Diego Rivera, Mujer con calas, (Ilust. Blog)
Una
mujer
engaña
a su marido
con
un chico más joven que él.
Después
de muchos años,
vuelve
a sentirse deseada.
La
juventud de su amante
la
ha rejuvenecido y
ahora,
la ropa le asienta mejor.
Sus
amigas com entan
que
está divina
y
nadie puede negar
que
un nuevo brillo
hay
en sus ojos.
Sin
embargo,
una
extraña obsesión
ha
brotado en ella.
Su
torpe olfato se ha agudizado
y
ahora percibe olores
en
su cuerpo
que
antes no los tenía.
Algo
de todo esto
la
irrita,
y
es que ella cree
que
el desodorante
le
dura menos
y
el perfume de toda la vida
ya
no da más...
Héctor Makishi Matsuda
Héctor: Me gustó especialmente la sutil ironía de ese "está divina" y del olfato irritado. Olores que no armonizan con la "nueva fortuna".
ResponderEliminarSensaciones que advierten de estados espirituales, como en lo que escribió Guadalupe.
¡Muy buena la imagen Angeles! Ella de espalda cuidando la frescura de los perfumes.
Has dado en el punto: "sensaciones que advierten de estados espirituales". Ésa era la idea: no hacer una introspección de la infiel sino desde lo exterior poder llegar a lo interior.
EliminarLa mujer ni siquiera tiene nombre Héctor... Ana Karenina y Madame Bobary fueron criticadas por sus autores pero tuvieron más consistencia interior, sus dolores y frustraciones eran genuinos. Tu infiel con sus puras sensaciones y apariencias se maneja en la superficie, como si nada hubiera ya ni de auténtico ni de profundo... Para la proxima te desafío a que escribas una poesía similar cuyo protagonista sea un hombre! Como ves no soy feminista pero alguien tiene que decir una palabra a favor de las pobres lapidadas literarias!
ResponderEliminarEpa, Ángeles, veo que este mes, estás algo sensible. Jaa! Pero lo mío, no era hacer una Madame Bovary. Era precisamente hacer la operación inversa: manejarme con imagenes superficiales hasta banales para poder anclar en lo profundo indirectamente. Pero bueno, creo en una versión masculina, no sé qué tenor saldría. Lo pensaré y te cuento.
EliminarHector:
EliminarMe gustó, es sencillo en la forma y en las palabras, pero coincido con Marisa que cada gesto y cada superficialidad esconden una profundidad angustiante y culposa, un estado espiritual.
Angeles:
Creo que la intención de Hector con "la infiel" era presentar estos signos superficiales para llegar indirectamente a ese estado espiritual de soledad y aislamiento.
Un saludo!
José Manuel Flores
De acuerdo con todos sobre el tema del camino exterior al interior y lo acertado en la descripción de la protagonista. Sólo que ya es un clásico mío, cada vez que se habla mal de las mujeres levanto objeciones. Por las dudas. Por principios. Lo considero un deber social en apoyo a todas las que reciben siempre la peor parte. Y, ojo!, sigo aclarando que no soy feminista... me parece que no me van a creer...
ResponderEliminar¡Esa es mi chica! ¡Apoyo esta iniciativa!
Eliminar