Escena de El proceso, Orson Welles,
1962
Iluminación
“Bapu-Ji –le dije a poco de llegar-, ya han venido a examinar
mis papeles y a interrogarme. Mis compañeros me han prevenido que muy pronto me
seguirá un policía. Sólo un espía puede producirme más horror que un policía.
Tener a uno u otro a mis espaldas me envenena la vida. ¿Cómo, pues, debo
conducirme si tal cosa sucede?
-Es muy humillante, en efecto –respondió-, es muy humillante
que un hombre se resigne a semejante oficio por un poco de dinero. Me preguntas
qué debes hacer: debes compadecerlo. Debes evitarle fatigas e inquietudes
inútiles. Debes facilitarle todos los informes que trate de sorprender, tenerlo
al corriente de tus idas y venidas; mostrarle tu correspondencia y confiarle
tus pensamientos más secretos. Yo exhorto a los míos a rechazar todo
pensamiento que nuestros enemigos no puedan conocer. Ésta es para nosotros
mismos una garantía de que sólo tendremos pensamientos puros.” (de las
conversaciones de Lanza del Vasto con Mahatma Gandhi en, Peregrinación a las fuentes, Bs. As., Sur, 1954, p. 108)
Dejarse iluminar. No tapar. Estar dispuesto a morir a la
mentira por dolorosa que pueda ser la verdad. ¿Por qué da escalofrío tanta luz?
¿Por qué esa voluntad de tinieblas? ¿Ese instinto de manotear algo con qué
taparse? ¿Esa obstinación por fabricar una tarjeta de presentación que preceda
y moldee nuestra imagen y la vuelva aceptable a los demás sin importar la
basura que ha sido puesta bajo la alfombra? ¿Por qué nos arropamos cómodamente
entre las sombras?
Insensibilidad
La crueldad del insensible, el sensible la padece. La persona
cruel no registra el sufrimiento que causa. Esta demasiado ocupada en sus
propias cosas.
Y el amor de los seres sensibles es el único camino, si lo
hay, para desterrar la crueldad del mundo. Sólo la ternura de los seres
sensibles puede ablandar pacientemente el corazón endurecido de los crueles
(quizás endurecido por la crueldad de otros).
Sonia para Raskolnikov (Crimen
y Castigo), Jean para Michel (Pickpocket),
Solveig para Peer Gynt. ¡Cuánto trabajo para Sonia, Jean, Solveig! ¡Cuánto
amor! (Pido perdón al lector: son los personajes que circunstancialmente tengo
en mi cabeza)
Pero estos son personajes de ficción.
En la realidad Sonia convive con Raskolnikov en lo profundo
de nuestro corazón.
Deseo que Sonia crezca de tal modo que no le deje espacio a
Raskolnikov. Que Raskolnikov se vea obligado a despertar, a romper su
caparazón, a abandonar su terruño y cruzar la frontera. ¿Y por qué no? ¿Acaso
no lo hizo en la novela?
Iluminar a Sonia y que su luz transfigure a Raskolnikov. Y si
él sale de las sombras aunque sea débil y aún deformado, ¿quedaría algo por
ocultar a ese policía?
Marisa Mosto
Me encanta la idea de que la ternura ablanda los corazones endurecidos, como aquel "loco" que grita en el tren "Sólo el AMOR salvará al mundo". Y que esa luz que transfigura al endurecido, al "perseguidor", manifiesta la pureza por haber sido rescatado sin necesidad de escondernos, de mandar la basura debajo de la alfombra... Es la tensión entre el que busca amar y el que se deja amar, entre el que amando se va transformando junto con el transformado. A mayor luz menos insensibilidad...Prendamos lo faroles y dejémonos iluminar...
ResponderEliminarMe encantó Marisa!
MUY BUENO. ME ENCANTO LA SECCION DE LA INSENSIBILIDAD.
ResponderEliminarMAX HUNICKEN
Gandhi debería ser una figura ejemplar en todos los tiempos, pero más en éste, en el que una injusticia "salda" a otra. El texto me hace pensar en la violencia de los incidentes a la embajada británica (que menos mal que fueron criticados desde el gobierno mismo) y a su vez en la insensibilidad de esos ingleses que ocupaban la India (como nosotros les tiramos molotovs), pero que gracias al corazón y el esfuerzo (porque no se trata de no hacer nada tampoco) de un flacucho pelado y petisón entendieron (quiero creer, aunque a veces dudo) qué estaban haciendo mal.
