miércoles, 17 de julio de 2013

Vivir los viernes (Nicolás Balero Reche)







¡Lunes! Qué lejos está el viernes. Luego llega el martes y el miércoles… son los días fuertes, los del medio, esos días que te dan fuerza para llegar al viernes y donde verdaderamente se trabaja o estudia. En el jueves ya se empieza a sentir el olorcito a viernes, la sensación de ansiedad, la aspiración incontrolable de poder llegar al fin al viernes luego de una semana de arduo compromiso y responsabilidad. La noche de jueves te va predisponiendo: dormir un poquito menos no importa tanto, total llega el viernes y se puede descansar, se puede al fin uno relajar.
Y llega el gran día, el san viernes, aquél día que no puede amanecer nublado o con lluvia; aquél día light, en el que no se labura tanto, aquél día en que se puede ir uno un poquito más temprano de lo habitual, aquél día que no importa qué tan cansado estés, total a la noche se puede dormir un poco más (aunque en el fondo no se duerme porque aprovecha uno para acostarse tarde). Llega aquél principio de fin de semana que te da licencia para cualquier cosa ya que mañana es sábado. Y que placer te da el viernes… aunque pasa rápido. Llega el sábado. Ese día glorioso en el que no hay nada de responsabilidad (salvo en épocas de finales) donde se establecen aquellas actividades lúdicas, placenteras, libres y optativas. El domingo… es la pachorra. La familia, los amigos, el mate, la siesta.
Y otra vez, vuelve a empezar esa rueda cíclica que no termina nunca y nos acompaña hasta el final de nuestros días. Esa rueda semanal que no se bien quién nos impuso. Pero vivimos inmersos en ese sistema y nadie lo cuestiona, salvo aquél Señor Quilmes cuando tiró la idea del Osvaldo, pero no prosperó. La semana te marca: “cumplo el lunes”; “¡buuu qué embole! No te dan ganas de festejarlo, ¿no?”. “Che ¿hacemos el fútbol?” “El jueves, el mejor día”. Los shopping están llenos los sábados, las Iglesias los domingos. El feriado tiene que ser lunes o viernes, o jueves y martes si lo declaran puente. ¿El asado? ¡Los domingos! ¿El 2x1 en el cine? ¡Los miércoles! ¿El fútbol del ascenso? ¡Los sábados! ¿El de primera? Y si.., el domingo con el asadito. ¿Día de la mala suerte? 13, pero ¡martes!
Pero ¿por qué esta necesidad de prejuzgar los días?… como si el sSol hiciera distinción en cómo va a iluminar si es un martes o un sábado. Como si la lluvia mojara más un lunes. Como si la luna fuera más grande el sábado. Como si el viernes tuviera algo esencialmente distinto a cualquier otro movimiento de la Tierra alrededor del Sol. Como si los astros se alinearan, las personas fueran distintas, las actitudes diferentes, el humor mejorado, la psicología equivocada y el aire más puro según el día de la semana.
Por qué no disfrutar cada nuevo día, como si fuera el último. Cada lugar que se visitó, cada persona que se cruzó, cada actividad que se realizó, cada momento que pasó en el camino de vivir.
Si vivo esperando el viernes… en definitiva vivo esperando, es decir, no vivo, no supero la angustia de tener la necesidad de elegir mi vida. ¿Cuándo llegará? Ya llegó. El camino está siendo caminado.  ¿Por qué esperar el viernes, si se puede empezar a vivir hoy?


Nico  Balero Reche


4 comentarios:

  1. ¡Muy divertida Nico tu descripción de nuestra locura!
    El nombre del blog "In girum imus nocte et consumimur igni" es un palíndromo que es también el título de un libro de Guy Debord. Guy Debord desarrolla una crítica aguda al "tiempo cíclico" de nuestra organización social. Mientras la presencia activa de la libertad nos hace pensar el tiempo como una flecha, la circularidad del tiempo esta ligada a la ausencia de libertad y de novedad, a la repetición.
    Muy oportuno tu texto. Un aspecto más de tus "rinocerontes"

    ¡Mmmm y hoy que es jueves ya se siente el olorcito a viernes! ¿Lo siente la manada?


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    1. Qué actuales son los rinocerontes!!

      Hoy ya se siente un aire distinto.. es viernes!!

      No sabía lo del nombre del blog, muy interesante

      Nico

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  2. Me encantó Nico!! tal cual, como si la Tierra girara distinto un día que otro. Me hizo acordar a un texto de acá. creo que era recreo de Wimpy. Esto de vivir esperando el descanso, el recreo, etc. son síntomas de que no nos gusta el otro día a día, que al fin y al cabo es toda la constitución de nuestra vida! Habría que replantearse porque nos enganchamos en esta rueda en vez de salir y todos los días vivir como si el día no tuviera ningún nombre... Lástima que la idea de Osvaldo no prosperó! Hubiera sido el día para pensar en esto? jaja
    Muy bueno!

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    1. Si, es tan cierto.. y a veces tan difícil salir de este tiempo cíclico..

      Che, hoy nos vemos? Es viernes! =P

      Nico

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