Beethoven - Misa en Do - Agnus
Dei, Dirige Sarita Cafferata
En el espíritu de la verdad y el amor el hombre vivo no puede y
no debe desistir de la correcta ubicación, pero en él
no hay rigidez ni sequía.
Emilio Komar “La lucha y
el amor”
-“¿Saben ustedes cuál es la
profesión que cuenta con más longevos?” Nos preguntaba un profesor hace
muchísimos años.
- “Ni idea” pensaba yo… Tampoco
me interesaba demasiado. Era muy joven. Discurrir sobre «longevos» era como hacer
ciencia –ficción para mí.
-“Lo acabo de leer en una estadística”, insistía. “Los más
longevos son los directores de orquesta”
-“¡Mirá vos! ¿Por qué será?"
Pensaba yo. Empezaba a interesarme el tema… aunque la profesión de director de orquesta me resultaba totalmente ajena.
-“Y eso es perfectamente coherente”
continuaba explicando mi profesor con la seguridad y entusiasmo suyos
de siempre. “El director de orquesta es plenamente sí mismo estando
absolutamente fuera de sí. Su profesión lo dispone a ubicarse con
naturalidad en la dinámica fecunda de esa ley vital.”
Algo muy profundo se escondía en esa
especie de paradoja. Podía imaginar al longevo director de orquesta
sintiéndose totalmente vivo. La partitura amada latiendo en su corazón,
exigiéndole que la interprete, empujándolo a prestar atención a cada uno de los
músicos, dando entrada y salida, señalando intensidades en el
momento oportuno. Sus sentidos, su mente, sus movimientos corporales, su
pasión, todo su ser en ofrenda para dar a luz ese instante
mágico. Gozar de él y hacer gozar. Entonces
resonó en mí el versículo de Mateo “al que tiene se le dará más y tendrá en
abundancia”.
Salir de sí, hacerse otro, descubrir las cuerdas a tocar para
desatar una melodía oculta. Allí se encuentra una fórmula
secreta plagada de analogías. Estar en nuestro lugar significa en esa
imagen desplegar toda la intencionalidad de nuestra naturaleza: mente,
sentidos, cuerpo, pasiones, afectividad, libertad, como si fuera agua que
riega, luz que ilumina, ternura que sana, viento que empuja, calor que
reconforta, brisa que acaricia y hasta brazos que desafían huracanes
protegiendo la vulnerabilidad de la vida. Docilidad a los signos de la
tierra en que se habita dando a luz a lo posible.
La vulnerabilidad es grande, y la
fuerza fútil.
Cuando el hombre nace, su cuerpo es vulnerable y ligero,
cuando muere es fornido y duro.
Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño,
pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo.
La dureza y la fuerza son satélites de la muerte.
Cuando el hombre nace, su cuerpo es vulnerable y ligero,
cuando muere es fornido y duro.
Cuando un árbol crece es tierno y mimbreño,
pero cuando su tronco está seco y rígido, se está muriendo.
La dureza y la fuerza son satélites de la muerte.
La flexibilidad y la vulnerabilidad
expresan la lozanía de la existencia.
Por eso, lo que se ha endurecido no vence.
Por eso, lo que se ha endurecido no vence.
(Del guión de la
película Stalker de Andrei Tarkovski)
Marisa Mosto
¡Qué linda sorpresa, encontrar uno de los más lindos momentos de mi vida en el blog. Y es Cierto, verla a Sarita Dirigir con su gran sonrisa, y gran apasionamiento es una de las mejores partes del concierto, porque te transmite esa pasión vital y Paradójica que hace que la música sea una imagen movil de la eternidad.
ResponderEliminar¡Hermoso Marisa! ¡Ya se lo estoy mandando a Sarita!
Saludos
MS
UUUUHHH!!!!! usando la expresión de Sol, qué linda sorpresa Marisa! tus palabras expresan de modo impresionante la experiencia estética y vital del estar inmersos en la interpretación musical, y particularmente lo que transmite el director en ella, es expresión vital y fuente de vida. Vivi F. (la sólo lectora que por esta vez aparecí)
ResponderEliminarsaludos a todos
Todo el escrito me hizo acordar a los iconos de motivo "coral" y a las reflexiones de Dionisio Aeropagita sobre ocupar el lugar que corresponde, todo muy afín a tu escrito y al video! Me encantó tu último párrafo y me impresionó esa cita de Stalker que la dureza y la fuerza son los satélites de la muerte...
ResponderEliminar"Gozar de él y hacer gozar... Allí se encuentra una fórmula secreta..." ¡Qué grandiosa observación, Marisa! El poder (en el mejor de los sentidos) desplegándose desde la atención a lo real, en un diálogo que da a luz la belleza. Verdaderamente hay ahí una fórmula secreta y una imagen magistral. ¡Me encantó!
ResponderEliminarMe encantó la imagen de ese longevo director de orquesta sintiéndose vivo ocupando su lugar y,por lo mismo, "fuera de sí" y haciéndose otro. Y la música...
ResponderEliminarOtro comentario, Marisa. Ese último párrafo tuyo es tan potente y poético como la poesía de Tarkovsky que es una verdadera delicia. ¡Qué fuerte que debés estar, Marisa, para poder escribir algo así! Siento mucha admiración por ese entusiasmo ante la vida y todo lo que te presenta y propone. Es contagioso. Lo asimilo yo también y algo de eso me ayudará en el día de hoy. Un beso grande muy agradecido.
ResponderEliminarMe gusto mucho
ResponderEliminarMe encantó Marisa! y el último párrafo..."brazos que desafian huracanes protegiendo la vulneabilidad de la vida"...Muy bueno, gracias
ResponderEliminar¡Gracias a todos por los lindísimos comentarios!
ResponderEliminarSí Anqui, esa parte del guión de Stalker, se me quedó grabada a fuego en el alma. De tanto en tanto vuelvo a esa idea. Es muy orientadora. Pero creo que Tarkovski la toma a su vez de algún libro de sabiduría oriental
Poder extraer la melodía oculta... Creo que de eso se trata la vida, no?
ResponderEliminarRecuerdo un pasaje de Hamlet en el que él se compara con un instrumento que pretenden vulnerar con malas artes (para sonsacarle en qué anda) y no logran extraerle ni una nota. Tenemos que usar las buenas artes con la vida!
Gracias Marisa!
Marisa: la música que sume al director en "esa dinámica fecunda" que obliga a que su espíritu y su corazón se brinden en forma exponencial, forzando a su naturaleza, hasta descubrir esa luz que permanece oculta y que sólo así puede encontrar
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