¿Cómo se forma una idea en mi
mente? ¿Cómo cambia esa idea innumerables veces dentro de mi mente? ¿Cuándo
decido callarla y cuándo transmitirla o ponerla en acción? Estaba pensando en
escribir un texto sobre la incitación, de hecho esbocé uno, y me puse a pensar
en cuántas cosas hago porque alguien me aconsejó o cuantas veces cambió mi
manera de ver a alguien por el comentario de otros, o la mirada de los otros
sobre ese alguien cambia la mía. Yo veo las cosas, una situación, una película,
conozco a una persona o leo un libro, y pienso cosas, pero en cuanto aparece el
otro, o la mirada es de a dos, o aunque sea una mínima palabra del otro
interviene, y me sugiere otra mirada u otra opinión, ya sea con un gesto de
desagrado, o de admiración, en ese momento, ya no puedo preservar mi opinión
pura, intacta. Me acordé de cómo Nick
Carraway (narrador en El gran gatsby) consideraba atractivas y
espléndidas las fiestas de Gatsby hasta que asiste acompañado por Daisy, que
las ve con otros ojos y en un principio está desencantada: "I was looking
at it again, through Daisy´s eyes. It is invariably saddening to look through new eyes at things upon which
you have expended your own powers of adjustment"*. Me gustó esa
frase, porque no sólo dice que podemos ver cosas viejas bajo la mirada de
otros, sino que involucra una emoción, 'entristece'. Y sí, en el caso de que
alguien nos caiga muy bien, o algo nos haya gustado mucho, o admiremos a ese
alguien o a ese algo, nos entristece ver que la mirada del otro no se
corresponde con la nuestra, o que el otro sabe cosas que nosotros no, pero si
nos las revela, que es lo que de hecho sucede cuando nos hablan de alguien, de
algo, perderemos esa mirada encantada que teníamos, o disminuirá nuestra
admiración u orgullo por algo.
Aparte de esta influencia
inevitable de la mirada de los otros superpuesta a nuestra mirada están las
ideas que los otros nos dan, nos regalan, o con las que nos atan. Muchas
decisiones importantes en mi vida las
tomé influenciada directamente por personas a quienes respeto mucho. A esta
altura del texto estarán pensando 'qué susceptible la que escribe', y sí. Es
así, cuando alguien en quien confío me dice algo yo suelo adherir, revisar mis
pensamientos, dudar, y tomar decisiones. A veces me equivoco y a veces no. De
todos modos me impresiona ese poder que tiene la palabra de alguien unida al amor/respeto que le tiene la persona
que lo escucha. Lo que me hace pensar en que quizás yo también tenga ese poder
sobre otros, y por eso uno tiene que tener cuidado cuando aconseja, cuando
opina, cuando alaba o denigra a las corridas. A lo que viene el título del
texto es que puse a pensar en todo esto a partir de la película Inception (El
origen, 2010). Me pareció fascinante la idea
de querer implantar una idea, valga la redundancia, en la mente de otro. Es decir, si fuese sólo
esa la tarea diría que no hacía falta tanta ciencia, sino tan sólo alguien
manipulador o convincente, que maneje bien las palabras, y ya estaba, aunque
nos quedábamos sin película. Lo interesante es querer implantar una idea de tal
manera que quien la piensa piense que se le ocurrió a el por sí mismo, que
nació en él. Revisando estas ideas que me fueron ‘implantadas’ por otros me doy
cuenta cuántas hay que pienso que son mías, o decisiones que creí tomar de
forma autónoma. Qué curioso camino se abre desde el otro hacia mí, tan
imperceptible, que ni percibí su presencia. Y me da intriga y terror el poder
de los demás sobre mí y el poder mío sobre ellos. Mi mente es dócil y no sabe,
si supiera… ¡cuántas cosas hizo movida por la incitación!
*Estaba mirándolo de nuevo, a
través de los ojos de Daisy. Es invariablemente triste ver a través de nuevos
ojos cosas a las que le has dedicado tus propios poderes de adaptación.
Teresita Suriani
Spoiler alert! (o sea: el video revela cosas de la peli, aunque si no la viste no vas a entender qué te revela...) Si realmente alguien no la vio, véala ya!
ResponderEliminarYo creo que uno no puede dejar de ser una especie de "manojo" de influencias. Pero creo que hay que serlo de manera lúcida y crítica. Si falta eso sucumbimos a lo que T.W. Adorno llama el "hechizo" típico de la despersonalización, en el que uno es una especie de canal por el que obran los otros. Como ocurre en la masificación. Hace un tiempo leí un artículo de José Pablo Feinmann que decía que a veces cuando se ponía a hablar con algún taxista sabía qué radio escuchaba por las opiniones que tenía y transmitía con la convicción de que eran propias. Algo así es el hechizo de Adorno.
ResponderEliminar¡Muy bueno tu texto Teresita! La película no me gustó tanto. me pareció una buena idea presentada de forma muy enredada.
Muy bueno Teresita. Yo estoy en cierta medida "protegida" por algunas influencias por algo que me pasa sin yo poder dominarlo. Por ejemplo el uso de ciertas palabras directamente me distancia de un pensamiento o idea y no hay modo, no la puedo ni pensar ni recibir. Por ejemplo lo que citas sobre "Daisy" a quien no conozco no lo pude seguir porque ya el nombre me provoca distanciamiento. Una obra que tenga una "Daisy" como personaje ya no me atrae para nada. Ojo que me pasa con cosas que sé que me gustarían: por ejemplo ese cuento de Cortazar que tiene a un "Johnny" jazzista protagonista, debe ser el único cuento que nunca pude leer ni terminar. Me causa algo desagradable que Cortazar diga "johnny" y otros nombres tan anglosajones. Creo que el ser capaz de asumir un lenguaje como propio y estrictamente personal en su articulación nos hace notar cuando algo es ajeno a nosotros y saber que nos influencia(no hay remedio al estilo del manojo de Marisa) pero por lo menos hay algo propio y particular sobre lo que actúan. No sé si es claro lo que digo o medio enrevesado como la película de Di Caprio!
ResponderEliminarMuy bueno Tere, me hiciste plantearme a mi también qué ideas son mias y cuáles nacen de comentarios de otros, y cómo cambian las mias...Me gusto!
ResponderEliminarAngeles! que raro lo que te pasa,no dejes de leer El gran gatsby, bah, a mi me pareció una novela muy buena.
ResponderEliminarIgual entiendo lo que querés decir, pero creo que nunca me pasó así de distanciarme tanto de algo por ese tipo de cuestiones, creo...
Sí, lo voy a leer. Igual me parece que juzgar a algo por las palabras usadas puede tener mucho de prejuicio!!! Los voy a reveer!
ResponderEliminarTersita:
ResponderEliminarMe pareció muy bueno el texto. Me puse a pensar sobre todo en las personas que uno mas admira, o que más se estiman y en como sus palabras nos hacen cambiar muchas veces las propias ideas o nos hacen ver a una persona a una idea o a una cosa desde otra perspectiva o con más profundidad.
También pensaba en esa actitud que lamentablemente se da mucho en ambientes filosóficos de buscar mantener las propias ideas siempre y mas allá de la realidad, sin dejarse decir nada de las ideas de los otros y sin querer ver más que lo propio.
Un saludo!
José Manuel Flores
Gracias José, creo que entendiste perfecto lo que yo quería decir. Y si, contrapuesta a esta "influenciabilidad" o sería más bien vulnerabilidad, está la postura de no dejarse afectar por nada.
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