Sarita, Raul Soldi, óleo, 70 x 123
cm., 1947 (Ilust. Blog)
Nadie quiere quitarte la esperanza de la niñez
Nadie quiere mostrarte lo que el mundo en verdad es
Tu ser niño les recuerda el niño que quisieran ser
Nadie te quiere perder, niño, ¡no quieras crecer!
Francisca Beccar Varela
No pude evitar Francisca pensar en los chicos que hacen malabarismos en los semáforos o piden permiso para cuidar el auto en los estacionamientos por una moneda. ¡Ojalá todos tus NADIE fueran reales!
ResponderEliminarEs cierto que normalmente mientras los pibes anhelan ser "grandes", los grandes queremos retrasar ese momento para seguir siendo niños con ellos. Es mágico ese mundito. Y la musicalidad de tus versos acompaña muy bien esa magia infantil. Pareciera que la niña del aro estuviera por empezar a girar.
Parecen los consejos de Casandra... están destinados a no ser oídos. Como dice Marisa, todos los chicos quieren crecer, los grandes no quieren que lo hagan y algunos ya creciditos siguen pareciendo niños...
ResponderEliminarHace poco alguien dijo en un almuerzo que él había nacido viejo... tuvo una vida muy sufrida y siempre se mató por hacer las cosas bien. A todos los que escuchábamos nos conmovió mucho esa confesión. En otra situación social fue uno de los chicos de los semáforos. Qué imperdonable que alguien no haya podido ser chico nunca ¿no?