Lo primero que sintió fue la oscuridad. Es raro, antes tampoco veía nada,
estuvo años sin ver nada, pero ahora veía oscuridad, densa, impenetrable, pero
la veía, la percibía, casi la palpaba. Luego de la oscuridad sintió el frío, se
le clavaba en el pecho un puñal de aire helado. La dejaba sin aliento, pero al
menos lo sentía. Sentía.
Después vino el dolor.
Y si todo ese tiempo creyó haber estado muerta, entendía que era ahora que
estaba muriendo. Ese dolor que la desgarraba no podía ser otra cosa que la
mismísima muerte arrancándola de donde sea que hubiera estado aletargada tantos
siglos. Era como si sus propios huesos estuvieran recubiertos de espinas y
púas, destrozando desde dentro músculos, nervios y piel. Era una agonía
interminable.
Pero no estaba muriendo. Al poco tiempo el dolor fue cediendo, junto con la
oscuridad, el frío y el silencio, y empezó a sentir voces, muy a lo lejos, casi
inaudibles, pero sin duda eran voces humanas. Estaba intentando distinguir qué
decían aquellas voces cuando se dio cuenta de que ya no tenía frío. Ese dolor
que la torturaba hacía unos instantes ahora era una tibieza esparciéndose por
cada célula de su cuerpo. Luego vio en el fondo de aquella habitación una
claridad, muy pequeña al principio, pero que se fue definiendo a medida que sus
ojos se acostumbraron a la luz. Había una puerta. De ahí venían las voces, la
luz, incluso algo de música, y se dio cuenta de que no había muerto. Al
contrario, después de muchos siglos de frío, dolor y ausencia, ahora estaba
viva. Decidió que no se lo iba a perder y, todavía un poco entumecida y a los
tumbos, caminó torpemente hacia la puerta y salió de su sepulcro.
María Echevarría
¡Uy María qué final! Es como una historia de vampiros... También la pensé como metáfora de un alma dormida que despierta a la vida y en ambos escenarios la pregunta que inmediatamente me surge es ¿qué fue lo que la hizo pasar de un estado al otro?
ResponderEliminar¡Ah! Y me encantó la música que acompaña ese nuevo amanecer. Inunda de alegría y ganas de salir a ver qué pasa.
ResponderEliminarMuy bueno, María!! Creo que todos tenemos que volver a convencernos de que estamos vivos y correr hacia la vida. Me gusto mucho la imagen de la puerta abierta llena luz y música, es muy esperanzadora.Gracias!
ResponderEliminarJoaquín Cuevillas