ResponderEliminarMuy lindo Marisa! La frase "La crueldad del insensible, el sensible la padece"... me hizo pensar que algunos sensibles (me incluyo) padecemos también nuestra propia y excesiva sensibilidad, que nos lleva creer que los insensibles son los culpables de todo. Tendremos que despertar nosotros entonces también, y reflexionar sobre lo que nos afecta de manera directa y lo que en realidad son "sensibilidades" nuestras?
ResponderEliminaro que este cúmulo de sensibilidades se genere justamente por convivir mucho tiempo con la insensibilidad, y ya nos vuelve idiotas, e incapaces de responder. Voto entonces por romper (de a poquito) con esa convivencia insana.
ResponderEliminarMe encantó Marisa. La idea de no esconderse de nadie, ni de un espía o policía, porque no se tiene nada que esconder, nada impuro, nada de lo que uno pueda tener verguenza.
ResponderEliminar"¿Ese instinto de manotear algo con qué taparse?" - No tendrá eso relación con el episodio en el paraíso, cuando al hablarle Dios, Adán se esconde por haber descubierto que estaba desnudo?... Y la otra pregunta que surge: si todo debe de estar tan iluminado como para ser visto en su totalidad, ¿en qué consiste el concepto de intimidad, que,a mi modo de ver, es esencial a la condición de persona?
ResponderEliminarQuerido Estanislao, ¡gracias por sus comentarios! Estoy plenamente de acuerdo con su primera observación. Incluso hay un puente directo entre esta "Iluminación" y aquella "Desnudez" que escribí para la D, en la que hago referencia al pasaje del Génesis "-¿Dónde estabas?, -"Oi tus pasos en el jardín y me escondí porque estaba desnudo." (Estoy citando de memoria).
EliminarEn cuanto a lo segundo lo que yo tenía en mente antes del consejo de Gandhi, era el inicio del Evangelio de Juan. La cuestión de la Luz y las tinieblas. El llamado a ser hijos de la luz. No sé si eso atente contra la intimidad. Habría que pensarlo. Tampoco sé si el tratar de "estar en la verdad" sea equivalente a estar expuesto a la mirada de todos. De todos modos es un estado espiritual cuya plenitud nos es desconocida. Creo que sólo podemos imaginarla.
POR QUÈ DA ESCALOFRÌO TANTA LUZ???
ResponderEliminarMe encanto tu texto...
Es interesante cómo esto funciona en la realidad personal. Yo, particularmente, siento una tremenda fobia a los espíritus policíacos y mi estrategia es la contraria a la que propone Gandhi: cuanto menos información les doy mejor me siento. Aún cuando no sea algo de lo que me tenga que esconder, prefiero no saciar el gusto de control que cierta gente tiene. Seguramente esta sea una fase defensiva que podría avanzar hacia esa iluminación que proponés, Marisa. Pero me parece que también debe tener que ver con el resguardar algo de la intimidad de la que habla Estanislao. Ahora bien, cuando el juego es hacia adentro, y uno es su propio Raskolnikov, su propia Sonia y su propio policía, creo que no hay más remedio para la salud que esa iluminación total que proponés.
ResponderEliminarQuerida Marisa: muy buen texto! Aunque hiere un poco nuestro machismo es cierto que "detrás de un gran hombre, hay una gran mujer". Todos los personajes que mencionaste como 'redentores' son mujeres!!!
ResponderEliminarPersonalmente, siempre me ha impactado aquella página en la que Sonia le lee del Evangelio a Raskolnikov (y a todos nosotros)la resurrección de Lázaro. Impactante! Ahí nace la conversión. La conversión de la crueldad y de la insensibilidad tienen su roca firme en la resurrección. Esa célebre página finaliza así: "El cabo de la vela estaba por consumirse en el torcido candelero y daba una luz mortecina a la miserable habitación donde un asesino y una prostituta habían leído el Libro Eterno."
SIN PALABRAS!
Querida Marisa, muy lindos y sensibles los dos textos. El primero con lo de Ghandi me hizo pensar en "La vida de los otros" una película que me encantó, y el segundo que empieza fuertemente con "La crueldad del insensible, el sensible la padece" y da los ejemplos de comunión también deja mucho que pensar. En cuanto a si alguien puede ver en nuestro interior, si, desde ya, el Señor nos ve tal cual, siempre.
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