Ubi amor, ibi oculus (Paola Ambrosoni)
Luis Seoane, 1968, (Ilust. blog)
http://puesta-en-valor.blogspot.com.ar/2011/01/el-backstage-de-una-colgada-de-cuadros.html
Lo había dicho el Santo y el Maestro lo repetía incansablemente. Ubi
amor, ibi oculus.
A veces me gusta pensar que tal vez
signifique también esto: que hay que poner los ojos en los ojos del amado. Y no
me refiero sólo a mirar, a prestar
atención a aquel que amo, sino a ubicar mis ojos, mi mirada, en las cuencas de
los ojos del otro. Allí donde están sus ojos, poner los míos. Para dejar de ser
por un rato, el centro de referencia permanente, el ombligo del mundo. Vista
siempre desde mí, la realidad se opaca y se angosta. Sin embargo se enriquece y
se llena de significados nuevos cuando logro verla desde la mirada del otro.
Tal vez desde la óptica del que nos ama, nos sorprenda ver cuánto de verdad
valemos y cuánta vida nos estamos perdiendo, dándole importancia a cosas que
sólo se ven importantes desde nuestro punto de vista.
Intentar ponernos en el lugar del otro, mirando todo desde sus miedos, sus
limitaciones y sus prejuicios. Entonces ver, como ve el otro. Para perdonar,
para entender.
Allí donde está
el amor, allí poner los ojos, y mirar la realidad desde ahí. Salir de la
subjetividad por la fuerza del amor.
Paola Ambrosoni
Meterse en la piel del otro, calzar sus zapatos... son distintas formas de prestarle atención en profundidad a él. Es comunicación entre almas y es en la común-unión dónde se establece el intercambio vital entre personas - es darse y recibir y volver a darse sucesivamente. Lo que,naturalmente, enriquece. Por otra parte, ser atento al otro es renunciar un poco a uno mismo. Paola, su texto es muy enriquecedor. ¡Gracias!
ResponderEliminar¡Muy lindo Pao! ¡Qué buena frase rescataste! Esa relación entre el amor y la profundidad de la mirada. "Una mirada penetrante llena de amor" diría Edith Stein.
ResponderEliminarJusto leí un artículo en el diario que exaltaba las virtudes de Nelson Mandela como fuente de inspiración para la vida y allí se destacaba esta actitud que vos señalas dando un nuevo giro a la frase, como algo fundante de la salud del tejido social. La capacidad de ponerse en el lugar del otro. Igual que lo decís vos: entender sus limitaciones para poder perdonar. Y viceversa. Me maravilla eso de Mandela. Su sabiduría de vida. Su captación de qué era "lo mejor" para su pueblo y la valentía de ir contra la corriente confiando en esa intuición suya. Los sudafricanos pueden estar inmensamente orgullosos de su lider.
Lograr un equilibrio. ¿No?
Ni Zelig, ni Narciso. Ser uno mismo con y para los otros aceptando que todos somos falibles y vulnerables y estar dispuestos a volver a empezar. Cada vez. Y otra vez.
Qué bueno Pao! no sólo porque las verdades hay que volverlas a recordar siempre, qué tendencia a olvidarnos de ciertas cosas, por favor! sino que está bárbaro darles una vuelta de tuerca para interpretarlas o de otra manera o más profundamente.
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