(Ilustró Marisa Mosto)
Comunidad que fracasó con Candela.
Esto nos afecta, nos toca. Menos mal que nos toca.
Nos duele.
Comunidad política: fracasó, a mi juicio porque perdió el sentido de los límites que hay que poner, y perdió la noción del monopolio de la violencia en una sociedad donde hay violentos. Me gustaría ver qué dice R. Girard de esto.Nos duele.
Comunidad policial: fracasó
Comunidad social y barrial dentro de la que me incluyo: fracasó
Comunidad familiar: fracasó
Entonces, Agustín y Kierkegaard dicen: signo de vida.
¿De quién? de la comunidad.
Pero si hay heridas están para ser cuidadas, sanadas tal vez.
¿Cómo se sanan las heridas de la comunidad?
¿Cómo se sanan las heridas de la comunidad?
El "se" es una trampa. Cambio la pregunta y la dejo abierta:
¿Cómo sanamos las heridas de la comunidad?
Es un texto aleccionador,oportuno y vivicante, en lo concerniente al compromiso. Las comunidades han mutado en micromundos, en microselvas y microclimas. la inmanencia de nustras miserias, nuestras ambiciones y nuestra falta de humanidad, ha minado en lo mas esencial de nuestra condicion de seres políticos y propensos a superar las calamidades en comunidad.
ResponderEliminarmuy bueno.
Max Hunicken
La vida aparece dañada por donde miremos, adentro, afuera, cerca, lejos, más lejos, muy lejos. Ahora, antes, hace tiempo, desde "siempre".
ResponderEliminarLa inmensidad de la herida contrasta con nuestra tullida pequeñez que desearía otra cosa. Que siempre desea otra cosa e inhala y exhala en esa esperanza.
Gracias Luis por la franqueza y la palabra descarnada, al rojo vivo de la herida!! Cuántas veces disimulamos con la retórica (léase tb filosofía) la vida misma en su patetismo...
ResponderEliminarMe quedo con la alegría de que si se trata de una herida que nos duele, entonces aún hay comunidad... aún más, que la comunidad es lo indestructible. Será nuestra tarea llevar la comunidad a la comunión más estrecha entre los hombres, con la esperanza de la mirada paterna que nos acompaña en este aprender a ser hermanos.