Fernando Fader, Fin de otoño
(Ilustró Marisa Mosto)
Oh amado ¿dónde estás?
Que las nubes te van cubriendo ya .
Oh amado ¿dónde estás?
Que aquí al final del camino
Ya no te veo más
Oh amado ¿dónde estás?
Que las nubes tapan la vista
Pero al abrirse una encrucijada revelando van
María Sol Rufiner
¡Parecen versos del Cantar de los Cantares!
ResponderEliminar"Yo os conjuro,
muchachas de Jerusalén,
si encontráis a mi amado,
¿qué le habéis de decir?
Que estoy enferma de amor"
¡Gracias Sol!
Es cierto lo que dice Marisa, recuerda al Cantar de los Cantares! tu poema suena como esas voces de antes, o más bien como esas voces sin tiempo, hermoso! Gracias por compartirlo!
ResponderEliminar¡De nada! Sí Noe y Marisa suenan sin tiempo evocando al cantar por que llegan del Instante, al cual nuestra alma ansia llegar. Y a veces en medio de las neblinas de este mundo perdemos el rumbo y cuando las nubes por fin se levantan, nos revelan las encrucijadas a las que nos enfrentamos hasta que lleguemos a Roma hasta que lleguemos al encuentro del Amado.
ResponderEliminar¡A mí me gusta imaginármelo en Jerusalén!
ResponderEliminarComo aparece en el Apocalípsis de San Juan con imagenes afines a las del Cantar: "Y ví la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y él Dios-con-ellos será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.»" (Ap 21,2-4)
¡Cierto Marisa como reza el librito de oraciones de mi Abuela, (una de las Herencias que ella me dejó) ¡Si me olvidara de Tí Oh Jerusalem! Será que me he enamorado de Roma, pero Quizá como en el final de las Crónicas donde Narnia e Inglaterra están juntas en el País de Aslan Roma y Jerusalem se despertaran para ser una y la misma ciudad santa, porque qué haría si me olvidara de Tí Jerusalem!
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