Foto Juan Etchebarne, Jinetes llegando a Santiago de Compostela
Esa mañana lluviosa nos despertó la
música inconfundible de cascos de caballos golpeando el empedrado. Nos asomamos
rápidamente a la ventana para verlos. Cuatro jinetes vestidos con largas capas cruzaban la callecita de nuestro hotel rumbo a
la Catedral de Santiago de Compostela. La lluvia bendecía su llegada y pensé: “Y
bendice la llegada de tantos otros hace cientos de años”. Las capas les daban
un raro aire de caballeros andantes, atravesando siglos, la mirada en alto, orgullosos de
acercarse a la meta.
La plaza de la Catedral de
Santiago es una fiesta. Adornada sin
pausas por peregrinos de todos los lugares del mundo. Irradia alegría. La pueblan abrazos, risas,
llantos. Sombreros y bastones. Y fotos,
muchas fotos que intentan detener el tiempo.
Registrar kairoses. Miles de kairoses de distintos colores. El camino reunió inquietudes dispares, los invitó a
confiar en sus flechas amarillas. Acompasaron sus pasos, cruzaron historias, se
sostuvieron en las dificultades. El cansancio seguramente supo sacar a luz sus límites y debilidades pero también poner a
prueba la capacidad de recomenzar. Y ahí estaban todos ellos. Hermanados con
lazos nuevos, íntimos, irreemplazables. Llevando
a cuestas las huellas del camino. Un mismo objetivo, diferentes anhelos, cada
uno vestido con su nombre.
La Catedral de Santiago de
Compostela nos pone frente a las narices la fiesta de la vida compartida. Nos dice: “¿Ven? Es posible. Y si es en
compañía, caminar la vida es como andar sobre ruedas o como volar.”
Se me ocurrió pensar nuestra Z
como una pequeña Catedral de Santiago.
Acompasamos pasos, cruzamos
historias. Buscamos la forma de hacernos
entender, nos supimos escuchar un tramo del camino, hemos dejado una linda huella
para los que quieran seguir visitándola
y nos llevamos otra en nuestro interior.
“-¡Son 28 meses! ¡Sos muy
optimista!” Me decía Fede Caivano cuando empezamos con la A, pensando en
toooooodo lo que faltaba para llegar a la Z
“-¿Cómo vamos a hacer con las
ilustraciones?” Me decía Ánqui. “Se nos va a acabar la imaginación”.
Pero supimos zigzaguear nuestras
propias flechas amarillas. Y aquí
estamos. Celebrando.
¡Gracias a todos los que generosamente se
prestaron al juego! Fue un andar sobre ruedas y un volar. Un volar in girum imus nocte et consumimur igni…
Marisa Mosto
Marisa, muy hermosa y sentida su analogía entre el camino de Santiago de Compostela y los zigzagueos de que consta este blog. Ante todo, les doy a ustedes los organizadores las gracias por haberme dado cabida y deseo manifestarles también que me he enriquecido mucho con la lectura de tan variados textos - cada cual un mundo! - y, además, espero que ese enriquecimiento fuera mutuo para todos, Sobre el cierre inminente, asociado a esta letra Z, lanzo mi pregunta: ¿En tan agradable compañía, me será dado proseguir en un nuevo zigzagueo - hacia otro destino? ¡Será fascinante seguramente! Y quedo a la espera de las consignas...
ResponderEliminarMe encantó la comparación Marisa ! Y las GRACIAS ENORMES, son para vos y todos los que trabajaron organizando este fantastico zigzag aventurero y tambien a todos los escribientes que nos regalaron compañia en este tramo del camino. Gracias de nuevo a todos!!!!! y Dios quiera que volvamos a encontrarnos en alguna posta de este zigzag.
ResponderEliminarQué lindo texto Marisa, tendrías que volverlo a poner al final de todo para que quede como conclusión de la z y del blog entero.
ResponderEliminarEs verdad, fueron tantas cosas y durante tanto tiempo que hasta me dan ganas de empezar a leer todos los aportes desde la A o por personas así uno va viendo los hilos conductores de cada uno. Tal vez algún día lo haga.
Gracias por la energía y tanto esfuerzo!
Me uno a Estanislao, Angeles y Marcela, para expresar todo lo que ha significado para mi este blog. Nuevos amigos, algunos a quienes nunca vi, otros tuve la oportunidad de encontrar e incluso compartir algo maravilloso como es la música con María Sol Rufiner y con Angeles, que es casi vecina, compartimos el mundo de las artes plásticas. Marisa, mil gracias, tu texto es lindísimo. Nos hace llegar un poco a Santiago de Compostela a todos, y la foto de Juan es buenísima!!!! Beso grande!!!!!!!!!
ResponderEliminarMuy buena comparación, Marisa, lo de la catedral y el taller. Aquí estamos llegando al mes 28 y realmente, hay un material reunido aquí que de una u otra manera, nos ha transformado. Por donde uno lo mire es así: Ya sea por el ejercicio mismo de escribir, de ilustrar, de pensar, de leer, o de comentar y tomar contacto, hacer nuevas amistades. Esto ha sido el Taller. Gracias, Marisa, por tu dedicación y perseverancia.
ResponderEliminarTambién yo me sumo, tanto a la felicitación por la analogía del texto, como al enorme pero nunca suficiente agradecimiento a todos por este andar juntos por esta senda virtual, que por virtual no ha perdido un ápice de realidad, y que fue a la vez estimulo de solidaridad y potenciadora de individualidades. Un especial agradecimiento envío a Marisa, quien me invitó a participar de este romarío, y quien en los momentos de sobrecarga o fiaca me ayudó a no aflojar en la caminata, para llegar, a veces a paso más firme y a veces con cierta renguera, a este final. Saludos a todos.
ResponderEliminarGracias Marisa por permitirme caminar por este sendero multicolor. Historias personales, reflexiones, que me han asombrado y conmovido, me han hecho pensar y recurrir al diccionario muchas veces, enriqueciendo mi conocimiento. Gracias a todos por brindarse en este espacio tan armónico, que "nos ha puesto frente a las narices la fiesta de la vida compartida".
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