Marc Chagall, Paisaje azul (Ilust. blog)
Tarde, por la noche un zumbido extraño, desconocido, un sonido
sordo pero continuado que hacía picar el oído, que hablaba claro sin hablar,
como una mirada penetrante, me dijo que la decisión
fue bien tomada, que en un chasquido
me llevaría a la felicidad después de
tanta espera, consecuencia
de la belleza de la huida (entre gota y gota de llanto) de aquella ilusión, de aquella utopía
que parecía ser un árbol con buenas
raíces, un viernes de sol, pero no lo
era. Aquél zumbido me hizo dar cuenta que en realidad, aquello era un juicio sin ley que lo ampare, una kyrie
que invocaba la soledad. Me hizo notar
que la necesidad no es tan necesaria,
que aquellas cosas vividas eran simples ñoñerías
que no me dejaban salir de mi propio ombligo,
y que me hacían ver mi propia vida como una mala obra de teatro, simplemente
pasando a través de mis ojos.
Aquél zumbido mágico me dijo que
ya no había queja suficiente para
esta pena, que ya no estaba rendido. Me aseveró que no importa tanto
el por qué, el cómo o el qué, de dónde venimos o hacia dónde vamos; sino que
importa simplemente la búsqueda… sin
mirar para adelante, sin recordar el pasado, simplemente contemplando el actual
paisaje que pasa por mis ojos: lo único importante, lo único vivo, lo único
valioso.
Cuando ya no pude más, “¡wun!”, me gritó aquél zumbido,
marcándome hacia dónde mirar… hacia aquél alba con el que amanecerá el mañana, y me mostró que allí no me
encontraré más contando el pasado de estrellas incontables que ya no
existen, que no me encontraré más con incógnitas
incuestionables, que ya no habrá más “x” por
resolver y que justamente allí encontraría mi yo.
Aquél zumbido, voz divina en la
conciencia, al que le tengo confianza sin saber por qué, al que le entrego mi
corazón sin restricciones, me guiará y me hará encontrar la paz. Qué lástima
que era tan silencioso aquél zumbido… bastó todo un abecedario para escucharlo.
Nico Balero Reche
¡Qué buena síntesis Nico! Reuniste todo tu florilegio de palabras y lo proyectaste como sobre una pantalla que dejó desfilar tus inquietudes de estos 28 meses. Muy ingenioso.
ResponderEliminarA demás pusiste en evidencia que la mayoría de nosotros no hemos hecho casi nada más que presentar distintas variaciones de una misma melodía para volver al punto de partida con algo más de luz.
Gracias Marisa.. fueron 28 meses donde una vez por mes, me tomaba un tiempo para volver a mi. Gracias por todos tus comentarios!!
EliminarNico
Qué genio! me hubiese gustado hacer lo mismo con mis palabras. Tal vez lo haga ahora en el verano.
ResponderEliminarTal cual lo del zumbido en nuestro interior...
La verdad qe fue buenísimo y entretenido hacer la síntesis con todas las palabras.. me sentí Marisa mandando los mails pero con mis palabras =P
EliminarNico
Todo VOS reunido en esta increíble cadencia. Veo muchas ganas de mirar la estrella que realmente existe para dejar de mirar el reflejo de mil estrellas que fueron alguna vez. "...que ya no habrá más “x” por resolver y que justamente allí encontraría mi yo". Quia, será porque hallandote a vos mismo, la x se halla solita. Creo que fue uno de tus mejores letras!! Beso
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