Hay una
sola cosa que me relaciona con Jay Kordich: nacimos un 26 de agosto.
Por lo
demás, creo que, como soy un carnívoro, pastimaníaco (o como se denomine a un
fanático de las pastas) y amante de los dulces, jamás voy a llegar a disfrutar
una vida plena, enérgica y saludable como la de este hombre de noventa años.
Según cuenta, su secreto está en el consumo de los jugos naturales, que le
salvaron la vida estando enfermo de cáncer.
Hace un
tiempo empecé a relacionarme con la dieta natural que impulsa Jay.
Mis
músculos se fortalecieron a fuerza de exprimir naranjas, pomelos, limones. A
ver si me entienden: obtuve unos bíceps fenomenales y unos antebrazos notables
por el ejercicio del exprimido. No por las vitaminas aportadas por tantos
frutos que bailaron en mi exprimidor.
Además,
nunca fui un fiel discípulo. Las pastas y dulces siguieron persiguiéndome, así
que, por más que tomara unos regios batidos de vegetales con zanahorias,
tomates, un jugo verde de kiwis, manzanas verdes, pepinos y menta fresca, éstos
jamás pudieron competir con unos ravioles a la salsa scarparo o fileto, un
mondongo a la española o una tortilla de manzana flambeada al rhum.
Hay gente
feliz con los zumos. Sino pregúntenle a Timothy Brownie o a Manal que le cantan
al jugo de frutas y al de tomate frío. Según dicen, no hay nada más saludable
que los jugos recién exprimidos, por más que BC haya intentado con los jugos en
polvo. “Enamórate del verdadero sabor a fruta”, mentían, mientras unos
nostálgicos exprimidores se despedían de los frutos naturales cantando “Te
extraño, te olvido, te amo”.
Por
supuesto que ataqué el salvavidas abdominal con más y más jugos siguiendo la
inefable zumo-dieta de piñas, papaya y tamarindo; pero el efecto quema-grasa
sucumbió ante los alfajores de chocolate, las medialunas de manteca, las
Mellizas, Rumbas, Amor y Merengadas. Maldito Terrabusi.
Bueno, no
todo se perdió; seguí con los batidos, sobre todo los de banana con leche. Y en
momentos de stress, cuando las recetas me indicaban un zumo de melón, manzana y
grosellas, terminaba rematándola con Agua de Valencia, una increíble mezcla de
cava espumosa, naranja, ginebra y vodka; con no mucha azúcar porque es
insalubre.
Pronto
arremeteré con un excelente batido con jugo de vegetales y limón y semillas de
apio, al que sólo hay que agregarle un poquito de pimienta y sal y unas gotas
de ¿tabasco? Se llama algo así como Bloody Mary. Después les cuento.
Oscar Gémez Salmerón
Jajaja ¡Muy divertido Oscar!
ResponderEliminarMe encantó eso de sacaste bíceps haciendo bailar las frutas en el exprimidor.
¡Y sí! ¡La culpa es de Terrabusi y toda esa gente que no quiere vernos saludables!
Te digo que a pesar de tus "pecados gastronómicos" la venís llevando de lo más bien.
A propósito, ¿Cómo anduvo ese bloody Mary? ¡Hip!
Siempre ocurrente, Oscar!
ResponderEliminarlo natural compite con cosas tan poco sanas... yo no podría estar sin café y ya el color me anuncia que no es tan bueno abusar, pero en fin... me da más fiaca exprimirme un jugo!