Marta Minujín, estatua de la libertad, escultura en yeso
(Ilustró Ángeles Smart)
Algunos días me aborda un cansancio universal, eterno; tengo entonces la impresión de que todos mis esfuerzos son vanos, que estoy siempre parada en el mismo punto, mirando al mundo desde la misma ventanita. En esos momentos siento que la naturaleza siempre gana, que todo lo que trato de contener, encausar, ordenar, vuelve a su estado natural. Corto el pasto y vuelve a crecer, en cuanto me distraigo un poco los yuyos invaden los canteros. La materia se corrompe en todas sus formas, desde los objetos que me rodean que se rompen y hay que arreglar o reponer y cuando aún no termino con uno ya hay que ocuparse de otro, hasta mi cuerpo que intento mantener en forma con más esfuerzo que resultados. También mi carácter al que busco trabajar y moldear se me presenta a veces en su estado primitivo. Aquellas dificultades que creía superadas tanto en mi interior como en las relaciones con los demás vuelven a aparecer diciéndome “no te engañes, seguimos acá, nada de lo que hiciste para transformarte operó en el fondo de tu ser”. Desaliento total.
Pero no hay solo eso. Muchas otras veces percibo que sí caminé, que estoy mirando al mundo desde una ventana más amplia, por la que entra aire más fresco. Sale el sol y nacen las flores y aparece la naturaleza amiga, no ya hostil con cuya energía contamos. Y noto que hay en mí una fuerza, que viene justamente de mi propia naturaleza que me invita e impulsa a obrar sobre el mundo que me rodea y sobre mí misma y logra dejar una huella. Puedo ver entonces que sí hubo un avance en las relaciones con los demás y aunque vuelva a enfrentarme a la misma dificultad, soy capaz de volver atrás y pedir perdón y a veces hasta reírme de mí misma. Veo que el trabajo no es vano sino que aunque los frutos no se presenten siempre ante mí, algo se va transformando.
Es la verdad escondida detrás de estas contradicciones la que va componiendo el caminar de mi vida.
Eugenia Guastavino
Dice Camus que "hay que imaginarse a Sísifo feliz."
ResponderEliminar¡Dificil!
Seguramente él también tenía mucho sentido del humor.
¡Gracias Eugenia!
¡Buenísima la imagen para el texto Ángeles!
ResponderEliminarPara que haya cansancio, tuvo que haber energia y trabajo previos, no? El cansancio es una llamada a descansar, a prestar atención a ese reclamo mental o fisico...
ResponderEliminarDes aliento, quedarse sin...pues habrá que quedarse para recuperar fuerzas o hacerlo de otro modo.
No corramos tanto, lo que buscamos está siempre adentro y bien cerquita!