lugar del otro para acompañar y comprender mejor.
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